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Riquelme, el último 10 de la Bombonera

 

Riquelme nace el 24 de junio de 1978, un día antes de que Argentina gane su primer Mundial con Kempes como gran estrella de una generación de jugadores que solo encontraría relevo en el 86 con Maradona. Fue el preludio de la llegada del penúltimo gran talento de un país que vive el fútbol con fervor religioso.

“Topo Gigio” es considerado como uno de los mejores jugadores argentinos de la historia, reconocido internacionalmente como el último gran 10 que nos ha regalado La Bombonera. Un superclase que fue capaz de liderar al mejor Boca Juniors de la historia en la consecución de su primera tricorona al ritmo que marcaban sus gambetas y visión de juego. Actualmente, ejerce funciones de presidente de la entidad de La Boca, del cual se lo considera su máximo ídolo histórico.

 

 

También fue internacional en diversas categorías, proclamándose campeón del Sudamericano y la Copa del Mundo Sub-20, el Torneo Esperanzas de Toulon en 1998, los Juegos Olímpicos de 2008, y acabando subcampeón de la Copa Confederaciones 2005 y de la Copa América 2007.

 

 

Sus orígenes futbolísticos

Juan Román nació en el Hospital de San Fernando un 24 de junio de 1978, y creció en la villa San Jorge de Don Torcuato, una ciudad ubicada en el sur del partido de Tigre, en la zona norte del Gran Buenos Aires, provincia de Buenos Aires en Argentina. Fue criado por sus padres, Ernesto “Cacho’” y María Ana, junto a sus otros 10 hermanos. Él y su hermano Cristian fueron los únicos de su familia en tener la suerte de poder dedicarse al fútbol de forma profesional, la gran pasión de su familia, acérrimos xeneizes.

A los 6 años, jugando con otros niños en un entretiempo de un partido donde jugaba su padre, fue tentado por un ojeador de los Defensores de Bella Vista, de nombre Jorge Rodríguez, que se hizo pasar por un ojeador de Ferro, uno de los grandes equipos argentinos de ese momento. El propio Jorge confesó que la primera vez que lo vio, cuando todavía era un niño, le recordó al “Bichi” Borghi. “Era muy hábil, tan hábil como los más hábiles que había visto, pero que no necesitaba demostrarlo porque tenía todo resuelto antes de que la pelota llegara a sus pies”. El primer contacto fue en un potrero, mientras Román le pisaba la pelota a pibes más grandes que él; el segundo fue en el barrio San Jorge, una villa de Don Torcuato, donde el ojeador fue a buscarlo para llevárselo a Defensores de Bella Vista.

“Fui a la escuela hasta séptimo grado. Cuando terminé, mi papá me preguntó qué quería hacer en la vida y no dudé: jugar al fútbol. Llegaba, tiraba los cuadernos y salía volando para el potrero que estaba atrás de mi casa” recuerda el astro argentino, que pese a haber descubierto el vil engaño del ojeador, acabó aceptando la irresistible oferta. Cuando Rodríguez dejó Bella Vista para trabajar en La Carpita, Román pidió irse con él, la confianza en su descubridor era total. Posteriormente, se trasladaría a Parque, que en ese entonces tenía convenio con Asociación Atlética Argentinos Juniors, y ahí se le abrió la puerta de “El Bicho”. Los que le vieron jugar destacan que desde chiquito tenía pinta de crack, pero también reconocen que había dudas sobre su verdadero potencial porque era mucho más flaco que sus compañeros de equipo. Un hecho que le pasó factura en su intento de fichar por Platense.

 

 

A pesar de la fragilidad de sus piernas, era el mejor del equipo. De hecho, había rivales a los que solo les podían ganar con él en la cancha. Muchas veces Juan Román llegaba tarde porque no era del barrio, y sus compañeros recurrían a diversas artimañas para retrasar el inicio de los partidos hasta su llegada. Una vez, por ejemplo, “inundaron” un costado de la cancha. En otra oportunidad, Román sufría un dedo inflamado y tuvo que quedarse entre los suplentes. En el entretiempo le consiguieron una bota más grande para que no le molestara y pudiera decantar el partido. ¿Qué pasó? La Carpita dio la vuelta al resultado con una actuación impresionante del futuro crack argentino.

 

 

El primer gran paso de su carrera, Argentinos Juniors

La llegada del joven Román a la Asociación Atlética Argentinos Juniors se produce a comienzos de 1991, y es de lejos su peor etapa como futbolista. Con edad de Novena División (a los 13 años en la categoría ‘78), durante sus primeros años en La Paternal sufre interminables suplencias debido a su débil estado físico y su baja estatura, siendo relegado al banco de suplentes en prácticamente todos los partidos. Tantas son las suplencias que su padre llega a plantearle un cambio de club de forma fulminante.

Carlos Balcaza, su entrenador, ante la amenaza de perderlo, lo cambia de posición pasando de enganche a volante central, y la carrera del 10 despega junto a otros talentos como Cristian Ledesma (jugaba de 8), Emanuel Ruiz, Nicolás Cambiasso o Mariano Herrón. Román no solamente perfecciona su juego, sino que la naturaleza también le permite por fin desarrollar el esperado estirón físico.

En aquella época participó en varias giras internacionales a las que Argentinos Juniors era invitado. Una en Brasil, y dos con la sub-17 en Gradisca, Italia. La primera vez, perdieron el tercer puesto ante el FC Barcelona. Y en la segunda le ganaron la final a la AS Roma con Román siendo la total y absoluta figura del encuentro. Tras estos éxitos llegaron sus primeras convocatorias a las Selecciones Juveniles del equipo nacional.

Cada temporada que pasaba su rendimiento aumentaba de forma exponencial y en La Paternal todavía recuerdan su increíble nivel mostrado en la Quinta División. En 1996, su rápida progresión y privilegiado despliegue de recursos técnicos lo llevaron a jugar 8 partidos en el equipo de reservas de Argentinos Juniors. Fue entonces cuando aparecieron los rumores de su prueba con River Plate en la prensa local. Tal fue el enojo de su madre ante la supuesta propuesta “millonaria”, que amenazó a su hijo con echarlo de casa si la aceptaba…

 

 

“La historia de Riquelme con River Plate está mal contada. Yo le había prometido a un chico (le decían Caniggia) que, si venía a jugar al ‘baby’ a San Lorenzo de Muñiz, le iba a conseguir una prueba en River. Titi Montes (era el delegado del conjunto de Núñez), accedió a cambio de que también le llevara ‘al monstruo’, pero le dije que era imposible porque Román era fanático de Boca”, reveló y explicó posteriormente Jorge Rodríguez. “Fui a la prueba solo con el otro chico, pero un DT muy conocido en inferiores no lo quiso probar porque ‘no era la época’. Tuvo un gesto de maleducado. A Titi también le dio mucha bronca y cuando me preguntó si esa tarde había llevado a Riquelme le dije que sí, solamente para irritarlo un poco más. Pero Román nunca se probó en River, lo que pasa que a Titi Montes le quedó aquella espina. Encima, cuando Riquelme llegó a primera, agigantó la historia: ‘por culpa de fulano, este pibe no está jugando acá’. Juan Román es más de Boca que nadie. Si los hinchas supieran algunas cosas, en lugar del monumento en el museo se lo pondrían en el círculo central de La Bombonera… y a muchos otros, que también tienen monumento ahí adentro, los colgarían en los árboles de los bosques de Palermo”.

A la semana de este mediático malentendido, Boca se interesó en Juan Román gracias a Carlos Bilardo, entrenador del club en ese momento, y quien enviaba a su hermano a ver los partidos de aquel conjunto de reservas de Argentinos donde Román destacaba. Finalmente, en julio de 1996, Riquelme fue adquirido por el club xeneize, en una operación de 800 mil dólares, donde cinco jugadores de la cantera de Argentinos Juniors, entre los que se incluían César La Paglia, llegaron al club.

El sueño del pibe se cumplió, pero no hubo mucho tiempo para celebraciones, ya que el verano de 1996 formó parte de un seleccionado argentino sub-18 dirigido por José Pékerman que disputó en Uruguay la “Copa Punta del Este” y se proclamó campeón desempeñándose como volante central.

 

 

La llegada al club de su vida, Boca Juniors

Con apenas unos partidos disputados con la reserva del primer equipo, su debut tuvo lugar el 10 de noviembre de 1996 en La Bombonera, ante el Club Atlético Unión, que terminó con 2 a 0 en el marcador a favor de Boca, y desde ese momento cautivó a la grada xeneize, que empezó a corear con fuerza un apellido que se convirtió con el paso del tiempo en un auténtico himno de guerra. Bajo la dirección técnica de Carlos Salvador Bilardo, aquel día Boca formó con Navarro Montoya, Vivas, Cáceres, Fabri, Toresani; Cagna, Riquelme, Pompei, Latorre; Rambert y Guerra.

Trece días después de su debut, lograría marcar su primer tanto en el fútbol de Primera División, el sexto de una goleada a Huracán de Parque Patricios. La imposibilidad de pelear por el Apertura 96, más la ya consumada eliminación en la Copa, harían que Bilardo dejara de ser entrenador, siendo reemplazado en las dos últimas fechas de manera interina por la dupla Francisco Sá y Roberto Mouzo,16​ y el equipo finalizó en el 10° puesto.

El nuevo entrenador para afrontar el Clausura 97 fue Héctor “Bambino” Veira, con el que Román disputó por fin su primer Superclásico en El Monumental, que acabó en empate 3 a 3, y lo hizo con la particularidad de que jugó escorado a la banda, posición con la que jugaría la mayoría de partidos con el FC Barcelona de Van Gaal. Si bien Boca demostró cierta mejoría en su nivel futbolístico, las participaciones de Riquelme mermaron considerablemente producto de la poca confianza que le brindó el “Bambino”. Su primera temporada (1996-1997) en Boca Juniors la cerraría con la disputa de 22 partidos, 4 goles y 4 asistencias, además de poder compartir vestuario con Diego Armando Maradona, que volvió de sus problemas de salud un 9 de julio, contra Newell’s Old Boys.

 

 

Fue precisamente durante ese mes cuando Román recibió la llamada de José Néstor Pékerman, que lo convocó para la sub-20 con motivo del Campeonato Sudamericano que se disputaría en Chile. Jugó los nueve partidos del certamen y marcó 3 goles, destacando frente a Brasil en la victoria por 2-0. Fue durante esa competición cuando nació su gran amistad con Pablo Aimar, ambos se convirtieron en inseparables a pesar de la rivalidad entre sus clubes. Argentina se consagró campeón sudamericano después de 30 años. Luego, participó de la Copa Mundial Sub-20 realizada en Malasia. El 5 de julio de 1997, Argentina se consagró campeón tras vencer a Uruguay 2-1. Riquelme fue el gran capitán del equipo en la final, y finalizó el torneo con 4 goles en 7 partidos, convirtiéndose en gran figura del certamen y llamando la atención de los grandes clubes de Europa.

 

 

El legado del 10

El 24 de agosto de 1997, en la fecha 1 del Torneo Apertura de 1997, Maradona jugó el partido en el que Boca derrotó a Argentinos Juniors por 4-2. Luego del mismo Diego fue designado para realizarse el control antidopaje, que finalmente daría positivo por la presencia de benzoitilecgonina y metilecgonina, metabolitos de la cocaína. Este hecho produjo que la AFA le impusiera una suspensión provisional hasta que se conocieran los resultados de la contraprueba, que también daría positiva.

Fue entonces cuando se conoció que Maradona había realizado una denuncia policial el mes de julio, debido a unas supuestas llamadas telefónicas en las que lo amenazaban con colocarle droga. El juez Claudio Bonadío las comprobó, y tras un pedido presentado por los abogados del jugador, dispuso una medida de no innovar, obligando a la AFA a retirar la suspensión provisoria hasta que se realizara una prueba de ADN en la orina analizada para constatar que fuera del jugador.

 

 

Este intermedio permitió a Maradona seguir compitiendo, pero el juez dispuso, además, que debía hacerse en forma obligatoria un control antidopaje 24 horas después de cada partido. El estudio de ADN no pudo ser completado, debido a la pequeña cantidad de material genético que se encontró en las muestras que había enviado la AFA a la institución encargada de hacerlo, el PRICAI (Primer Centro Argentino de Inmunogénica).

A pesar de encontrarse habilitado para jugar, en un partido frente a Colo-Colo en la Supercopa Diego sufrió una lesión que lo mantendría en inactividad durante varios días. Maradona volvería a jugar un 25 de octubre de 1997, en el partido que Boca Juniors derrotó como visitante a River Plate por 2-1, siendo reemplazado en el entretiempo por Juan Román Riquelme. Era el adiós definitivo del “Pelusa” de los terrenos de juego en partido oficial a los 37 años, y escenificando un relevo generacional en la exigente santoral argentina. Un momento para la historia.

Después de los éxitos conseguidos en la selección sub-20, y de coger el relevo de Diego Armando Maradona como estrella de Boca Juniors, Daniel Passarella lo citó para la selección absoluta, para disputar la última fecha de las Eliminatorias del Mundial de Francia 98. El partido se disputó un 16 de noviembre de 1997 en el estadio de Boca Juniors, y Riquelme ingresó en los últimos minutos del empate 1-1 frente a la selección colombiana. La temporada 1997-1998 terminaría para Juan Román con 19 partidos y una asistencia.

 

 

En el Clausura ’98, Boca acabaría en sexta posición con el consecuente final de ciclo de Veira en el banquillo, siendo reemplazado primero por Carlos María García Cambón (quien cerró el campeonato con tres victorias consecutivas) y más tarde por un entrenador que lo cambiaría todo, Carlos Bianchi…

En mayo de 1998, Pekerman volvió a llamar a Juan Román, esta vez para formar parte del seleccionado argentino sub-21 en el torneo Jóvenes Esperanzas de Toulon en Francia. Argentina se proclamaría campeona, y Riquelme disputaría los cinco partidos, siendo premiado por los organizadores como el Mejor Jugador del Torneo.

 

 

La mítica etapa con «El Virrey»

En su llegada al club de La Boca, Carlos Bianchi reestructuró el sistema táctico y la plantilla para cambiar la dinámica de los últimos seis años, potenciando especialmente el ataque con un tridente ofensivo formado por Guillermo Barros Schelotto, Juan Román Riquelme y Martín Palermo. La seguridad de Óscar Córdoba, la sólida defensa capitaneada por Hugo Ibarra y Jorge Bermúdez, junto a Walter Samuel y Rodolfo Arruabarrena, sumada al mediocampo luchador formado por Diego Cagna, Mauricio Serna y José Basualdo completaron un proyecto que finalmente le dio a Boca el título del Torneo Apertura ’98, el primero de la era Román.

Al año siguiente, Juan Román mantuvo su lugar y posición dentro del equipo, y desarrolló su faceta más goleadora, además de obtener el Torneo Clausura ’99, anotando siete goles en 18 partidos. Aquel bicampeonato bostero enriqueció su palmarés personal, y le concedió así su primera oportunidad para conseguir la deseada Copa Libertadores. Román finalizó la temporada 98-99 con muy buenos números: 47 partidos disputados, 10 goles, 14 asistencias y 2 títulos, además de ser incluido por primera vez en el Equipo Ideal de América.

 

 

Su buen estado de forma le facilitó la convocatoria para la disputa de la Copa América de 1999 en Paraguay, vistiendo la camiseta número 22. Fue uno de los seis jugadores de Boca Juniors seleccionados, y participó en todos los encuentros, disputando casi todos los minutos de juego. Argentina terminó en el segundo lugar de su respectivo grupo con seis puntos, enfrentándose a Brasil en los cuartos de final el 11 de julio de 1999. Riquelme no pudo evitar la derrota para Argentina 2-1, habiendo estado al frente 1-0 hasta el minuto 32 del partido.

 

 

Campeones del mundo y de la tricorona

Para el año 2000 el objetivo de Boca era obtener la histórica triple corona, nunca antes conseguida. Mientras el equipo acabó séptimo en el Clausura, los jugadores titulares disputaron la Copa Libertadores, entre ellos Román. El 21 de junio, en el Estadio Cícero Pompeu de Toledo de São Paulo y después de igualdad en el resultado global de 2-2, Boca se impuso en la definición por penaltis al Palmeiras en la final, consiguiendo el pase a la Copa Intercontinental. Boca la disputó el 12 de noviembre de 2000 en Japón contra el Real Madrid de Raúl, Roberto Carlos, Hierro, Casillas, Figo, McManaman, Sávio, Morientes y Makelelé, entre otros. El choque no pudo empezar peor para el Madrid. En un inicio nefasto de los blancos, dos zarpazos de Martín Palermo en el 3’ y en el 6’ pusieron muy cuesta arriba la final para los jugadores de Del Bosque. El Madrid reaccionó al instante por mediación de Roberto Carlos, que primero estrelló un derechazo en el larguero tras una gran jugada individual. En la siguiente que tuvo no perdonó el brasileño, que fusiló a Córdoba con un chute por la escuadra del palo corto en el minuto 12. El Madrid lo siguió intentando todo para lograr el empate, pero su mala puntería, la fortaleza defensiva de Boca y un Riquelme colosal en la dirección del juego permitieron al equipo argentino asestar a los blancos una derrota histórica y apuntarse la segunda Intercontinental de su historia.

Un mes después, Boca se consagró campeón del Torneo Apertura en la última fecha, consiguiendo así la histórica triple corona. Román volvería a entrar en el Equipo Ideal de América y ganaría al Olimpia de Plata al Futbolista Argentino del Año. Aquel mismo año 2000, en pleno estado de gracia, José Pékerman lo convocó para el seleccionado sub-23 que disputaba el Torneo Preolímpico Sudamericano 2000 en Brasil. Sin embargo, el equipo conformado con la base del campeón juvenil quedó sorpresivamente fuera de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Riquelme marcó un gol (de penal) en la competición.

 

 

Para el año siguiente, Boca volvió a competir para revalidar la Copa Libertadores con la autoridad de Riquelme totalmente asentada sobre el campo, y se volvió a conseguir el pase a la final, donde se impusieron al Cruz Azul de México.

El 27 de noviembre de 2001, Boca se enfrentaba al Bayern Múnich de Alemania por la Copa Intercontinental en Tokio, y a pesar de pelear todo el partido, la expulsión del “Chelo” Delgado y el polémico arbitraje por las constantes faltas a Riquelme, Boca acabó perdiendo 1 a 0. Tras el partido, el primer ciclo de Carlos Bianchi llegó tristemente a su fin.

El 10 de noviembre de 2001 Román participó en La Bombonera en el partido de despedida de Diego Armando Maradona, que le regaló su camiseta y escenificó el relevo generacional. Además, posteriormente también sería reconocido por la prensa latinoamericana como Futbolista Sudamericano del Año, volvió a ser incluido en el Equipo Ideal de América y fue designado como el Futbolista Argentino del Año.

 

Adiós a Boca Juniors… y al Mundial del 2002

Durante la temporada 2001-02, y con la marcha de Bianchi, Riquelme ya no se sentía valorado en su casa, y surgió un desagradable conflicto con el presidente Mauricio Macri, que le seguía pagando con un contrato de juvenil a pesar de haber cumplido 23 años. Román tras convertir un gol de penal se manifestó en este “affaire” a través de la que se convertiría en su mítica celebración, el “Topo Gigio”, llevándose las manos al oído y mirando directamente al palco de forma amenazadora, donde se ubicaba el presidente. Una de las grandes imágenes de la historia del fútbol.

Con el uruguayo Óscar Washington “Maestro” Tabárez en el banquillo bostero llegaron los malos resultados y Riquelme decidió cerrar su ciclo en Boca tras cinco años mágicos. La triste situación del jugador se agravó con su polémica exclusión de la convocatoria para el Mundial de 2002, con Marcelo Bielsa en el banquillo. Después del rotundo fracaso del combinado argentino en Corea-Japón, Bielsa fue ratificado por Julio Humberto Grondona y preparó a sus equipos para disputar la Copa América 2004 en Venezuela, los Juegos Olímpicos 2004 en Atenas y las Eliminatorias camino a Alemania 2006.

 

El peor momento para llegar al FC Barcelona

Tras ser distinguido como el futbolista del año en Sudamérica en 2001, la decepción de no participar en el Mundial de Corea y Japón, y con el enfrontamiento con la directiva de Macri, en 2002 es traspasado al Fútbol Club Barcelona, donde solamente aguanta una temporada y vive en primera persona la inestabilidad que sufría el club catalán en ese turbulento periodo. Primero con Louis van Gaal en el banquillo, haciéndolo jugar fuera de su posición natural y con un equipo que roza el descenso a la Segunda División A. Y posteriormente lidera la remontada con Radomir Antic, que consigue sacar lo mejor de él y le convierte en su mejor jugador, clasificando el equipo para la Copa de la UEFA. En la Liga de Campeones 02-03 el Barça alcanza el récord de once victorias consecutivas con Riquelme como alma del equipo.

En verano de 2003 con la llegada de la nueva junta directiva presidida por Joan Laporta, se revoluciona el club con el objetivo de recuperar el nivel deportivo de la era Cruyff. El fichaje de Ronaldinho provoca un exceso de jugadores extracomunitarios, y el nuevo cuerpo técnico decide ceder a Román al Villarreal Club de Fútbol por dos temporadas ante la incredulidad del jugador.

 

 

Villarreal, la tierra prometida lejos de su casa

Durante la temporada 2003-2004 con el Villarreal Club de Fútbol, Juan Román consiguió sus mayores éxitos en Europa, ganando la Copa Intertoto y alcanzando las semifinales de la Copa de la UEFA por primera vez en la historia del club “groguet”. Formó una recordada y demoledora dupla de ataque junto al uruguayo Diego Forlán, y ambos fueron conducidos desde el banquillo por el chileno Manuel Pellegrini.

Al final de la siguiente temporada, la 04-05, le fue concedido el Premio Don Balón al mejor jugador extranjero de LaLiga, y en esa campaña además se erigió en máximo asistente de la competición con unos números de auténtico crack. En 2004, el Villarreal logró la histórica tercera posición en la liga que le daba acceso por primera vez en la historia a la Champions League y decidió comprar el 75 % del pase del jugador argentino sin pensárselo dos veces.

 

 

Bajo la dirección del exentrenador del equipo juvenil nacional José Pékerman, Riquelme fue convocado para la Copa FIFA Confederaciones en junio, donde lució la camiseta número 8. El 29 de junio, Argentina se enfrentó a Brasil en la final, y fue derrotada por 1-4 en el Commerzbank-Arena en Fráncfort. A pesar de ello, Riquelme fue galardonado como el ganador del Balón de Plata, siendo el segundo mejor jugador en el torneo.

Durante la temporada 05-06 el Villarreal debutó en la Liga de Campeones de la UEFA, y lo hizo de forma espectacular, incluso llegando a semifinales tras dejar en el camino a equipos de la talla del Manchester United, Benfica, Glasgow Rangers e Inter de Milán (con baile de regates de Riquelme a medio once inicial del rival), entre otros, pero quedando eliminados a manos del Arsenal FC de Henry, Fábregas y Van Persie.

 

 

Con la selección argentina consiguió llegar a la final de la Copa Confederaciones 2005 perdiendo ante la Brasil de Adriano y compañía, y en 2006 disputó el Mundial de Alemania, quedando afuera en cuartos de final y luciendo la camiseta número 10 de la selección. La temporada 06-07 sus problemas con Manuel Pellegrini y la directiva le relegaron incomprensiblemente al banco de suplentes y provocaron una situación límite que acaba derivando con su precipitada vuelta a La Bombonera.

 

La vuelta a casa para volver a ganar… e irse otra vez

Mauricio Macri ofrece la posibilidad de que el club actúe como mediador en los conflictos del jugador con el Villarreal, solicitando su cesión hasta el 30 de junio de 2007 y pagando su salario, de dos millones de dólares, durante ese período. El 17 de febrero reaparece en La Bombonera después de casi cinco años de su marcha.

Boca conquista su sexta Copa Libertadores, la tercera para Riquelme, se convierte en el goleador del equipo con ocho tantos en once encuentros. Y como sucedió en 2001, es elegido como el Mejor Jugador de la Final de la Copa Toyota Libertadores. En solo ciento veintitrés días desde su retorno, recupera su mejor nivel y acepta una nueva llamada de Alfio Basile para defender la camiseta de la selección argentina.

Cuando el 30 de junio de 2007 vence el préstamo, Boca Juniors no logra obtener la extensión del mismo y Riquelme, tras tomarse unas merecidas vacaciones, vuelve a Castellón de la Plana. Con la selección disputa la Copa América 2007 consiguiendo llegar a la final, pero otra vez Brasil se cruza en su camino.

 

Vuelta a Villarreal para vivir en el infierno

Si bien el jugador entrenó con el resto de la plantilla, el técnico Manuel Pellegrini (a petición de Fernando Roig) decidió no tenerlo en cuenta para la temporada 2007-2008, ante la indignación de la afición. “Nunca pasó nada con Pellegrini, nunca discutí. Mi pelea fue con el presidente. Perdimos 4-1 con Osasuna y el presidente entró al camarín a decirme que habíamos ido para atrás. ¡Y cómo voy a dejar que me diga que había ido para atrás! Pellegrini se prestó para hacer lo que quería el presidente”, explicó el 10.

 

 

En agosto de 2008, Riquelme fue el capitán de la selección argentina que obtuvo la medalla de oro en fútbol masculino, en los Juegos Olímpicos de Pekín. Fue, junto a Javier Mascherano y Nicolás Pareja, uno de los tres jugadores mayores de 23 años seleccionados por el director técnico Sergio Batista, con un joven Lionel Messi en sus filas. El equipo logró superar la primera fase, quedando primero con 9 puntos, al derrotar a Costa de Marfil (2-1), Australia (1-0) y a Serbia (2-0). En cuartos de final se enfrentó a los Países Bajos, consiguiendo una victoria por 2-1, luego del gol de Ángel Di María en tiempo extra. En semifinal le tocó jugar contra Brasil, donde marcó un gol de penal para sellar la victoria de su selección por 3-0. Finalmente, obtuvo la medalla de oro del torneo al ganarle la final a Nigeria por 1-0.

Después de una serie de idas y vueltas de negociaciones entre el Villarreal y Boca Juniors, el club xeneize decidió comprar la totalidad de su pase, para así hacerse con sus servicios de forma definitiva.

 

Tercera y (casi) última etapa en Boca Juniors

A su regreso al club de La Boca, disputó el partido de vuelta de la Recopa Sudamericana en el que Boca se consagró campeón frente al Arsenal de Sarandí y en diciembre de 2008 logró coronarse con Boca como campeón del Torneo Apertura.

En 2009 empezó una de las peores crisis que ha vivido el club bostero a lo largo de su historia, eliminado en octavos de final de la Copa Libertadores y de la Copa Sudamericana a las primeras de cambio, y en el Torneo Apertura quedó lejos de los primeros puestos. A comienzos del 2010 renunció Basile tras los malos resultados y en el torneo Clausura acabaron en un vergonzoso 16° puesto. En marzo de 2009, en una entrevista que brindó por televisión en Canal 13 de Argentina, Juan Román Riquelme anunció su renuncia definitiva e indeclinable a la Selección Argentina, dirigida por Diego Armando Maradona, por diferencias personales con el técnico. La razón fue un comentario dicho por el director técnico acerca de su nivel en dos partidos que jugó con Boca Juniors.

El Apertura 2010 comenzó con una alta expectativa, pero el club terminó quedando fuera de la pelea por el campeonato rápidamente, llegando a perder el clásico con River. Boca finalizó en el puesto número 12° de la clasificación.

 

 

Desde junio de 2010, Román intentó renegociar su contrato por cuatro años con Boca Juniors, y lograr así su retiro en el club. Sin embargo, días después de llegar a un principio de acuerdo, surgió un nuevo problema con relación a cuestiones impositivas que hizo peligrar la continuidad del enganche en la institución. Finalmente, el 6 de agosto de 2010 se solucionó el conflicto contractual del jugador.

El 2 de julio de 2011, en el Museo de la Pasión Boquense, se presentó su imponente estatua impulsada por los hinchas de Boca. Durante esa temporada es titular en todos los partidos (excepto contra Independiente), hasta que una lesión contra Belgrano, en la Fecha 11, le impidió seguir jugando. Volvió como suplente, en la Fecha 17, frente a Banfield, donde se consagra campeón invicto del Apertura 2011 con un contundente 3-0. Después de la Copa Libertadores de 2012, habiendo perdido la final, Román anunció que no continuaría en el club.

 

 

En septiembre del 2011, Riquelme había sido convocado por Alejandro Sabella para disputar el Superclásico de las Américas contra Brasil en un partido de ida y vuelta. Sin embargo, más tarde sufrió una fatiga muscular en el isquiotibial en un partido con Boca Juniors, por lo cual no pudo disputar los partidos, en los cuales Argentina empató el partido de ida y perdió por 2 a 0 el de vuelta.​ Esta fue su última convocatoria con la absoluta.

 

 

Cuarta etapa en Boca Juniors, el adiós

Finalmente, el 8 de febrero de 2013, después de dos intentos fallidos por parte del club, Juan Román Riquelme regresó al equipo xeneize, acompañando el retorno de Carlos Bianchi al banco. Juntos consiguieron la Recopa Sudamericana ’08 y los torneos Apertura 08 y Apertura ’11. El 2014 abandona el club como máximo ídolo de la historia bostera, siendo el 6º jugador con más partidos del club (388), el 7º con más títulos (11) y su 10° máximo goleador histórico, con 92 goles. Además, fue el jugador con más presencias en La Bombonera, con 206.

 

 

La despedida del fútbol profesional en Argentinos Juniors

El 7 de diciembre de 2014 logró ascender con Argentinos Juniors a la máxima categoría del fútbol argentino, disputando dieciocho partidos y marcando cinco goles. Días después del ascenso de Argentinos Juniors se desvinculó del club, y anunció su retirada definitiva del fútbol profesional el 25 de enero de 2015. Decía adiós a los terrenos de juego una auténtica leyenda del fútbol de todos los tiempos.