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Ricardo Sá Pinto, corazón de león

 

Ricardo Sá Pinto fue una de las estrellas portuguesas más destacadas de los años 90 junto a Luis Figo, Vitor Bahía, João Pinto o Rui Costa, entre otros. Era un segundo punta muy temperamental, conocido por su espíritu de lucha, especialmente durante su etapa en el Sporting CP, donde los aficionados del club le apodaban «Ricardo Corazón de León», pero también polémico.

En una carrera truncada por las lesiones y las expulsiones, participó en 230 partidos de la Primeira Liga (en los que marcó 51 goles), y representó a la selección portuguesa en dos Eurocopas, alcanzando las semifinales en la Eurocopa 2000.

 

 

Nacido en Oporto el 10 de octubre de 1972, Sá Pinto debutó profesionalmente con el SC Salgueiros y pronto representó a la selección portuguesa sub-21, ayudando al combinado a alcanzar la final del Campeonato de Europa de la UEFA 1994. Su primera aparición en la Primeira Liga fue el 30 de agosto de 1992, como suplente en la segunda parte del partido contra el SC Farense (0-2).

Para la temporada 1994-95, Sá Pinto fichó por el Sporting CP donde posiblemente llegó a su máximo nivel. Sus grandes actuaciones llamaron la atención de la Real Sociedad, con la que firmó un contrato de cuatro años en julio de 1997 a cambio de 400 millones de pesetas. Marcó en su primer partido oficial con su nuevo club, un empate a 3-3 en casa contra el Real Oviedo el 30 de agosto de 1998.

 

 

Sá Pinto recaló en Donostia en una etapa muy oscura en su carrera como jugador. Entonces, se encontraba inhabilitado por agredir a Artur Jorge, seleccionador portugués, por dejarlo fuera de una convocatoria. «Realmente se excitaba. Si algo no le gustaba, saltaba. Su carácter le acarreaba problemas», describe López Ufarte, segundo entrenador de la Real Sociedad: «Me llevaba bien con él y todavía mantenemos contactos. Sé que le marqué en la Real. Estuve muy cerca de él. Estuvo un año sancionado (por su agresión a Artur Jorge) y quise colaborar para recuperarle. Estuvo más tranquilo en Donosti y lo cierto es que hacía cosas increíbles en los entrenamientos. Quizá no supo aprovechar algunos momentos, ya que no dio el nivel que se esperaba de un jugador de su calidad».

 

 

Entrenamientos en los que llegó a verse con Sergio Corino, que también presumía de carácter. «Tenía mucha personalidad, pero era un buen tío, muy abierto. Tenía fama de jugador polémico, pero era cercano en el trato. Yo siempre iba a cuchillo no solo en los partidos, sino también en los entrenamientos, y si le hacía una entrada algo dura, no se mosqueaba. Me decía: relájate, que juego en tu equipo». El propio Corino rememora una anécdota peculiar con Sá Pinto, con el que compartió vestuario en la campaña 1999-2000, «era un poco coqueto, sobre todo a la hora de cuidar su melena, que se la retocaba hasta en los partidos, en los que jugaba con una especie de diadema. Se nos ocurrió la brillante idea de reunir dinero entre la plantilla, cuadro técnico, utilleros… para intentar cortarle el pelo. El bote se acercó a las 100.000 pesetas de entonces. Me respondió que no se cortaba el pelo por nada del mundo, ni por dinero. ¡Pero cuando le ofrecí las 100.000 pesetas! Eso sí, el dinero se lo di por adelantado. Logré raparle al cero, con una raya en medio de la cabeza», desgrana.

 

 

Después de 77 partidos y seis goles en la Real Sociedad, el verano del 2000 estuvo en la órbita del mismísimo Real Madrid de Luis Figo. El fichaje de Sá Pinto, también representado por José Veiga, estaba enmarcado en una operación que no suponía ningún coste para los merengues al formar parte del traspaso al Sporting de Lisboa de Rodrigo Fabri y la cesión por un año de Perica Ognjenović, dos jugadores que por aquel entonces contaban con una elevada ficha y cuyo escaso rendimiento hacía que no entrasen en los planes de Vicente Del Bosque. Finalmente y cuando todo parecía hecho entre los clubes, el traspaso se frustró debido a la negativa de Fabri y Perica Ognjenović a reducir sus emolumentos.

 

 

Finalmente, Sá Pinto regresó al Sporting, donde jugó seis años más, aquejado de numerosas lesiones, aunque finalmente se hizo con la capitanía del equipo. En la campaña 2006-07 se unió al también internacional portugués Sérgio Conceição en el Standard de Lieja, ya que Jorge Costa se había retirado en el club en verano, en la Pro League belga, y se retiró con casi 35 años.

 

 

Estrella internacional

Sá Pinto fue internacional con Portugal en 45 ocasiones, 25 jugando con el Sporting y 20 con la Real Sociedad, y marcó nueve goles. Su primer partido fue el 7 de septiembre de 1994, en la victoria por 2-1 sobre Irlanda del Norte en Belfast, en el que marcó el segundo gol. Participó en la Eurocopa 1996, empatando contra Dinamarca (1-1) en el primer partido de la fase de grupos, y en la Eurocopa 2000; en esta última competición marcó seis goles, incluido un hat-trick en la goleada por 8-0 a Liechtenstein en Coimbra el 9 de junio de 1999.

El 26 de marzo de 1997, Sá Pinto agredió al seleccionador nacional, Artur Jorge, al conocer la noticia de no haber sido convocado para un partido. El jugador se desplazó al Estádio Nacional de Lisboa, donde se entrenaba el equipo, y propinó un puñetazo en la cara al seleccionador, siendo inhabilitado durante un año para todas las competiciones nacionales e internacionales.

La última aparición de Sá Pinto fue en la victoria por 6-0 sobre Chipre, en la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA 2002, el 6 de junio de 2001. Una lesión le impidió estar presente en la fase final.