El 30 de julio del año 2000, el Real Oviedo vivió su última gran victoria europea, tras imponerse a la AS Roma de Fabio Capello en un partido amistoso disputado en Irdning (Austria), ante poco más de 2.000 espectadores. Los asturianos llegaban victoriosos de su enfrentamiento ante el Gençlerbirliği turco, y con una plantilla con nombres como Esteban, Onopko, Tomić, Iván Ania, Losada o Møller.
Radomir Antić estrenaba su segunda etapa en el conjunto carbayón en un momento realmente delicado: la marcha de Luis Aragonés, el luto por el trágico fallecimiento de Peter Dubovsky (a finales de junio), y los últimos detalles para dejar listo el Nuevo Carlos Tartiere. Por su parte, la Roma de Capello se presentaba con importantes fichajes para el asalto al Scudetto: Walter Samuel, Gabriel Batistuta, Emerson, Balbo y Fábio Junior, que se unían a una plantilla donde ya se encontraban Cafú, Vincent Candela, Aldair, Hidetoshi Nakata, Vincenzo Montella, Marco Delvecchio y el capitán Francesco Totti.
Finalmente, el partido terminó con un ajustado 1-0 a favor de los españoles, gracias a un gol del internacional danés Peter Møller-Nielsen en el minuto 40. Desgraciadamente, toda aquella ilusión para afrontar la nueva temporada acabó de la peor de las maneras para los asturianos, con el descenso a la Segunda División A. Por su parte, la Roma se proclamaría campeona de la Serie A.