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¿Quién fue el primer estadounidense del fútbol profesional español?

 

Cuando se aprobó en 1926 el reglamento del profesionalismo en España, solo se permitía jugar a los extranjeros en calidad de aficionado y por ello en la primera edición de la Liga (1928-1929) jugaron solo futbolistas nacionales salvo tres excepciones: el costarricense Saprissa, del RCD Espanyol, y los barcelonistas Walter (alemán) y Plattko (húngaro). Desde entonces, LaLiga ha recibido jugadores de distintos países, entre ellos Estados Unidos.

Entonces, ¿quién fue el primer estadounidense del fútbol profesional español? Para responder a esta cuestión debemos remontarnos a los años 90, cuándo tras la disputa del Mundial de Italia de 1990, la U.S. Soccer empezó a buscar clubes europeos dispuestos a incorporar a jugadores del combinado nacional con la idea de profesionalizar su nivel ante la inminente disputa del Mundial de 1994.

 

 

España fue uno de los países receptores del talento estadounidense, siendo Catalunya el epicentro de la acogida inicial. El primero en llegar fue el centrocampista Tab Ramos (nacionalizado norteamericano, aunque nacido en Uruguay), el julio de 1990, y lo hizo para jugar en la Unió Esportiva Figueres de Jorge d’Alessandro, de la Segunda División A. El jugador, procedente del Miami Sharks, llegó con grandes expectativas, al haber sido nombrado mejor jugador norteamericano de 1990. La temporada siguiente, se le uniría, procedente del Tampa Bay Rowdies, el defensa Peter Vermes (nacido en Nueva Jersey).

 

 

Visto el buen rendimiento de ambos, para la temporada 1992-1993, la Unió Esportiva Lleida se unió a la causa, incorporando a Manny Lagos (nacido en Minnesota), aunque por poco tiempo. El jugador decidió abandonar el club en el mercado de invierno ante las pocas oportunidades en el conjunto de José Manuel Esnal Mané, disputando tan solo 8 encuentros, 3 como titular.

 

 

Pese a que Tab Ramos firmaría por el Real Betis Balompié para la temporada 1992-1993, y formaría parte de la plantilla del ascenso de la temporada 1994-1995, acabó siendo descartado para formar parte de la plantilla del retorno a Primera División. Así pues, no fue hasta 1999 cuando se dio el debut del primer jugador estadounidense en la Primera División española. El protagonista fue Kasey Keller, que se incorporó al el Rayo Vallecano. En sus dos años con el conjunto de Vallecas, el guardameta se ganó el cariño de la afición con sus paradas y hasta hoy en día sigue siendo una figura querida. En 2001 se marchó del Rayo y volvió a Inglaterra con el Tottenham y el Southampton.