La teoría de los 6 grados de separación, inicialmente propuesta en 1930 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en un cuento llamado Chains, nos propone que todas las personas están conectadas a nivel internacional con seis o menos conexiones a nivel social. Una teoría que seguramente dio origen al refrán popular que asegura que el mundo es un pañuelo.
Aferrándonos a ella, con imaginación, y usando la carrera deportiva del guardameta José Iborra como hilo argumental, intentaremos encontrar qué relación existe entre él, el fútbol catalán, el asesinato de Trotski, México, la figura de Josif Stalin, y la plataforma de streaming Netflix.
El juego se inicia con nuestro primer protagonista, el ex portero José Iborra Blanco, nacido en Barcelona el 12 de junio de 1908. Fue un jugador destacado del fútbol catalán durante las décadas de los años 30 y 40 del siglo XX. Se formó en el Peña Alcoriza, un equipo filial del Club Esportiu Europa, pasando a continuación por el FC Lleida, el Patria de Zaragoza y el Centre d’Esports de Lleida. En 1932 decidió cambiar tierras catalanas por el encanto vinícola de la Rioja, fichando por el CD Logroño. Pero la nostalgia pesó y ese mismo año emprendió el retorno a casa para integrarse en la escuadra de la UE Sants.
Su buena campaña propició que fuera requerido por el RCD Espanyol (campeón de Cataluña en ese momento) para participar en una pequeña gira por las Islas Canarias durante el verano de 1933. En agosto de ese mismo año decidió fichar por el Girona FC (nacido 3 años antes en el café Norat de la Rambla de Girona), el cual se anticipó al interés del Oviedo por el jugador.
Iborra destacó y mucho durante los dos años en el club gerundense, disputando el Campeonato de Cataluña (quedando quinto) y en la Liga de Tercera División (proclamándose campeón), aunque no accedió a la liguilla final tras caer en la previa. En 1935 en un gran estado de forma, y siendo una de las figuras del fútbol catalán de aquellos años, fichó por el FC Barcelona, junto con Domènec Balmanya … Pero su paso por el antiguo campo de Les Corts no duraría mucho. En 1937, iniciada la Guerra Civil, formó parte del equipo del FC Barcelona que realizó la gira por América, y decidió quedarse en México a vivir.
Allí ingresó en el Real Club España y en 1943 pasó a formar parte del Club Puebla, llegando a defender su zamarra en más de 200 partidos, 4 temporadas, levantando en 1945 la Copa México y colgando los guantes.
Pero fue antes de su fichaje por el Puebla, concretamente el 20 de agosto de 1940, en Coyoacán, cuando Iborra coincidió comiendo con el segundo elemento clave de la historia. Ramón Mercader, estalinista y agente español del Comisariado del Pueblo para Asuntos internos (NKVD), quien poco después terminaría asesinando a Davidovich Bronstein (por supuestas órdenes de su rival Stalin), más conocido como León Trotsky, un político y revolucionario ruso exiliado que se encontraba entonces en la misma localidad mexicana.
Pepe Iborra explicaba que después del postre Mercader le dijo: «adiós, que tengo algo por hacer». Horas después este asesinó a Trotsky clavándole un piolet (herramienta de montañismo) en la cabeza, crimen que tuvo como respuesta por parte del gobierno mexicano 20 años de prisión. Obviamente, Iborra y el resto de comensales eran desconocedores de la acción que iba a perpetrar Mercader, con el que coincidieron por su condición de catalán y español.
Pasados los años, la vida de Trotsky fue adaptada en formato mini serie de 8 episodios para la televisión rusa, y después de su rotundo éxito, comprada por la plataforma Netflix para ser distribuida a nivel internacional dándola a conocer a las nuevas generaciones.