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El pisotón de Juanito, la mayor sanción de la Copa de Europa

 

La mayor sanción impuesta a un jugador en la historia de la Copa de Europa fue la que recibió Juanito, del Real Madrid, en 1987. Durante las semifinales contra el Bayern de Múnich, el ídolo merengue fue sancionado con cinco años de inhabilitación para disputar competiciones europeas por pisar dos veces la cabeza del jugador alemán Lothar Matthäus.

“Le comenté a Andy Brehme que en el primer instante pensaba que Juanito quería matarme. En YouTube se sigue viendo dicha escena como una especie de mini película de horror. Se jugó la ida de Múnich (las semis de 1987) y ganábamos por 3-0. Tan solo el marcador hería su gran orgullo español. Además, se sentían desfavorecidos por el colegiado. Anteriormente, había marcado de penalti y cometí una falta a Chendo en el centro del campo, a lo que este me tiró de un empujón. Estaba tendido sobre el césped, por lo que no vi la carrera de diez metros que dio Juanito hacia mí. Lo primero que siento es la patada en la espalda. Y después de revolverme de tanto dolor, me pisó con los tacos fuertemente en el cuello y la oreja. La federación le sancionó cinco años sin poder jugar en competición europea. Él, por su parte, lo reconoció, llegó a pedir disculpas antes de disputar la vuelta y semanas después me escribió una carta muy emocional. Cinco años más tarde me enteré de que había muerto en un accidente de tráfico. En el Bernabéu siguen cantando su nombre a día de hoy, porque Juanito representaba el espíritu luchador del Real como pocos más”, recuerda Mätthaus.

 

 

Eran semifinales de Copa de Europa, los blancos venían de ganar dos títulos de la Copa de la UEFA y de eliminar en esa edición al Young Boys, la Juventus y el Estrella Roja. Quince eliminatorias superadas consecutivamente. Era la época de las grandes remontadas de La Quinta del Buitre, pero también de un episodio oscuro del señorío blanco.

La ida de aquella vibrante eliminatoria se disputó el 8 de abril en Múnich y se calentó previamente por unas declaraciones del técnico alemán. Udo Lattek había sido 11 años atrás el mister del Borussia Mönchengladbach, y vio como a su equipo le anulaban dos goles en el Bernabéu. “Fue una guarrada sensacional”, recordó.

El Madrid partía con desventaja con dos bajas serias en su delantera: Hugo Sánchez, suspendido por tarjetas, y Valdano, al que poco antes se le había declarado una hepatitis que a la larga le haría dejar el fútbol. El Olímpico presentaba un lleno hasta la bandera, con su público apasionado y totalmente entregado. En el 29’ llegó el detonante del inicio de la violencia: Augenthaler lanza a Dorther, que se planta ante Buyo, trata de quebrarle y este le arrebata el balón. El escocés Valentine pita penalti. No lo es de ninguna forma. Matthäus lo transforma en el 2-0. El Madrid se ofusca, deja de jugar (lo estaba haciendo bien) y se desahoga con entradas violentas. El Bayern responde, y entre patada y patada llega el 3-0, en el 35’, obra de Wohlfarht.

Solamente pasaron cuatro minutos cuando Matthäus entra violentamente al tobillo de Chendo y caen ambos al césped. El defensor madridista se levanta y le propina un empujón al alemán, mientras Juanito y Sanchís llegan a la carrera, el primero le profiere una patada y le pisa la cabeza dos veces al Balón de Oro, mientras que el segundo le pisa en la pierna. La situación no va a más porque el árbitro protege a Matthäus, que se pone en pie y se retira a la zona de banquillos, mientras que Valentine, sin dudarlo, expulsa a Juanito, y hace la vista gorda con Sanchís. El partido termina 4-1.

“Me ha podido mi instinto animal”, confesaba Juanito al final del encuentro. “Creía que me había vuelto una persona normal, pero no hay forma. Lo que he hecho es deplorable. Estoy apesadumbrado”.

 

 

El perdón de Lothar

La vuelta tuvo lugar el 22 de abril, y el diario As organizó un encuentro entre Juanito y Matthäus, en el que este le perdonó por el pisotón y recibió de manos del malagueño un estoque y una muleta de torero.

 

 

Parecía que la paz se imponía, aunque los Ultrasur lanzaron tantas cosas al terreno de juego antes del encuentro que el colegiado Vautrot tardó un cuarto de hora en dar comienzo. El colegiado pitó casi una falta por minuto, lo que retrasó el juego del Madrid e impacientó al público. En el 28’ se hace la luz para el Madrid, con gol de Santillana a la salida de un córner. Clamor. Dos minutos después, Augenthaler cae en una provocación de Hugo Sánchez, le suelta un puñetazo. Vautrot le expulsa. Cuando sale, se lleva los dos índices a ambos lados de la cabeza, a modo de cuernos, lo que provoca otra oleada de lanzamientos, y la impotencia final del Madrid en su cruzada por remontar en el marcador global.

 

 

«Volví a ver el partido repetido, no me acuerdo muy bien. A los 30 minutos me expulsaron, estaba medio lesionado. Le di como un pequeño toque en el cuello a Hugo Sánchez. Yo estaba pendiente de que el árbitro no lo viese, pero fue el linier el que dijo de expulsarme. Había muchos espectadores y se escuchaba mucho barullo. Y reaccioné. Luego fui al vestuario y abrí todas las duchas para no escuchar el ruido del Bernabéu. No pienso que Hugo me vacilase. Jugaba de manera muy provocativa, pero a mí personalmente no me vaciló. Llegó a quitarme la pelota y siguió pateándome, por eso le di ese pequeño toque. Juanito… ese sí que para nosotros era un incordio. Recuerdo que habíamos ganado en Múnich 4-1 y que el Madrid necesitaba ganar por 3-0 para remontar y hacían una presión muy alta para no dejarnos jugar bien», recuerda el defensor alemán.