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Marcelo y Triguinho, el día que Rivaldo «se la coló» al Barça

 

Pocos recordarán que el brasileño Rivaldo, siendo jugador del FC Barcelona, le endosó a la directiva de Joan Gaspart el fichaje de dos jugadores brasileños semiprofesionales. Una surrealista historia que se inició el verano de 1999, cuando el astro brasileño empezó a dar sus primeros pasos empresariales.

Primero con la compra de un club de fútbol de la Tercera División de Brasil fundado en 1998, el Guaratinguetá Futebol (ubicado en una ciudad cercana a São Paulo), y segundo haciéndose con la representación de jugadores como Juninho Pernambucano, al que también recomendó al club culé. En aquellas curiosas aventuras, olvidadas por el paso del tiempo, lo acompañaron el también internacional brasileño César Sampaio y un tercer socio, Carlos Arini, dando vida así a la empresa C.S.R Futebol e Marketing.

 

 

El 26 de noviembre de 1999, a pocos días de que Rivaldo recibiera su Balón de Oro, el Guaratinguetá Futebol se unió a la Federación Paulista de Fútbol, compitiendo en el Campeonato Paulista Série B2 en 2000. Aquel movimiento empresarial empezó con un gran casting en el que participaron alrededor de 800 jóvenes, de entre 10 y 23 años, interesados en unirse a las distintas categorías del club, aunque solo algunos pocos superaron las pruebas de ingreso. “Buscamos al futbolista moderno”, explicaba Gilmar da Costa, coordinador técnico de la escuela por aquel entonces, quien añadía que «no solo buscamos habilidad técnica, sino también jugadores que cumplan con las exigencias físicas actuales».

El Guaratinguetá tenía como objetivo convertirse en una de las canteras más deseadas del mercado europeo, siendo integrada exclusivamente por jugadores menores de 23 años. Los resultados no tardarían en llegar, para alegría de César Sampaio y Rivaldo.

 

 

Los surrealistas fichajes de Marcelo y Triguinho por el FC Barcelona B

6 jugadores del Guaratinguetá viajaron con Rivaldo a Barcelona a finales del 2000, para pasar unos días a prueba entrenando con la UE Sant Andreu, que por aquel entonces jugaba en Tercera División. Solo dos de ellos consiguieron una oportunidad, Marcelo, un defensa central de 20 años, y Luciano da Silva, más conocido como Triguinho, un mediapunta de 22.

 

 

Ante todo pronóstico, ambos fueron cedidos sin coste al primer equipo del FC Barcelona, que se comprometió a asumir sus fichas (oscilaban entre los 15 y los 30 millones de pesetas anuales) tras tenerlos a prueba 3 meses en el Barça B. Las malas lenguas aseguraron que Joan Gaspart solo accedió a ese surrealista trato para tener contenta a su estrella, que tanteaba su traspaso a la Lazio.

 

 

Ânderson Marcelo Da Silva, que incluso llegó a sonar para sustituir a Abelardo, tuvo su oportunidad en 2 partidos de Copa Catalunya y un amistoso, e incluso llegó a permanecer dos temporadas más: una para ser cedido al Gimnàstic de Tarragona (que se adelantó al Albacete) y otra para ser totalmente ignorado por el club mientras pasaba sus días entrenando en el Barça B sin poder jugar en Segunda B.

 

 

Por su parte, a Triguinho le fue bastante peor, ya que tan solo pudo participar en un amistoso, la UE Lleida rechazó su cesión, y se acabó marchando al final de la temporada 2000-2001, para fichar por el Figueirense.

Aquel no fue el único movimiento de mercado de Rivaldo como mánager en tierras catalanas, puesto que también recomendó en 1998 a la UE Lleida (Segunda División A) el fichaje de Luis Simplicio, otro gran fiasco para olvidar.