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Kaká en el Associazione Calcio Milan

 

Kaká jugó en el AC Milan en dos etapas distintas, entre los años 2003 y 2009, y la temporada 2013-2014. Llegó a sumar un total de 223 partidos y anotó 77 goles, algunos tan espectaculares como el que marcó en Old Trafford en la ida de las semifinales de Champions League ante en el Manchester United y que le dio el último empujón para conquistar el Balón de Oro otorgado aquel año.

«Gafas, peinado con esmero, cara de buen chico, solo le faltaba la cartera con los libros y la merienda. Dios mío, habíamos contratado a un estudiante universitario (…) No parecía un futbolista brasileño, recordaba más bien a un testigo de Jehová en Cologno Monzese. Llegó sin que ninguno de nosotros conociese su verdadero potencial (…). Ricardo produjo el efecto de un tornado que sacudió y dio un vuelco al que, hasta entonces, había sido nuestro sistema de juego. Se apoderó del centro del campo’’, así lo definió el técnico Carlo Ancelotti en sus libros autobiográficos.

 

 

Llegada a San Siro

Cuándo el AC Milan se fijó en el astro brasileño era un auténtico desconocido para el público europeo. En 2002 debutó con la absoluta de Brasil en un partido ante Bolivia, y meses después se colaría entre los convocados que viajarían a Corea y Japón para el Mundial de 2002, entre gran polémica. En la cita mundialista únicamente jugó 19 minutos en el último partido de fase de grupos, ante Costa Rica y con el resultado ya decidido. Con 20 años era el futbolista más joven de la expedición brasileña y los ojeadores del AC Milan ya tenían numerosos informes de su espectacular rendimiento en Brasil con el São Paulo, donde había debutado con apenas 18 años.

 

 

Ricardo Izecson Santos Leite, «Kaká» fue presentado un 19 de agosto de 2003, con un contrato para las 4 siguientes temporadas, y llegó tras el desembolso del club italiano de 7,4 millones de euros. El gran sacrificado para hacer realidad su llegada fue la gran promesa nigeriana Aliyu Datti que fue traspasada al Royal Standard de Liège. El brasileño lució el dorsal 22 y no el 30 cómo se había informado, aunque se mostró muy satisfecho por recalar en el vigente campeón de la Liga de Campeones. «Es la primera vez que vengo a Italia y estoy muy contento. Llevar la camiseta del Milan es para mí un sueño hecho realidad que tenía desde pequeño», fueron las primeras palabras del centrocampista. Además, Kaká tuvo en el conjunto ‘rossonero’ numerosos compatriotas como Cafú, Dida, Roque Junior o Rivaldo.

 

«Me encanta encontrarme con Rivaldo porque es mi amigo y me servirá de ejemplo. Puedo decir que se trata de un excelente jugador, pero la táctica la decide el entrenador y no me compete a mí», indicó.

 

 

El inicio de una bella historia

En el plazo de un mes, Kaká entró en la alineación titular, sustituyendo a Rui Costa en la posición de media punta, por detrás del tridente formado por Jon Dahl Tomasson, Filippo Inzaghi y Andriy Shevchenko. Debutó en la Serie A en una victoria por 2-0 contra el Ancona. Aquella temporada marcó diez goles en 30 partidos, y dio varias asistencias importantes, como el centro que dio lugar al gol de cabeza de Shevchenko que decidió el Scudetto, y el Milán ganó la Serie A y la Supercopa de la UEFA, además de quedar subcampeón de la Copa Intercontinental y de la Supercoppa Italia de 2003. El Milán también llegó a las semifinales de la Coppa Italia, cayendo ante el que a la postre sería el campeón, la SS Lazio, y fue eliminado de los cuartos de final de la Liga de Campeones por el Deportivo de La Coruña. Debido a su actuación en su temporada de debut, en 2004, Kaká fue nombrado Futbolista del Año de la Serie A, y fue nominado tanto al Balón de Oro (quedando en el puesto 15) como al de Jugador Mundial de la FIFA 2004 (quedando en el puesto 10).

Kaká formó parte del mediocampo de cinco hombres en la temporada 2004-05, jugando normalmente en un papel replegado detrás del delantero Andriy Shevchenko. Contaba con el apoyo defensivo de Gennaro Gattuso y Clarence Seedorf, así como de Massimo Ambrosini, lo que permitía que Kaká, como centrocampista ofensivo, y Rui Costa o Andrea Pirlo, como mediapunta, se encargaran de crear las ocasiones de gol del Milan, formando un centro del campo formidable tanto en Italia como en Europa. El Milan comenzó la temporada ganando la Supercoppa Italiana contra el Lazio. Marcó siete goles en 36 partidos en el campeonato nacional, en el que el Milan se proclamó subcampeón del Scudetto. El Milan también alcanzó los cuartos de final de la Coppa Italia esa temporada. Kaká desempeñó un papel fundamental en la campaña de la Liga de Campeones de esa temporada, ayudándole a llegar a la final contra el Liverpool, marcando dos goles y dando cinco asistencias. Apodado el «Milagro de Estambul«, el Milan iba ganando 3-0 en el descanso, pero el Liverpool remontó, marcando tres goles en seis minutos, y acabó ganando el partido 3-2 en los penaltis.

A pesar de ello Kaká fue nominado una vez más al Balón de Oro y al Premio al Mejor Jugador del Año de la FIFA, quedando noveno y octavo respectivamente, y fue nombrado mejor centrocampista de fútbol de clubes de la UEFA en 2005.

 

 

En la temporada 2005-06, Kaká marcó sus primeros tres goles en competiciones nacionales. El 9 de abril de 2006, marcó su primer triplete rossonero contra el Chievo, con los tres goles anotados en la segunda parte. El Milan fue eliminado en las semifinales de la Liga de Campeones 2005-06 por el Barcelona, a la postre campeón, y volvió a ser eliminado en los cuartos de final de la Copa Italia. Además, el Milan volvió a ser subcampeón de la Serie A, y Kaká marcó 17 goles en la liga. Sin embargo, tras el escándalo del Calciopoli de 2006, al Milan se le descontaron 30 puntos, lo que le situó en la tercera posición de la tabla. Kaká fue nominado al Balón de Oro y al Premio al Jugador Mundial de la FIFA por tercer año consecutivo, quedando en 11ª y 7ª posición respectivamente. También fue seleccionado para formar parte del Equipo del Año de la UEFA y del FIFPro World XI por primera vez en su carrera.

La marcha de Andriy Shevchenko al Chelsea en la temporada 2006-07 permitió que Kaká se convirtiera en el centro de la ofensiva del Milan, ya que alternaba las posiciones de centrocampista y delantero, actuando a veces como delantero o como segundo delantero por detrás de Filippo Inzaghi, así como en su posición más típica de centrocampista ofensivo. El 2 de noviembre de 2006, marcó su primer triplete en la Liga de Campeones en la victoria por 4-1 sobre el Anderlecht belga en la fase de grupos. Uno de sus goles sirvió para que los rossoneri eliminaran al Celtic en octavos de final, por un global de 1-0, y marcó tres goles contra el Manchester United en las semifinales. El Milan también llegó a las semifinales de la Coppa Italia esa temporada, cayendo ante el ganador, la Roma, y terminó cuarto en la Serie A.

 

 

Kaká se proclamó campeón de la Liga de Campeones cuando el Milan derrotó al Liverpool por 2-1 el 23 de mayo de 2007, vengando así la anterior derrota en los penaltis dos años antes. El 30 de agosto, Kaká fue nombrado por la UEFA mejor delantero de la temporada 2006-07 de la Liga de Campeones y Futbolista del Año de la UEFA, además de formar parte del Equipo del Año de la UEFA por segunda vez. Volvió a ser el segundo mejor asistente de la Liga de Campeones, con cinco pases de gol, y fue elegido mejor director de juego del mundo por la IFFHS en 2007.

El Milán comenzó su temporada 2007-08 ganando la Supercopa de la UEFA el 31 de agosto, derrotando al Sevilla por 3-1, con Kaká marcando el tercer gol. Kaká había hecho una carrera con múltiples regates en el área del Sevilla, ganando un penalti, que luego procedió a lanzar. Aunque el portero Andrés Palop lo detuvo, Kaká marcó en el rebote con un cabezazo. El 30 de septiembre jugó el partido número 200 de su carrera con el Milan, en un empate en casa con el Catania (1-1), marcando un gol de penalti, y el 5 de octubre fue nombrado Jugador Mundial del Año de la FIFPro 2006-07, y fue elegido como parte del FIFPro World XI por segunda vez en su carrera. El 2 de diciembre de 2007, Kaká se convirtió en el octavo jugador del Milan en ganar el Balón de Oro, al obtener 444 votos, muy por delante de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. El 29 de febrero de 2008 firmó una ampliación de su contrato con el Milan hasta 2013.

 

 

El 16 de diciembre, Kaká se proclamó campeón de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA contra Boca Juniors, al marcar el tercer gol del partido del Milan en la victoria por 4-2 que le permitió coronarse campeón del mundo. Previamente, Kaká había dado la asistencia del primer gol del partido a Filippo Inzaghi y también asistió el último gol del partido a Inzaghi tras un impresionante intercambio con Clarence Seedorf; fue galardonado con el Balón de Oro como mejor jugador de la competición. El 17 de diciembre, Kaká fue elegido Jugador Mundial de la FIFA 2007 con 1.047 votos, por delante de Lionel Messi con 504 y Cristiano Ronaldo con 426.

En enero de 2008, Kaká también fue nombrado Futbolista del Año 2007 de la Serie A, ganando el premio por segunda vez en su carrera. Su contribución dentro y fuera del terreno de juego hizo que la revista Time incluyera a Kaká en la lista Time 100 el 2 de mayo. El 14 de octubre, dejó sus huellas en la acera de la fama del Estádio do Maracanã, en una sección dedicada a la memoria de los mejores jugadores del país. Kaká terminó la temporada 2007-08 con 15 goles en la Serie A. Entre sus mejores goles, cabe destacar un disparo con efecto desde 30 metros que se coló por la escuadra contra el Lazio, un potente disparo desde la frontal del área de 18 metros contra el Cagliari y una carrera en eslalon, ya característica, en la que superó a varios jugadores del Udinese antes de colar el balón por la escuadra. Fue nominado como finalista al premio al Jugador Mundial de la FIFA 2008, quedando en cuarto lugar, y fue nominado al Balón de Oro, quedando en octavo lugar. Fue incluido en la lista de seis candidatos al Laureus World Sportsman of the Year de 2008, y fue seleccionado en el FIFPro World XI por tercera vez en su carrera. Volvió a ser incluido en Time 100 en 2009.

Kaká terminó su última temporada con el Milan marcando 16 goles, ayudando al Milan a terminar tercero en la Serie A, y siendo elegido una vez más como finalista para el Premio al Jugador Mundial de la FIFA, quedando cuarto en la votación por segundo año consecutivo. También fue nominado al Balón de Oro, quedando en sexto lugar, y fue nombrado en el Equipo del Año de la UEFA por tercera vez en su carrera.

 

El adiós de una leyenda… para un futuro regreso

A principios de 2009 sonaban melodías de despedida entre Kaká y San Siro, y no precisamente rumbo al Santiago Bernabéu. La BBC informó el 13 de enero de 2009 que el Manchester City había hecho una oferta por Kaká de más de 100 millones de libras. El director del Milan, Umberto Gandini, respondió que el Milan solamente discutiría el asunto si Kaká y el Manchester City acordaban condiciones personales. Kaká respondió inicialmente diciendo a los periodistas que quería «envejecer» en el Milan y que soñaba con ser capitán del club algún día, pero más tarde dijo: «Si el Milan quiere venderme, me sentaré a hablar. El 19 de enero, Silvio Berlusconi anunció que el Manchester City había puesto fin oficialmente a su oferta tras una discusión entre los clubes, y que Kaká permanecería en el Milan.

Así pues, medio millar de aficionados rossoneri se manifestaron aquel mismo día frente a la sede del club italiano en la capital lombarda para exigir a sus responsables que no dejaran marchar al brasileño Kaká al inglés Manchester City, posibilidad que en los medios cada vez cobraba más fuerza. Los aficionados, convocados por el grupo de hinchas Curva Sur, lanzaron mensajes a la sociedad «rossonera» en los que aludían a una cuestión de «corazón» para intentar evitar un fichaje que muchos daban ya por hecho y que podría suponer para las arcas del Milan un embolso de 105 millones de euros.

 

 

Las cerca de quinientas personas que se congregaron en la milanesa Via Turati exigían al club, propiedad del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, que no dejara escapar al jugador, así como pedían a Kaká que no solicitara más dinero al club inglés. Esta concentración de aficionados se produjo en el mismo día en el que el vicepresidente del Milan, Adriano Galliani, y Berlusconi se reunieron para hablar de la posible venta de Kaká al Manchester City.

La prensa italiana destacaba la revolución de los aficionados en las gradas contra los principales responsables del Milan en sus protestas por una venta a la que el club de la capital lombarda nunca se cerró en banda. «Galliani, vete tú al City» o «Berlusconi eres un interista» fueron algunas de las pancartas que se vieron en el estadio de San Siro, acompañadas por coros contra los directivos, mientras que otro grupo de aficionados sacaron billetes del bolsillo al grito «compramos nosotros a Kaká».

‘Lo digo por última vez. La última. Yo no quiero irme del Milan. Os lo pido por favor. En este período prefiero mantener el silencio porque no quiero ser malinterpretado, o peor aún, instrumentalizado’, aseguraba el jugador.

 

 

Gaetano Paolillo, uno de los representantes de Kaká, habló años después sobre la decisión final de traspasar el futbolista al Real Madrid a cambio de 65 millones de euros. “Cada año Florentino preguntaba si el fichaje de Kaka era viable, pero el Milan nunca lo puso en el mercado, quería que se quedase. Ese era el plan. Kaka tampoco quería irse y el dinero que le ofrecían en Madrid nunca fue un problema. Los fans le adoraban y él era más que feliz en Milán”, detalla el agente.

Sin embargo, obligado por las apreturas, el club rossonero se vio obligado a ponerlo finalmente en el mercado para sanear sus cuentas. La primera opción de Galliani, eso sí, no fue el Madrid, sino el Manchester City. “Si hubiese sido por el Milan, hubiesen aceptado la oferta del City, pero Kaka se negó tajantemente. Al final lo pusieron en el mercado y el Real Madrid siempre es una buena opción”, explica Paolillo, que aclara que el propio jugador no esperaba el traspaso. Tras el último partido en Florencia, Kaka se fue a un compromiso de selecciones y nos despedimos pensando que volvería en un mes, solo se llevó una mochila. Pero Milan y Madrid cerraron el fichaje cuando estaba en Brasil”, recuerda el representante.

“Desde 2011 en adelante intentamos su regreso, y eso solo pudo suceder gracias a la amistad entre Galliani y Florentino, que lo dejó libre en 2013 de mutuo acuerdo”, rememora.

El 8 de junio, el Milan y el Real Madrid confirmaron el traslado de Kaká al estadio Santiago Bernabéu con un contrato de seis años por 67 millones de euros. Kaká fue presentado como jugador del Real Madrid el 30 de junio de 2009, y debutó de forma no oficial el 7 de agosto de 2009 en un amistoso contra el Toronto FC (5-1).

 

La vuelta del hijo pródigo

«Hay amores que no se olvidan. Vuelvo a casa»: así se expresó el brasileño Ricardo Kaká a su llegada a Italia para volver a formar parte de la disciplina del Milan un 2 de septiembre de 2013. En declaraciones al canal deportivo «Skysport» tras salir del aeropuerto milanés de Linate donde le esperaban varias decenas de aficionados, Kaka se mostró «muy feliz» y aseguró que no ve la hora de volver a saltar al campo de San Siro con la camiseta «rossonera».

«Estoy muy feliz. Volveré a jugar con el número 22. Muchos aficionados me han mandado mensajes de bienvenida y esto es muy importante para mí», aseguró el mediapunta brasileño. Kaká firmó un contrato por dos años a cuatro millones más pluses por temporada, respecto a los 11 millones que ganaba en el Real Madrid. «Hoy todo se recompone. No será como aquel agosto de 2003 (cuando llegó al Milan por primera vez). Será otra historia. Porque los que son como Riccardino no desfilan», se leía en la página web del club.

 

 

Kaká, de 31 años regresaba así al equipo del que fue su gran estrella y que abandonó en 2009 para fichar por el Real Madrid y en el que había militado desde 2003 coleccionando 193 presencias y 70 goles. La marcha de Kaka fue considerada muy dolorosa por parte de los directivos del Milan y en varias ocasiones el presidente, Silvio Berlusconi, había asegurado que recibirían al brasileño «con los brazos abiertos». En esta segunda etapa incluso fue capitán en su debut en su segunda etapa, quitándole el brazalete al portero Marco Amelia en un partido contra el Chiasso. Ese mismo día Kaká se rompió el músculo aductor izquierdo y decidió no aceptar ningún salario del Milan mientras se recuperaba. Volvió a jugar con el Milan el 19 de octubre, tras entrar como suplente en el minuto 76 en la victoria por 1-0 en casa contra el Udinese. En su siguiente partido, el 22 de octubre, Kaká asistió a Robinho en el empate a uno en casa contra el Barcelona en la Liga de Campeones. El 29 de marzo de 2014, Kaká marcó dos goles en la victoria por 3-0 contra el Chievo, su partido número 300 con el Milan.

El 30 de junio de 2014, Kaká vio rescindido su contrato con el Milan de mutuo acuerdo a pesar de que le quedaba un año, al activar una cláusula de liberación como consecuencia de que el equipo no se clasificó para las competiciones europeas, y así puso punto y final a su trayectoria en San Siro. Se iba una leyenda.