spot_img

Javier Clemente en el FC Barcelona, la historia «olvidada»

 

En las elecciones del FC Barcelona celebradas el 1 de abril de 1989, Josep Lluís Núñez salió reelegido, consiguiendo 25.441 votos (59,1%) y se impuso a su gran rival, Sixte Cambra, al que apoyaron 17.609 socios (40,9%), con una participación del 46,9%.

Núñez venía de salvar una de sus mayores crisis, tras perder la final de la Copa de Europa en Sevilla (1986) y de afrontar la famosa rebelión de los jugadores en el llamado Motín del Hesperia (1988) por motivos económico, que acabaría con el despido de prácticamente la totalidad de la plantilla.

 

 

Durante el inicio de la carrera electoral, en 1988, mientras el primero tenía en mente a su amigo Javier Clemente para ocupar el cargo de técnico (por aquel entonces en el banquillo del RCD Espanyol), el segundo (con el apoyo político de Convergència i Unió) contaba en su organigrama con Evarist Murtra, vinculado a Armand Carabén, gerente del Barça bajo la presidencia de Montal y uno de los grandes responsables de la llegada de Johan Cruyff como jugador la temporada 1973-1974.

La excelente relación de Núñez con Clemente nació de un amigo en común, el gerente de su empresa (Núñez y Navarro), el cual vivía en el mismo edificio que el técnico vasco, en la calle Manuel Girona, y ambos mantenían una excelente relación de amistad y respeto.

 

 

Javier Clemente tenía el aval de haber ganado 2 Ligas y una Copa con el Athletic de Bilbao y, además, llevó al RCD Espanyol a la final de la UEFA. Este llegó pronto a un acuerdo verbal con Núñez, e incluso le recomendó los fichajes de Jose Mari Bakero, Luis López Rekarte y Txiki Begiristain (Real Sociedad), Julio Salinas y Eusebio Sacristán (Atlético de Madrid), Ricardo Serna (Sevilla), Aloisio Pires (Internacional de Portoalegre), Juan Carlos Unzué (Osasuna), Miquel Soler y Ernesto Valverde (Espanyol) y Manolo Hierro (Valladolid).

«Núñez era una persona a la que quería mucho. Hablábamos de fútbol y me pidió la opinión sobre jugadores vascos antes de que llegara Cruyff. El gran equipo que tuvo Johan fue obra de Núñez. No sé si soy bueno o malo, pero sí soy legal. Los amigos están para eso, para ayudarles en lo que se puede. Él y Santiago Bernabéu han sido los dos mejores presidentes del fútbol español. Gracias a él, el Barcelona puede presumir de lo que es ahora», recuerda Javier Clemente.

 

 

¿Entonces, qué hizo que Josep Lluís Núñez hiciera marcha atrás con la contratación del técnico vasco? Tras una filtración en la prensa catalana que Sixte Cambra estaba sondeando el fichaje de Johan Cruyff, el equipo de la candidatura de Núñez se movió rápido y cerró la contratación del técnico holandés el 4 de mayo de 1988. Con esto no solo se intentaba actuar ante las consecuencias del Motín del Hesperia (jueves 28 de marzo de 1988), sino que desarticulaba la principal baza de la candidatura rival.

Cuando Sixte Cambra y su gente se enteraron ya no tuvieron tiempo de reaccionar y un año después Núñez acabó ganando las elecciones en una auténtica jugada maestra con volantazo, teniendo en cuenta que el socio culé no quería a Clemente como técnico, al ser un símbolo del RCD Espanyol. El vasco acabó firmando al final de aquella temporada 1987-1988, por el Atlético de Madrid.

 

 

Las consecuencias del rechazo, una historia de odio con Johan Cruyff

«Clemente me da asco», esta afirmación de Nicolau Casaus (exvicepresidente del Barça) realizada el 11 de mayo de 1994, sintetizó el sentir de la afición culé con el extécnico periquito a lo largo de los años 90. «Quiere guerra porque odia al Barcelona. Respira veneno puro. No deberíamos permitirnos el lujo de dejar en manos de este hombre a ocho jugadores. Entiendo que tiene complejo respecto a Cruyff. Estoy convencido de que su deseo hubiera sido entrenar al Barcelona, y no pudo serlo. El director técnico del Barcelona es Cruyff, y ha conseguido todos los títulos posibles. Debe estar celoso de él».

Por su parte, Javier Clemente siempre estuvo en guerra con Johan Cruyff, no así con el club blaugrana. «Yo no me llevo bien con Cruyff y eso lo sabe todo el mundo, pero sí con Núñez y Gaspart. Yo trato a Cruyff como él me trata a mí. Esto en el aspecto de entrenadores, porque en el de jugadores tengo muchísimos amigos en el Barça y me gustaría que ganara la Liga. He vivido cinco años en Cataluña y después de Bilbao me volvería a vivir allí. Es mentira que tenga odio a Barcelona y a los jugadores. Y prefiero que gane la Copa de Europa, y que la gane Cruyff antes que Capello», aseguraba el técnico vasco en 1994.