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Jägermeister y el primer paso hacia la mercantilización del fútbol europeo

 

El fútbol es un auténtico fenómeno de masas a nivel mundial, un deporte que se ha convertido en una auténtica forma de vida, que por supuesto mueve mareantes cantidades de dinero. ¿Pero cuál fue el que podríamos considerar como primer paso hacia la mercantilización del fútbol europeo?

Viajamos a principios de los años 70 para encontrar respuestas en la complicada situación que vivió un equipo alemán histórico al borde de la quiebra, que propuso como solución poder lucir una marca de alcohol en sus camisetas. Nuestros protagonistas son el Eintracht Braunschweig y el licor más popular de Alemania, el Jägermeister.

 

 

El Eintracht Braunschweig en aquel entonces se encontraba al borde de la quiebra total después de la inversión realizada en la reforma de su estadio, una caída grave e imprevista de sus ingresos y un escándalo de maletines a cambio de victorias, con dos de sus jugadores suspendidos y otros diez sancionados. La compañía de licores Jägermeister, ubicada en el mismo land germano que el Eintracht, en Baja Sajonia, le hizo llegar una propuesta que lo cambiaría todo, 100.000 marcos alemanes por poner su famoso logotipo del ciervo y la cruz resplandeciente en las camisetas.

La Federación Alemana de Fútbol (DFB) rechazó el verano de 1972 la petición del Eintracht Braunschweig para poder lucir esponsorización en su elástica, y además algunos aficionados del equipo acudían al estadio con pancartas en contra de manchar su camiseta ante la atenta mirada de Günter Mast, presidente de Jägermeister y visionario del negocio en el deporte rey.

 

 

A Jägermeister y al Eintrach se les ocurrió una jugada maestra para poder esquivar el veto de la Federación de Fútbol, cambiar su escudo original por el logotipo de la marca de licor en grande en el centro de la camiseta. Los socios aprobaron la iniciativa por una mayoría aplastante: 145 votos a favor por 7 en contra.

El 24 de marzo de 1973 el once titular del Eintracht Braunschweig saltó al césped para afrontar el partido contra el Shalke 04 con sus colores tradicionales: camiseta amarilla, pantalón azul y con el logo gigante de Jägermeister en el pecho. Apenas un par de años después, en la camiseta del Eintracht Braunschweig dejó de aparecer solamente el logotipo para incluirse también, y bien grande, el nombre de la marca con sus tan reconocibles letras góticas. E incluso Günter Mast, que acabó siendo también presidente del club de fútbol, intentó cambiar el propio nombre del equipo para convertirlo Eintracht Jägermeister, aunque sin suerte.

 

 

Años más tarde el Fußball-Club Bayern München e. V. fue el primero en hacer visible en su uniforme el logotipo del fabricante de sus camisetas (Adidas), y después se unieron el resto de clubes como todos sabemos.