Iván Zamorano y Ronaldo formaron dupla por última vez el lunes 22 de diciembre de 2003, en el Estadio Nacional, delante de 55.000 personas. Una gran cita de fútbol para la historia con mucho brillo por la cantidad de estrellas presentes sobre el terreno de juego.
Tras 19 años de carrera profesional, Iván Zamorano se pudo despedir del mundo del fútbol acompañado del brasileño Ronaldo, los argentinos Javier Zanetti, Darío Hussain, Andrés D’Alessandro, Santiago Solari, los paraguayos José Luis Chilavert y Carlos Gamarra; los colombianos Iván Córdoba, Carlos «El Pibe» Valderrama y Freddy Rincón; el boliviano Marco Antonio Etcheverry; los españoles Emilio Amavisca y Emilio Butragueño; así como los chilenos David Pizarro y el ex portero Roberto «Cóndor» Rojas.
Todos vistieron la camiseta número 9, fueron dirigidos desde el banco por Vicente Cantatore y se enfrentaron a una selección chilena formada por jugadores de diferentes generaciones. Portero Nelson Tapia y el centrocampista José Luis Sierra, junto a Rodrigo Meléndez, Rafael Olarra, Sebastián «Chamagol» González, Mauricio Pinilla y Rodrigo «Kalule» Meléndez. También Marcelo Vega, Reinaldo Navia, Héctor Tapia, Claudio Maldonado y el portero de origen argentino Sergio Vargas, todos ellos también con la camiseta nueve.
Quien más disfrutó la fiesta fue el propio Zamorano, que anotó el primer gol de la noche a los 5 minutos del inicio, tras un pase milimétrico de Ronaldo, a quien el chileno devolvió el favor un minuto después para que el «Fenómeno», anotara el segundo. El equipo de chilenos reaccionó de forma paulatina y Mauricio Pinilla y Sebastián «Chamagol» González establecieron la igualdad con la que finalizó el primer tiempo.
En el segundo tiempo ambos equipos introdujeron numerosos cambios, incluido Zamorano que se cambió la camiseta y jugó esta etapa en el otro lado. La fiesta siguió y Sergio Vargas se dio, en el minuto 53, de atajarle, por segunda vez en su vida, un penalti a Chilavert, aunque Santiago Solari, en el minuto 66, estiró la cuenta para el combinado de extranjeros y diez minutos después David Pizarro puso la cuarta diana.
Rincón marcó el quinto en los 84, un minuto antes de que se anunciase por los megáfonos la salida de Zamorano, a quien Chilavert tapó antes tres balones de gol y que se fue tras abrazarse con todos, incluidos los árbitros, y derramando abundantes lágrimas. Desde un podio instalado a un lateral de la cancha, Zamorano continuó derrochando emoción y recibiendo saludos de parte de destacados deportistas chilenos, entre ellos el tenista Fernando González, que le regaló una raqueta y piloto de autos Eliseo Salazar, que le obsequió un casco de piloto.
Tras ser saludado por los niños de su escuela de fútbol y con los hombros cubiertos por una bandera chilena, Zamorano dio una lenta vuelta olímpica, ovacionado por 60.000 aficionados. Por los altavoces, las voces de conocidos relatores reproducían algunos de los más importantes goles que este hijo de un obrero anotó en su carrera.