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El inicio de la relación de las dictaduras del mundo árabe con los clubes europeos

 

El vínculo del FC Barcelona con las dictaduras y fondos de inversión del mundo árabe se inició en 2003, en un momento de caos deportivo tras la destitución de Louis Van Gaal y rozar posiciones de descenso a la Segunda División A. Los blaugranas fueron el primer club europeo que sucumbió al dinero de la dictadura genocida de Libia, alquilando el primer equipo y el Camp Nou. Un surrealista e histórico acuerdo al que también se quiso sumar la polémica televisión pública catalana, estrechamente vinculada con el mundo islámico.

Eran tiempos en los que la familia Gaddafi era amiga de Europa y América, a pesar de cometer genocidios denunciados por la ONU. De aquel blanqueo mediático se quiso aprovechar Al-Saadi al-Gaddafi, tercer hijo del dictador libio, para dar el salto al mundo del fútbol contratando a Ben Johnson como entrenador personal, a Diego Armando Maradona como asesor, y a Carlos Bilardo como seleccionador nacional de Libia, a pesar del odio de su padre por el fútbol. «Los aficionados al fútbol y a los deportes son completamente idiotas, hasta el punto que llevan al campo de juego todas sus frustraciones e incapacidades. Son gente fracasada, desperdiciada», aseguraba Muamar Gaddafi.

 

 

Jugador de fútbol profesional a la fuerza

La obsesión por el fútbol de Al-Saadi comenzó tarde, a sus 27 años, cuando en el año 2000 firmó contrato profesional con el Al-Ahly SC de Trípoli, donde además de aportar dinero al club se autoproclamó capitán e incluso compró colegiados para ganar sus partidos con comodidad. A pesar de que su paso por el fútbol europeo pudo haberse iniciado con el club maltés Birkirkara en 2001, el cual iba a disputar las eliminatorias de Champions League, la operación fracasó y se tuvo que conformar comprando el Al Ittihad libio.

Fue precisamente en su última temporada en este club, cuándo el 1 de abril de 2003 se presentó de forma «inesperada» (ningún medio de comunicación había informado previamente) con toda la plantilla del Al Ittihad en Barcelona. Aquel día el Barça estaba realizando una sesión de entrenamiento para preparar el partido ante el Villarreal, y tuvo que pausarlo, por petición expresa de la directiva de Joan Gaspart, para que Al-Saadi al-Gaddafi pudiera saludar a los futbolistas blaugranas y visitar personalmente el Camp Nou.

 

 

Al día siguiente, a cambio de 300.000 euros, el tercer hijo de Muamar Gaddafi consiguió un gran sueño, jugar en el Camp Nou con el Al-Ittihad. El Barça accedió amablemente a la oferta y organizó un partido amistoso en tiempo récord. Aquel 2 de abril, ante 10.000 espectadores y el arbitraje del catalán Téllez Sánchez, el Barça saltó al Camp Nou con un equipo repleto de estrellas. Enke; Gabri, Andersson (Mendieta, m.61), Christanval, Sorín (Fran, m.22); Motta, Gerard, Rochemback, Nano (Overmars, m.61); Riquelme (Sergio, m.46) y Saviola (Oleguer, m.46).

Un gol de cabeza de Gerard López en la primera mitad, tras una falta lanzada por Juan Román Riquelme, abrió el camino de la victoria de un Barcelona que, pese a jugar al ralentí, dispuso de innumerables ocasiones al desbordar una y otra vez a su rival, que es vigente campeón de la liga libia. Gerard, con otros dos goles de bellísima factura, Sergio García, a pase de Gerard y Thiago Motta completaron la goleada azulgrana en una segunda mitad en la que los libios evidenciaron un claro bajón físico y en la que hubo innumerables ocasiones de gol, entre ellas dos postes de Gaizka Mendieta y Fabio Rochemback.

 

 

Con sus tres goles y algunas acciones de gran calidad, Gerard fue la estrella de la tarde, especialmente cuando en la segunda mitad pasó a ocupar la posición de delantero centro, después de haber jugado como organizador en la primera. El canterano barcelonista reaparecía tras una larga lesión.

Los otros protagonistas, con algunas jugadas de bella factura, fueron Saviola y Riquelme, que solo jugaron en la primera mitad. Al-Saadi al-Gaddafi pasó prácticamente desapercibido, aunque fue despedido con una gran ovación por parte de los aficionados culés presentes al ser sustituido en el minuto 80 por Altaurgi. Tras el encuentro, el hijo de Gaddafi hasta tuvo la «oportunidad» de intercambiar su camiseta con Javier Saviola.

 

 

A pesar de que el partido debió ser retransmitido por TV3, finalmente no pudo ser posible debido a que no recibió el permiso de la Federación Española debido a que horas más tarde la selección se medía a Armenia en León en partido oficial. Algo que el club blaugrana y la Generalitat de Catalunya usaron para atacar a la Federación Española en la prensa catalana.

 

 

El sueño de ser futbolista profesional en Italia

Al-Saadi poco a poco entendió que no podría jugar nunca en la élite del fútbol europeo sin comprar literalmente un equipo, como ya había hecho en su país natal. Fruto de ello, el dinero de los Gaddafi entró en el accionariado de la Juventus en 2003 (7,5%), a cambio de una prueba para Al-Saadi y la disputa de la Coppa Italia de 2002 en Trípoli. Dos cosas que aceptaron los Agnelli y Marcello Lippi, que le permitió entrenarse a pesar de no aceptar su incorporación.

 

 

Tras aquel segundo fallido intento por debutar en el fútbol europeo, los tentáculos financieros de la familia que controlaba Libia también se hicieron con el 33% del accionariado de la Triestina e incluso hubo un intento fallido de compra de la Lazio, club en el que también llegó a entrenarse Al-Saadi buscando una oportunidad. Finalmente, consiguió su objetivo en el Perugia, donde además de jugar en la Serie A dio positivo por norandostrerona. De allí saltó al Udinese y Sampdoria, antes de retirarse en 2007, año en que viajo a España para recibir de manos de Alberto Ruiz Gallardón la llave de oro de Madrid.

En 2011 fue votado en una encuesta del programa de radio Catersport, que se retransmitía por la RAI, como el segundo peor jugador de la historia de la Serie A, solo siendo superado por el brasileño Rivaldo.