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Hidetoshi Nakata, el mejor jugador japonés de la historia

 

Hidetoshi, para los amigos, nació un 22 de enero de 1977 en Kōfu, capital de la prefectura japonesa de Yamanashi, situada en el centro de la isla, en una cuenca rica en viñedos, que también destaca por ser uno de los núcleos comerciales de la industria textil y del vidrio de Japón.

Comenzó a jugar al fútbol de delantero centro en categorías escolares de esta prefectura, y en pleno Mundial de Estados Unidos disputó con la escuela estatal de Nirasaki el Campeonato Nacional de Fútbol Japonés para Institutos. Su inspiración, como así afirmó posteriormente en varias entrevistas, fue Capitán Tsubasa.

 

 

A raíz de su espectacular actuación fue convocado por la selección de fútbol de Japón para el Campeonato Juvenil de la AFC sub-19, celebrado ese mismo año en Indonesia, y donde perdió en la final ante Siria.

 

 

Su talento innato le llevó a poder iniciar su carrera profesional con solamente 18 años, y así fue en 1995 cuando firmó su primer contrato profesional con la escuadra del Bellmare Hiratsuka (ahora Shonan Bellmare) de la J. League, con la que cambiando a su nueva posición como enganche, pudo ganar a nivel individual el título de mejor jugador de la Confederación Asiática de Fútbol dos años consecutivos, ya nivel de club la Recopa de la AFC en 1996.

 

 

Un talento nunca antes visto en la selección nipona

Con la selección absoluta de Japón debutó el mayo de 1997 en un partido contra Corea del Sud. Ganó la Copa Dinastía, y la lideró en la consecución de la primera clasificación para un Mundial de fútbol, el de Francia 1998. A pesar de la pobre actuación de los japoneses en la competición mundialista ante los argentinos, jamaicanos y croatas contra los que no pudieron conseguir ningún punto, y solamente 1 gol, Nakata fue su jugador más destacado, consagrándose a nivel internacional y llamando la atención de los clubes europeos que quedaron maravillados del potencial de aquel joven de únicamente 21 años.

 

 

Perugia, su segundo hogar

Con este poder mediático emergente e imparable en Japón, y ahora ya conocido a nivel internacional gracias a su actuación mundialista, ni la prácticamente nula cultura europea de importar jugadores japoneses evitó el salto definitivo de Nakata al Viejo Continente. En agosto de 1998 la escuadra del modesto Associazione Calcistica Perugia (actualmente en Serie C), recién ascendido en aquel entonces a Serie A, lo fichó por 4 millones de dólares convirtiéndolo en el segundo japonés en probar suerte en la siempre difícil liga italiana (el primero fue la leyenda en activo Kazu Miura que tuvo un paso desafortunado por el Genoa Cricket & Football Club).

 

 

El club de la ciudad de Perugia es un club histórico del Calcio más humilde (13 temporadas en la Serie A y campeón de la Copa Intertoto de la UEFA en 2003) acostumbrado a forjar y/o disfrutar de los últimos años de superestrellas, algunas de la talla de Paolo Rossi, Angelo di Livio, Gennaro Gatusso, Marco Materazzi, Fabrizio Ravanelli, Ibrahim Ba, Ze María, Óscar Córdoba y Zalayeta entre muchos otros.

 

 

El nipón se convirtió rápidamente en la estrella del equipo italiano, haciendo vibrar a la afición del Renato Curi, con un inspirado y tremendamente mediático debut en la primera jornada de la Serie A de la temporada 1998-1999 frente a la Juventus de Turín. Y es que los periodistas japoneses convirtieron este encuentro en un verdadero espectáculo mediático. Ese día su equipo terminó perdiendo 3-4, pero él marcó dos goles. Durante el resto de la temporada, destacó como uno de los mejores jugadores de la plantilla, con 33 partidos disputados y 10 goles, que sirvieron para la soñada permanencia de un conjunto con grandes mancanzas respecto a calidad. Cabe destacar que la “nakatamanía” permitió al Perugia convertirse en el primer equipo italiano de la historia en vender 80.000 camisetas en Japón y otras 10.000 en el este asiático (China y Corea del Sur, en especial). Los “grifoni” además obtuvieron 2,7 millones de dólares por la venta de los derechos de televisión de sus partidos en Japón y 1,7 millones en concepto de explotación de marketing del jugador.

 

 

La siguiente temporada se consolidó firmemente como una de las estrellas más brillantes del Calcio, con 15 asistencias y dos goles durante la primera vuelta, que llamaron la atención de clubes italianos de más prestigio. Y así fue como llegó su previsto adiós a los “grifoni”, que tuvieron que despedirse de su estrella nipona entre lamentos pero con el bolsillo lleno (15 millones de euros de traspaso). Aunque su paso por el AC Perugia duró poco más de una temporada y media, se ganó como nadie el cariño de la ciudad y de los aficionados del club, y aún hoy en día se le reconoce como una leyenda local.

 

 

Rumbo al Coliseo de Totti

El AS Roma contrató a Nakata en enero de 2000 para luchar por el deseado Scudetto, con una superplantilla liderada por la leyenda Francesco Totti y Vincenzo Montella, y dirigida por Fabio Capello. El punto álgido de su carrera en la Roma se produjo el 6 de mayo de 2001 en el partido de la Serie A contra la Juventus en el Stadio Delle Alpi.

 

 

Tras sustituir a Francesco Totti en la segunda parte, cuando el Roma perdía por 0-2, Nakata marcó un gol des de 30 metros fuera del alcance de Edwin van der Sar, a falta de 11 minutos para el final del partido. Pocos minutos después, ayudó a la Roma a marcar el gol del empate cuando su fuerte disparo desde fuera del área fue desviado por Van der Sar hacia la trayectoria de Vincenzo Montella, que marcó en el último minuto desatando la locura. El partido terminó con un empate 2-2 y la Roma mantuvo un margen de seis puntos en la cima de la tabla de la liga. El rendimiento final del equipo romano ese final de temporada distó mucho del esperado, consiguiendo una discreta sexta posición.

 

 

La gran apuesta de Parmalat

El verano de 2001, Nakata firmó un contrato de cuatro años con el Parma por un precio de traspaso de 55.000 millones de liras, un récord mundial por un jugador asiático que no se batiría hasta pasados 14 años. Debutó en el club el 8 de agosto de 2001, en la derrota por 0-2 en el estadio Ennio Tardini contra el Lille, en el partido de ida de la tercera ronda de la Liga de Campeones. Más de un mes después, el 23 de septiembre, marcó su primer gol en la Serie A, en casa, contra el Brescia, que también acabó siendo decisivo para la victoria de su equipo. Nakata jugó en Parma durante dos temporadas y media, en las que también es recordado por un gol crucial durante la temporada 2001-02 en el 1-2 de la ida de la final de la Coppa Italia contra la Juventus, que el Parma acabó ganando.

 

 

El declive final

En enero de 2004, Nakata fichó por el Bolonia, donde jugó el resto de la temporada 2003-04, antes de fichar por la Fiorentina, donde jugó la temporada siguiente. En agosto de 2005, se marchó cedido al Bolton Wanderers de la Premiership. Durante su temporada en el Bolton, que sería la última de su carrera profesional, marcó un gol en la liga, en una victoria por 2-0 contra el West Bromwich Albion.

 

 

El adiós al mejor jugador japonés de todos los tiempos

A pesar de que Nakata jugó todos los partidos en las tres primeras participaciones de Japón en la fase final de la Copa del Mundo, no fue seleccionado para formar parte de las plantillas ganadoras de la Copa Ásia en 2000 y 2004. En total, al final de su carrera, fue convocado 77 veces con Japón, marcando 11 goles, 9 de ellos en competiciones oficiales de la FIFA.

 

 

Un imperio más allá del fútbol

Fuera del fútbol, Nakata ha mostrado hasta día de hoy interés por la moda, asistiendo a desfiles, vistiendo ropa de diseño y luciendo coloridos cortes de pelo. Los más nostálgicos aún recordarán cuando se tiñó el pelo de rubio para el Mundial de 1998, con la esperanza de atraer la atención de los ojeadores europeos (y así fue). Estos últimos años, también ha sido un activo defensor del fútbol de los Special Olympics (fue nombrado embajador de esta competición en 2014) y participó en la Copa de la Unidad de las Olimpiadas Especiales de 2010 en Sudáfrica, durante el Mundial.

 

 

Hacia finales de 2015, Nakata se asoció con el Kee Club de Hong Kong para abrir Koko, un restaurante con sede en Hong Kong que sirve sakes creados por el propio Nakata. Ha desarrollado su propia línea de sake, además de crear su propia aplicación educativa para móviles, “Sakenomy”. El David Beckham japonés, sin duda alguna.