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Harald Schumacher en el Fenerbahçe SK, historia de una redención

 

Harald Schumacher en el Fenerbahçe SK encontró su redención tras la presión asfixiante a la que fue sometido por su violenta acción en el Mundial de España de 1982, y por las reacciones posteriores a la publicación de su libro autobiográfico en 1987, «Anpfiff» (Tarjeta Roja, en la edición en español). En él sacó a la luz muchas malas prácticas relativas a dopaje y otras irregularidades cometidas por la Federación Alemana de Fútbol, y también por clubes, directivos, compañeros o árbitros alemanes.

Tras aquello fue despedido por el Colonia, «expulsado» de las convocatorias de la selección nacional, y en el Schalke encajó 84 goles en un año, terminando la temporada 1987-88 en último lugar. Con 34 años y en el paro, el teutón vio en Turquía una escapatoria.

En junio de 1988, fichó por el Fenerbahçe SK, siendo recibido por 50.000 aficionados a su llegada a Estambul. “Solo tengo un deseo: hacer campeón al Fenerbahçe. Porque el amor y la atención que me han mostrado deberían ser recompensados ​​con un campeonato”, afirmó en su presentación ante la atenta mirada del presidente Tahsin Kaya. “Quería mucho al Fenerbahçe y a sus aficionados. Si ellos también me quieren, jugaré aquí 4 años más y dejaré el fútbol aquí. No tengo problemas con nadie. No tengo ningún problema con Veselinović ni con los entrenadores. Todos dicen que soy un tipo que siempre está enfadado. Mi característica más importante es que no me gusta la gente que comete errores. Junto con mis amigos, llevaremos al Fenerbahçe al éxito”.

 

 

Al nuevo capitán del club de Kadiköy se le conoció como el «Rey del Bósforo» al conquistar durante su primera temporada el preciado título de liga, y estar durante 14 partidos consecutivos con su portería a cero. Y nunca recibió las iras de la afición cuándo las cosas no fueron como se esperaba en las dos siguientes temporadas tras la consecución del título de liga. «En Turquía todo es positivo o negativo, no hay término medio como en otros lugares. Los aficionados, una vez entraron al campo de entrenamiento, me ignoraron y azotaron con palos a otros futbolistas».

 

 

Con los Sarı Kanaryalar se convirtió en héroe entre 1988 y 1991, y aun a día de hoy es considerado uno de los mejores guardametas que han pasado por la liga turca. «Fichar por el Fenerbahçe fue una decisión de la que nunca me arrepentí. Éramos un gran equipo, nos divertimos mucho. Todor Veselinovic fue un gran entrenador. Estaba Ömer Kaner. Nunca olvidaré los maravillosos momentos que pasé en Estambul. Amo mucho al pueblo turco y a los fanáticos de Fenerbahçe».