spot_img

Guillermo Amor en el Livingston FC

 

Guillermo Amor, en sus 10 años en el Camp Nou, jugó 421 partidos y ganó una copa de Europa, cinco Ligas, tres Copas del Rey, dos Recopas de Europa y un par de Supercopas de la UEFA. El de Benidorm fue sensacional con el Barça y pasó allí la mayor parte de su carrera. Solamente nueve jugadores han disputado más partidos con el gigante catalán que el polivalente centrocampista. Si a esto le añadimos las 37 convocatorias con España, entre las que se incluyen las participaciones en la Eurocopa de 1996 y el Mundial de 1998, es difícil cuestionar el éxito que tuvo Amor durante su carrera.

Tras abandonar la disciplina blaugrana en 1998, para dirigirse primero a la Fiorentina y después al Villarreal, acabó en el pequeño club de West Lothian llamado Livingston Football Club, tras un periodo de prueba de 15 días. “No he jugado durante un tiempo, así que quiero volver a la competición y ver qué pasa”, aseguraba el excanterano culé, cuya propuesta de traspaso a los Estados Unidos se frustró.

 

 

Los Lions acababan de ser terceros la temporada anterior de la Scottish Premiership. Fue su primera experiencia en la máxima categoría, siete años después de haber cambiado el nombre de Meadowbank Thistle a lo que es hoy. Amor era considerado por su entrenador como “el nombre más importante que nunca había disputado el campeonato escocés”, y se unió a una plantilla que incluía a jugadores españoles como Óscar Rubio, Camacho, Quino y Fernández López, ya que el portero español Javier Sánchez Broto fichó por el Celtic justo cuando Amor entró en el equipo. Los Lions no pudieron igualar el nivel del año anterior y, cuando Amor llegó el enero de 2003, eran los terceros por la cola con 23 puntos en 24 partidos. Guillermo había estado bajo la dirección de Louis Van Gaal y Johan Cruyff. Había jugado al lado de Pep Guardiola y de muchas otras estrellas.

Ahora, el español estaba dispuesto a ayudar a los Leones a luchar por la supervivencia en la Premiership escocesa. El fichaje fue un movimiento ambicioso por parte del club de West Lothian y así lo pareció en el primer partido de Amor contra el Partick Thistle. Fue suplente en el descanso y parecía estar por encima del resto. Incluso con 35 años, el centrocampista dictaba el juego en el centro del campo ofensivo con facilidad, sin olvidar que había llegado para cubrir la baja del capitán y titular Stuart Lovell, que en la primera mitad de la temporada se había limitado a disputar solamente siete partidos debido a una lesión en el cartílago de la rodilla. Con esto en mente, el presidente del Livingston, Dominic Keane, le dijo a Amor que, en caso de que Lovell estuviera en forma, sus oportunidades serían limitadas en el club, y resultó que no se equivocó.

Cuatro días más tarde, fue titular por primera vez contra el Kilmarnock, esta vez en un papel defensivo. Ante las cámaras de televisión, Amor se vio completamente desbordado por el Killie y fue sustituido en el descanso. A continuación, apareció como suplente en Parkhead y fue la última vez que Amor jugó con el equipo de West Lothian. En 12 días disputó todos sus partidos con el Livingston y acabó siendo una total decepción. Amor solamente jugó un total de 135 minutos con el club, apareciendo una vez en el once inicial y dos veces como suplente durante el resto de la temporada, en la que el Livi terminó noveno en la liga. Estaba claro que la naturaleza física del fútbol escocés era demasiado para él a sus 35 años.