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El gol de Ronaldo al SD Compostela

 

El gol de Ronaldo al SD Compostela tuvo lugar un 12 de octubre de 1996 cuando el Barça visitaba el estadio de San Lázaro para medirse a los gallegos en partido de Liga. El brasileño Ronaldo cogió el balón en el centro del campo y fue directo a puerta sorteando a todos los contrarios como si de un anuncio de Nike se tratara. Lo poético fue que este gol se acabó convirtiendo en ello.

 

 

Ronaldo fulminó a medio Compostela: Chiba, William, Bellido, Passi, Fabiano, Jose Ramón y Mauro, para plantarse frente al meta Fernando y rematar lejos de su alcance, al fondo de la red. El técnico azulgrana Robson con la cara desencajada no podía creer lo que acababa de ver. Posteriormente aseguró que “Ronaldo es como Pelé de joven”, y añadió que “aunque viajes mucho es imposible ver un gol así”. El propio Ronaldo se pronunció en caliente tras el partido sobre el tanto: “Me gustan todos mis goles y estoy preparado y esperanzado para marcar más como este”.

 

 

La fama de aquel golazo fue tal que la compañía norteamericana Nike usó el vídeo para un spot publicitario que llevó a los jugadores del Compostela William, Bellido, Passi, Fabiano, Jose Ramón, Mauro y Chiba a recurrir ante la justicia por lo que consideraban una intromisión ilegítima en su derecho al honor por vulneración de sus derechos de imagen.

El Tribunal Supremo lo desestimó al entender, por un lado, que Nike era dueño legítimo de dichas imágenes tras haberlas comprado a LaLiga por 5,2 millones de pesetas en 1997, y por otro, que “la reproducción de la imagen de los demandantes fue meramente instrumental y accesoria y en modo alguno afecta a su dignidad personal o profesional, pues no puede decirse con fundamento que el spot publicitario tendía a menoscabar el prestigio o reputación de los deportistas, sino precisamente a destacar la gran calidad futbolística de quien, en un lance del encuentro, realiza una jugada espectacular”.

 

 

Ronaldo acabó la temporada anotando 47 goles en 49 partidos, números que no se superaron hasta la llegada de Leo Messi. La alegría duró poco pues el brasileño, al parecer descontento por incumplimientos contractuales del Barcelona, dejó el Club en el verano de 1997 y puso rumbo al Inter de Milan.