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George Weah año cero, el origen del primer jugador estado

 

George Tawlon Manneh Oppong Ousman Weah, no solo fue uno de los mejores delanteros de la historia del fútbol por su extrema potencia, aceleración, velocidad y habilidad en el regate, sino también un mito en su Liberia natal. Un reconocimiento unánime por parte de sus compatriotas que lo llevó a convertirse en el primer exfutbolista profesional africano en ser jefe de Estado el 22 de enero de 2018, cargo que aun a día de hoy ocupa.

Su labor humanitaria en favor de Liberia, se inició con Unicef en 1994, cuando dio publicidad a las campañas de vacunación en su país. También representa el cargo de Embajador de Buena Voluntad desde 2004, aunque fue suspendido temporalmente en 2005 por presentarse a las elecciones presidenciales del país. En su agenda política siempre ha habido prioridad para la prevención del sida, promoción de escuelas de formación profesional, lucha contra el uso militar de niños y campañas de alfabetización.

 

 

En 1994 asumió el control de un club de fútbol liberiano, el Junior Professionals de Monrovia, en el que daba cobijo a niños con escasos recursos o provenientes de familias desestructuradas. Además de enseñarles el valor del fútbol, se procuraba que no abandonasen los estudios.; el único requisito para formar parte era no dejar el colegio. La entidad ganó la Premier League de Liberia en 1997 y de ella salieron internacionales como Zizi Roberts, Sunday Seah y Varmah Kpoto.

Por otro lado, en 1998 participó en el disco “Lively Up Africa”, junto al cantautor Frisbie Omo Isibor y otros ocho jugadores africanos como Taribo West, Ibrahim Ba y Mohamed Kallon. La recaudación sirvió para financiar fondos escolares en cada uno de los estados que representaban.

 

 

Tres años antes de su debut como cantante, tuvo lugar su explosión internacional como fenómeno futbolístico, cuando fue nombrado FIFA World Player of the Year y ganó el Balón de Oro de France Football, convirtiéndose así en el primer y único jugador en ganar ambos premios representando internacionalmente a un país africano. En 1989, 1994 y 1995, también fue nombrado Futbolista Africano del Año, y en 1996, Jugador Africano del Siglo. El colofón final llegó en 2004, cuando fue incluido por Pelé en la lista FIFA 100 de los mejores jugadores vivos del mundo.

 

 

Desde su debut con la selección nacional de Liberia en 1986, contra Sierra Leona, Weah jugó 75 partidos a lo largo de 20 años, en los que marcó 18 goles. Como representante de una de las naciones más pequeñas del fútbol mundial y eterna subestimada, Weah hizo mucho por apoyar a la selección nacional: además de ser el jugador estrella del equipo, más tarde también actuó como jugador-entrenador e incluso financió y equipó (con la creación de su propia marca, Weah Sport Worldwide) a su selección.

A pesar de sus esfuerzos, no consiguió que Liberia se clasificara para una sola Copa Mundial de la FIFA, a pesar de quedarse a tan solo un punto de clasificarse para Corea-Japón 2002. Sin embargo, ayudó a Liberia a clasificarse para la Copa Africana de Naciones en dos ocasiones: 1996 y 2002, aunque Liberia no logró superar su grupo en ambas ocasiones, quedando eliminada en primera ronda. Weah finalmente regresó a la selección nacional para un amistoso especialmente organizado contra Nigeria el 11 de septiembre de 2018, su última aparición internacional, jugando a la edad de 51 años mientras ocupaba el cargo de presidente del país. Su camiseta con el número 14, que lució en su mejor momento como jugador, fue retirada. Tras el adiós al fútbol, George Weah se dedica exclusivamente a la política.

 

 

El origen del primer jugador estado

El 1 de octubre de 1966, George Tawlon Manneh Oppong Ousman Weah nace en el barrio marginal de Clara Town, de la Isla Bushrod, en las afueras de Monrovia. Su familia pertenece a la etnia kru, originaria del condado de Grand Kru, en el sureste de Liberia, una de las zonas más pobres del país. Su padre, William T. Weah, era mecánico, mientras que su madre, Anna Quayeweah (fallecida en 2013), era comerciante, ambos se separaron cuándo George era tan solo un bebé y fue criado por su abuela paterna Emma Klonjlaleh Brown. Vivió en una choza precaria en esa zona inundable hasta su adolescencia.

 

 

Cursó la enseñanza media en el Muslim Congress y la secundaria en el Wells Hairston High School, y abandonó los estudios en su último año. A los 15 años empezó su formación en clubes federados como el Young Survivors de Clartown y el Bongrange Company. Su talento llamó la atención del Mighty Barrolle, con el que debutó en 1985. Este era un modesto equipo liberiano de la ciudad de Monrovia fundado el año 1964, y que juega como local sus partidos de la Premier League de Liberia en el Doris Williams Stadium.

 

 

En este equipo se mantuvo durante una temporada en la que consiguió ser campeón de liga y de copa, además de marcar 7 goles en 10 partidos, para luego recalar en el Invincible Eleven, un equipo mucho más potente de la misma ciudad. Este club, al igual que el Mighty Barrolle, juega en la Premier League de Liberia y en él, George Weah sería máximo goleador de la temporada con 24 goles en 23 partidos.

 

 

Además, fue el jugador clave para hacer que los “yellow boys” consiguieran la Premier League liberiana, desatando la locura en el Antoinette Tubman Stadium. Fue en aquella época cuándo Weah se ganaba realmente la vida trabajando para la Liberia Telecommunications Corporation como técnico de centralita.

 

 

El salto a Camerún, con paso previo por Costa de Marfil

Tras su última temporada en Liberia, llegó el momento de emigrar, y antes de recalar en las filas del Tonnerre Kalara Club de Yaundé, tuvo un breve y olvidado paso de dos partidos amistosos (con un gol incluido) por el Africa Sports National de Costa de Marfil, que intentó su fichaje aunque sin suerte. El club camerunés le ofrecía un mejor contrato, que le aseguraba poderse dedicar exclusivamente al fútbol.

 

 

Su debut tuvo lugar en el derbi ante el Canón Yaoundé, y no pudo ir mejor para Weah: victoria y dos goles. Pese a su talento, Pierre Semengue, el presidente del club que lo compró, recuerda que no fueron fáciles los días para Weah en Camerún, e incluso lo llegó a hospedar en su casa hasta encontrarle un hogar estable. Finalmente, el jugador se hospedó en un edificio de viviendas sociales, ubicado en el barrio de Cité Verte de Yaundé, frente a un centro comercial. Uno de sus vecinos de entonces era la familia Bessala, cuya hermosa casa se encuentra a apenas diez metros de donde vivía George Weah en Yaundé. Henriette Bessala no ha olvidado a su joven vecino de los años ochenta. “Weah tenía la misma edad que mis hijos y nos trataba como a sus padres. Comíamos juntos. Cuando recibía un premio de las empresas cerveceras, nos lo entregaba todo”, recuerda la señora Bessala.

 

 

En el Tonnerre KC el atacante liberiano acabaría marcando 14 goles en 18 partidos y lograría ganar la liga de Camerún. Una gesta que llamó la atención de Claude Le Roy, seleccionador de Camerún por aquel entonces, quien sorprendido por las habilidades de Weah llamó a su amigo Arsène Wenger y se lo recomendó para el Mónaco. “Weah sí que fue una sorpresa. Igual que cuando un niño encuentra un huevo de chocolate el Domingo de Pascua. No he visto a ningún otro jugador explotar como lo hizo él”, recuerda el francés, que envío a su equipo de scouting para asegurarse de que las palabras de su amigo eran ciertas. Fue en aquel entonces cuándo entró en acción otra persona clave en la transferencia de George Weah a Europa, su exentrenador Jean Paul Akono.

“Ndongo Keller, entrenador del Tonnerre durante la primera temporada de George en Camerún, recomendó encarecidamente al equipo directivo su fichaje después de verlo jugar en Monrovia durante la gira preparatoria de la temporada 1987-1988. Así que cuándo yo llegué al club para la pretemporada de 1988, me encontré a George Weah en mi plantilla, era la estrella. En aquel momento ya se había publicado el interés del Mónaco en la prensa camerunesa, pero George tenía una lesión en la muñeca que lo preocupaba mucho. Llevaba una semana sin entrenarse con el resto del grupo. Me suplicó que lo alineara solo 45 minutos en un partido entre el Tonnerre y un club togolés, porque los ojeadores del Mónaco estaban en la grada. Así que finalmente accedí a riesgo de que se lesionara aún más o me lo quitaran. Weah dominó aquel partido, marcando dos goles antológicos y consiguiendo su traspaso a Europa”.