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Gary Lineker en el FC Barcelona, el favorito más agridulce

 

Gary Lineker llegó al FC Barcelona la temporada 1986-1987, proveniente del Everton por 2,8 millones de libras justo antes de la disputa del Mundial de México 86, en el que acabó como Bota de Oro, con hattrick incluido ante Polonia. El ex internacional inglés se ganó un lugar como figura de culto entre los aficionados, tras la marcha de Maradona en 1984, cautivando tanto por su rendimiento en el campo como por su carácter afable fuera de él.

 

 

Fue posiblemente el jugador británico más exitoso de los exportados en los ochenta, llegando al Camp Nou recomendado por Bobby Robson, y por petición expresa de Terry Venables. «El Tel», como fue apodado, cogió las rendas del club catalán el junio de 1984, tras una década sin títulos de liga, y ganó la liga en su primera temporada, marcando el inicio de una pequeña revolución británica, de la que también serían protagonistas el escocés Steven Archibald (1984) y el galés Mark Hughes (1986). Para Lineker jugar en el FC Barcelona suponía la primera oportunidad de disputar competiciones europeas, ya que el Leicester nunca se había clasificado mientras él jugaba allí, y el Everton fue excluido de la Copa de Europa en la temporada 1985-86 debido a la sanción impuesta a los clubes ingleses tras la tragedia de Heysel.

 

 

Una estrella… con insuficiente brillo

Gary Lineker debutó en la liga española de los extraños play-offs, que la LFP se sacó de la manga, con 26 años y dos goles ante el Racing de Santander. Aunque pudo mantener un alto ritmo goleador, llegando a un total 21 goles en 50 partidos, su aportación pareció insuficiente ante las 34 anotaciones de Hugo Sánchez. El punto culminante de aquel primer ejercicio sería un Clásico contra el Real Madrid, donde anotó un hat-trick en la victoria por 3-2. “Marqué dos goles en los primeros cinco minutos y el ruido era increíble. Tenía la piel de gallina”. Lo peor fueron las sorprendentes derrotas, tanto en casa como fuera, contra el Dundee United.

 

 

El año siguiente las cosas no fueron mejor, con la relación entre jugadores y directiva estallando cuando el equipo ya no tenía opciones en la Liga ni en competiciones europeas y Terry Venables había sido sustituido por Luis Aragonés. Fue el periodo del «Motín del Hesperia», y solo tuvo como pequeño esplendor la consecución de la Copa del Rey ante la Real Sociedad. Pese a marcar dieciséis goles, el inglés vio como el club blaugrana acabó sexto, con apenas quince victorias en treinta y ocho partidos y a veintitrés puntos del Real Madrid, campeón por tercer año consecutivo.

 

 

La llegada de Johan Cruyff

Después de una decepcionante Eurocopa en la Alemania Federal de 1988, el jugador desarrolló Hepatitis A, empezando con mal pie la nueva era con Johan Cruyff en el banquillo. Ausente en la pretemporada, aquel nuevo FC Barcelona empezó a configurarse sin él y con los recién incorporados Bakero, Beguiristáin, Serna, López Rekarte, Manolo Hierro, Eusebio, Unzué, Soler, Valverde, y Julio Salinas.

A pesar de ello, tras su vuelta, Gary pudo conservar su sitio en el once inicial, aunque casi siempre era uno de los jugadores sustituidos, un total de diecisiete veces, y aquella costumbre se acabó convirtiendo en un factor de distanciamiento entre la afición culé y el holandés. Como solución salomónica, Cruyff decidió ponerle en la banda derecha, como extremo, bien pegado a la cal y listo para desbordar y tirar centros, algo que el inglés no había entrenado en su vida y no sabía hacer. Las broncas entre ellos fueron una constante, con el holandés asegurando a la prensa que el jugador no podía ser comparado bajo ningún concepto con jugadores como Hugo Sánchez o Maradona, e incluso maniobró a sus espaldas para darle salida dirección a Old Trafford, aunque el delantero ya lo tenía arreglado con el Tottenham de Terry Venables. El único suspiro en aquella terrible tormenta fue la Recopa conseguida ante la Sampdoria.

 

 

El jugador nunca perdonó a Johan Cruyff, al que siempre ha criticado abiertamente en entrevistas y análisis televisivos. “Pep ha estado influenciado por Cruyff, pero creo que tiene una mejor manera de llegarle a sus jugadores. Cruyff era un tipo… que, siendo yo amable, estaba demasiado seguro de sí mismo. No solo en temas relacionados con el fútbol, con todo. Se podía poner detrás del conductor del autocar y le decía como tenía que conducir. Pep y Johan tienen una manera similar de entender el juego, pero sus personalidades son diferentes. Johan me colocaba de extremo. Nunca jugué en mi posición. En esa época solo podían jugar dos extranjeros y era obvio que Cruyff prefería a sus dos extranjeros. Jugué para él, pero nunca lo disfruté. Y eso que el sistema era perfecto para mí. Nunca me dio la oportunidad. ¿Si se lo pedí? Un montón de veces, pero me decía que era mejor de extremo por mi velocidad”.

Finalmente, el último partido de Gary Lineker con el FC Barcelona fue contra el CD Málaga de Juanito, que también se despedía, aunque del fútbol en activo. En su casillero como blaugrana sumó un total de 58 goles en 150 partidos, y en LaLiga, se convirtió en el jugador británico con más goles en la historia de la competición, aunque más tarde fue superado por Gareth Bale en marzo de 2016. En su palmarés solo pudo conseguir 1 Recopa y 1 Copa del Rey, títulos insuficientes para lo que se esperaba de él en Barcelona.