spot_img

La relación de Garrincha y Pelé, una verdad incómoda

 

Garrincha y Pelé nunca conocieron la derrota vistiendo la camiseta de la selección de Brasil, su conexión dentro del campo era letal, aunque fuera de él era muy distinta a lo que la gente imaginaba.

Ambos eran valorados de forma muy distinta por su afición, y es que Garrincha nunca obtuvo la misma admiración deportiva que Pelé imponía a sus compatriotas. Los brasileños aclamaban a «O Rei» y lo colocaron en un pedestal por encima de cualquier otro jugador de la historia. Pero a su vez querían y adoraban a Garrincha por su lado humano más que a cualquier otro jugador.

 

 

Mientras Pelé se empeñaba en conseguir más éxitos, concentrándose en el juego, Garrincha vivía el momento, bebiendo y persiguiendo mujeres. Respaldado por una sólida estrategia de relaciones públicas, Pelé creó un aura de invencibilidad a su alrededor; un modelo de conducta y un ejemplo para los atletas en ciernes. Sin embargo, Garrincha era el típico brasileño, amante de la diversión y fácil de llevar. A diferencia de Pelé, su vida personal era un gran lío. El fútbol era para él una fuente de alivio de sus problemas. A pesar de alcanzar la fama y el dinero, nunca olvidó sus raíces; Garrincha fue un auténtico héroe de la clase trabajadora hasta su final.

 

 

Garrincha falleció a la temprana edad de 49 años (1983), sucumbiendo al consumo de alcohol, y su muerte fue profundamente llorada por los brasileños, y casi 100.000 personas asistieron a su funeral. Pero antes de hacerlo destapó una realidad que muchos desconocían o no querían aceptar.

 

 

Una verdad incómoda, la inexistente amistad entre Garrincha y Pelé

Manoel Francisco dos Santos ‘Garrincha’, que era poco amigo de hablar con la prensa, lo hizo en julio de 1981 con el argentino Carlos E. Bikic, con quien abordó asuntos como su pobreza, la lucha contra el alcoholismo, el abandono de los amigos, de Pelé, la relación con sus hijos y el deseo que tenía de ser técnico de fútbol algún día.

Aunque el texto completo de la entrevista con el «Anjo das pernas tortas» (Angel de las piernas torcidas), fue publicado por primera vez por la edición brasileña de la revista ESPN en 2012, según el propio Bikic, el material había sido publicado anteriormente de manera parcial en Japón.

 

 

Al ser preguntado si el rey del fútbol lo visitaba, Garrincha respondió: «¡Para nada! Él (Pelé) es un desvergonzado, se convirtió en estrella ahora», en alusión, según la revista, al romance que en esa época tenía su compañero con María das Graças Meneghel «Xuxa», que comenzaba a brillar en la televisión brasileña.

Eterno ídolo del Botafogo, Garrincha contó que recibía ayuda financiera de Giulite Coutinho, que fue presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) entre 1980 y 1986. «Quien paga mi casa no es la CBF, es Giulite Coutinho, que dijo que me aprecia y que la CBF me debe mucho y nunca hizo nada por mí. Cuando más necesité y cuando estuve enfermo, fue Coutinho quien me ayudó. Pero él no quiere propaganda ni nada de eso. Él quiere ser amigo de verdad», manifestó.

 

 

Garrincha explicó que al terminar su carrera profesional muchas personas próximas desaparecieron de su entorno. «A todo el mundo le gusta Garrincha; pero quiero verlos amar a Manoel dos Santos, prometer y dar. No es prometer y no dar, ¿entiendes? Porque cuando yo estaba en auge, todo el mundo hablaba: ‘¿Qué necesita?, ¿Qué quiere?’ Pero ahora…»

Fallecido el 20 de enero de 1983 por complicaciones de una cirrosis, Garrincha aseguró en la entrevista que había dejado la bebida por recomendación médica. «Siempre aparece alguien invitándome a una cerveza, pero yo les digo: ‘no, muchas gracias, pero no bebo, no puedo beber, está prohibido por el médico'».

En la entrevista, Garrincha habló también de sus hijos (en total tuvo 14 no reconocidos) y citó con orgullo a Ulf Lindberg, fruto de una relación que tuvo en Suecia en 1959, durante una gira del Botafogo. «Él juega fútbol, y es punta derecha», dijo, mostrando una foto del chico.

 

 

Garrincha y su hijo sueco nunca se conocieron, ya que Ulf Lindberg viajó a Brasil por primera vez cuando su padre ya había fallecido. Al ser preguntado sobre su futuro, Garrincha respondió que le gustaría ser técnico de fútbol, pero subrayó que no aceptaría cualquier propuesta. «Hay que ir para un buen equipo, que te dé apoyo, así, usted llega solamente para entrenar, el resto es por cuenta del club. Ahora, sacar de su bolsillo para dar dinero para que un jugador pueda volver a casa o para que compre unos zapatos para entrenar, así no sirve. Así no quiero», manifestó.

Por su parte Edson Arantes do Nascimento, Pelé, confesó en el año 2000 que nunca fue amigo de Mané Garrincha, en una entrevista publicada en el semanario brasileño Época. En la misma, Pelé no tuvo reparos en asegurar que el extremo «bebía incluso en los entrenamientos». Según Pelé, caipirinha, una mezcla de aguardiente, azúcar y limón. Respecto a su supuesta amistad con su excompañero en la selección, dijo textualmente: “Es una de las cosas que me ponen más triste. Todo el mundo cree que éramos grandes amigos. En Europa me preguntan hasta hoy mismo por ‘mi amigo’ Garrincha. Pero yo no tenía ninguna amistad con él», declara Pelé. «Nos entendíamos bien durante los entrenamientos, eso es todo. Cuando él murió (en 1983, a los 49 años), me criticaron porque no fui a su entierro. No lo hice porque a mí no me gustan los entierros y porque no estaba atado a él», precisó Pelé.