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Fútbol en La Catedral del narcotraficante Pablo Escobar

 

Pablo Escobar era un gran aficionado al fútbol, y organizaba partidos de fútbol en La Catedral, una particular prisión ubicada en Envigado, Antioquia, Colombia. En 1991, Escobar se entregó a las autoridades y llegó a un acuerdo con el presidente colombiano César Gaviria para no ser extraditado a Estados Unidos, aceptando ser encarcelado en una cárcel que él mismo diseñó y dotó de personal.

 

 

En el corazón de La Catedral había un campo de fútbol 5, donde Escobar organizaba con frecuencia partidos en los que participaba de vez en cuando jugadores profesionales a los que se pagaba generosamente por asistir.

 

 

En 1991, Diego Maradona visitó La Catedral tras recibir una sanción de 15 meses por no pasar un control antidopaje en el Nápoles. Escobar era un viejo admirador del argentino e incluso le ofreció una enorme cantidad de dinero por jugar junto a Higuita en un partido en La Catedral. Maradona afirmó que no sabía quién era «El Patrón» cuando lo conoció, pero jugó en el partido y, después, estuvieron de fiesta juntos toda la noche. «Cuando fui a Medellín y me llevaron a una cárcel rodeada por miles de militares, dije: ‘¿Qué mierda pasa, ¿me van a meter preso?’ Cuando entré a ese lugar parecía un hotel de lujo de Dubái, ahí me lo presentaron, me dijeron: ‘Diego, él es el patrón’. Lo saludé y el tipo muy respetuoso, bastante frío, pero demostró amabilidad conmigo. Pero como yo de noticias y tele nada, no sabía muy bien quien era», confesaba posteriormente Maradona.

La visita de Diego Armando Maradona y de otros futbolistas, entre los que no se ha desvelado nunca la lista completa, fue aprovechada por Escobar para celebrar una fiesta por todo lo alto para él y el resto de presos en La Catedral.

 

 

El plato fuerte de la fiesta fue el partido que futbolistas y miembros del cártel disputaron en el campo de fútbol dentro de la cárcel. Se desconoce cuál fue el resultado final, pero los relatos sobre aquel encuentro aseguran que Maradona y Pablo Escobar se enfrentaron ocupando el puesto de delantero en ambos equipos y qué gran capo de la droga logró hacer varios goles.

Tras el encuentro comenzó una fiesta amenizada por músicos nacionales y a la cual asistieron reinas y presentadoras de la televisión colombiana. «En esa cárcel extravagante estuve rodeado de las mujeres más lindas que vi en mi vida. Me hizo pasar a una especie de oficina donde me dijo que admiraba mi fútbol, y que se sentía identificado por mí, porque al igual que yo, él salió de la pobreza para triunfar», tal y como relató Maradona. Como colofón al encuentro, y según cuentan algunos testigos de aquello, Escobar le habría propuesto al argentino fichar por el Deportivo Independiente Medellín, pero la sanción, aún vigente, lo hizo imposible y tras esta Maradona se decantó por el Sevilla que en aquel entonces entrenaba Carlos Bilardo.

 

 

Aquella no fue la única visita de Maradona a Colombia relacionada con el cártel. Antes de ser un gran ídolo de masas, cuando aún era un niño que comenzaba a destacar en Argentinos, fue invitado por Miguel Rodríguez Orejuela, cofundador del Cártel de Cali junto con su hermano Gilberto, a su casa. Tras una comida en donde conocieron al joven talento argentino, el narcotraficante le hizo una gran oferta para que vistiera la camiseta del América de Cali, oferta que finalmente acabaría superando el FC Barcelona logrando su fichaje en 1982.

 

 

El entrenador del Orlando City, Óscar Pareja, recuerda que fue invitado junto a seis compañeros de Independiente a La Catedral, una invitación que no pudo rechazar. Escobar lo trató como a un dios, y tras reunirse con él, jugaron un partido juntos. Estos partidos de fútbol llegaron a su fin después de que se cometieran asesinatos en las mismas instalaciones. Hubo rumores de que Escobar ejecutaba a sus rivales, lo que hizo que la cancha de fútbol se tiñera de rojo. Tras escapar de su prisión, fue abatido por la policía tras una larga persecución.

 

 


David Amancio Fernández