spot_img

El FC Barcelona de Bobby Robson, la superplantilla de la Liga de las Estrellas

 

El FC Barcelona de Bobby Robson contó con una de las plantillas más espectaculares de la historia del fútbol y con la mejor temporada realizada nunca por un futbolista en un club, Ronaldo. Todo para competir con garantías en la Liga de las Estrellas, como así fue conocida la Primera División española de la 1996-1997, post Ley Bosman.

El presidente Josep Lluís Núñez sentó a Bobby Robson en el banquillo y le proveyó con toda la inversión en fichajes que le había negado durante los últimos años a su predecesor, Johan Cruyff. A golpe de talonario fueron llegando Ronaldo (PSV), Giovanni (Santos), Vitor Baia (Oporto), Hristo Stoichkov (Parma), Fernando Couto (Oporto), Laurent Blanc (Auxerre), Luis Enrique (Real Madrid) y Pizzi (Tenerife).

Estos se unieron a un plantel de jugadores, formado mayormente por jugadores internacionales o de trayectoria contrastada, salvo algunas excepciones. Nombres como los de Abelardo Fernández, Guillermo Amor, Jose Mari Bakero, Albert Celades, Ángel Cuellar, Iván de la Peña, Albert Ferrer, Josep Guardiola, Julen Lopetegi, Miquel Àngel Nadal, Òscar García, Francesc Arnau, Gica Popescu, Robert Prosinecki, Carles Busquets, Roger García o Sergi Barjuan, ilusionaron al máximo a la afición blaugrana. Sin olvidar los jugadores del Barça B que también tuvieron minutos a lo largo de aquella temporada como Patrick Suffo, Xavier Molist, Mingo, Marc Bernals (primer andorrano del Barça), Genís García (hermano de Òscar y Roger) o Jon Bakero (hermano de Jose Mari).

 

 

Su llegada como sustituto de Johan Cruyff, y el gran fichaje

El gentleman inglés, nacido en Sacriston el 18 de febrero de 1933, llegó un 21 de mayo de 1996 al FC Barcelona con la máxima presión en el entorno culé. «Vengo para intentar que el mejor club del mundo se reencuentre con el éxito», apuntó Robson, con la ayuda de José Mourinho, su ayudante de campo y que, además, ejercería de traductor. Fue el décimo técnico azulgrana desde que Josep Lluís Núñez accedió a la presidencia en 1978, y el sustituto de Johan Cruyff, que entendía que entrenar al Barça era «una gran oportunidad».

«Venimos a iniciar un trabajo, a crear un espíritu ganador, en un grupo en el que debe reinar la amistad y esperemos que con el tiempo llegue el éxito. Las primeras semanas serán muy importantes, porque servirán para conocer a la plantilla, estudiar los vídeos de los partidos del equipo, estructurar los entrenamientos y ponemos de acuerdo a partir de mi criterio futbolístico», aseguraba en la rueda de prensa de su presentación.

 

 

Pero el proyecto de Bobby Robson no puede ser recordado sin nombrar al brasileño Ronaldo. «El presidente me dijo, ‘necesitamos llenar el estadio, necesitamos un delantero de primera clase, ¿sabes dónde hay uno?’ Dije que sí, sé que hay un joven en el PSV que me gusta mucho. Creo que es genial, pero es un riesgo.»

 

 

El astuto ojo de Robson para el talento había identificado a un joven delantero brasileño en el PSV Eindhoven, uno de los antiguos clubes del inglés. El delantero anotaría 47 goles en 49 partidos, con actuaciones nunca igualadas por ningún jugador, como el gol ante el Compostela. Un gol que incluso llegó a convertirse en anuncio de Nike, que lo usó con el lema: «Imagina que le pediste a Dios ser el mejor jugador del mundo, y Él te escuchó.»

«Era un entrenador increíble y una persona increíble. Era como un padre para mí. He tenido muchos entrenadores en el fútbol, pero la diferencia entre todos ellos y Sir Bobby era su humanidad y las relaciones que tenía con los jugadores. Siempre fue como un padre para todos», recuerda «O fenômeno».

 

 

Fichajes fallidos y el descarte de Jordi Cruyff

Bobby Robson obtuvo prácticamente todos los fichajes que se propuso, a excepción de los de Rui Costa, João Pinto, Savio Bortolini, Jose Luis Caminero, Marc Overmars, Alan Shearer, Karembeu,  o el triste episodio Koepke. Ni más ni menos que 6.000 millones de pesetas invertidos.

Pero también hubo espacio para los descartes, como el de Gica Hagi (Galatasaray), Meho Kodro (Tenerife), Lluís Carreras (Mallorca), Toni Velamazán (Oviedo), Jesús Mariano Angoy (Córdoba) o Jordi Cruyff, a pesar de que este último quería seguir en el club. «Voy a ser un chicho bueno, un simple futbolista, una persona más y me llevaré bien. No voy a crear problemas». El representante del jugador se reunió con Joan Gaspart, para negociar la ampliación y mejora del contrato, que expiraba en junio de 1997 y cuya cláusula de rescisión era de 250 millones de pesetas. Pero el club se mostró siempre reticente a su continuidad, por entender que su presencia en el vestuario podía resultar delicada, y acabó saliendo rumbo a Old Trafford.

 

 

Temporada llena de éxitos… insuficientes

El primer rival de su etapa fue el modesto Sparta Nijkerk, en un partido amistoso de las habituales giras holandesas de verano de los 90, disputado el 29 de julio de 1996, con marcador favorable por 0-4. Después llegarían otros rivales de pretemporada como el De Graafschap, Den Haag, Heerenveen, el propio Atlético de Madrid (por partida doble en amistosos), el Betis, Mallorca, San Lorenzo, Inter, y Slovan Bratislava.

Aquella 1996-1997, el conjunto catalán lograría la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid, la Recopa de Europa ante el PSG (1-0) y la Copa del Rey ante el Betis (3-2) en una final inolvidable en el estadio Santiago Bernabéu. También fueron inolvidables los cuartos de final de esta última competición contra el Atlético de Madrid, con una remontada épica en el Camp Nou (5-4). Fue subcampeón de Liga, tras el Real Madrid, que sumó dos puntos más. Desde la jornada 24 a la 42 ocupó la segunda plaza, pero fue líder 8 jornadas: la 5ª y de la 7ª a la 13ª. Perdió los dos partidos de la temporada contra el Hércules (2-3 en el Camp Nou y 2-1 en el estadio Rico Pérez). En la Copa Catalunya caería derrotado 1-3 en la final ante el CE Europa por 1-3, por aquel entonces equipo de la Tercera División (cuarto nivel español).

 

 

Su balance final de partidos oficiales y amistosos fue de 48 victorias, 18 derrotas y 12 empates. Y a pesar de los éxitos deportivos, Louis van Gaal fue contratado para dirigir al Barça las temporadas siguientes. Bobby Robson, asumió, con la llegada del técnico holandés, un lugar en la secretaría técnica del club, aunque la sensación acabó siendo que desde el primer momento fue usado como entrenador puente, hasta la llegada de Van Gaal, sin ningún tipo de oportunidad para quedarse al mando.

Bobby Robson abandonó la entidad barcelonista en el verano de 1998, después de haber aceptado una tentadora oferta de uno de sus ex equipos, el PSV Eindhoven.

 

 

¿La inspiración para futuros entrenadores?

Luis Enrique, Josep Guardiola, Hristo Stoichkov, Laurent Blanc, Julen Lopetegi, «El Pitu» Abelardo, Sergi Barjuan, Albert Ferrer, Roger y Óscar García, Jose Mari Bakero, Juan Antonio Pizzi o Albert Celades coincidieron en aquella plantilla entrenada por Bobby Robson y posteriormente se convirtieron en entrenadores, con distinta suerte. ¿Coincidencia?

“Robson era buena gente” recuerda Abelardo y en eso, coincide el resto. “Cuidaba mucho el aspecto defensivo y llevaba muy bien al grupo, para el plantel era fantástico”, recuerda. “Su calidad era tremenda, pero él tenía las ideas claras y transmitía muy bien, aunque no hablara mucho castellano”, añade Barjuán. “Bobby era cercano, espontáneo. Para los que habíamos vivido con Johan fue un cambio drástico. Veníamos de una educación muy marcada y él trajo cosas muy diferentes, nos enseñó otras”, sostiene Celades. “Un sir, con eso lo digo todo. Lástima que no haya podido ver cuántos nos convertimos en entrenadores. Estaría orgulloso”, asegura Hristo Stoichkov.

«Significó mucho para mí, en mi primer año en el Barça. Fue su primer y último año en el Club, junto con Mourinho. Tuve la oportunidad de jugar en muchas posiciones, muchos partidos y fue un año del que guardo muy buenos recuerdos y sólo puedo hablar cosas positivas», señala Luis Enrique