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Eric Cantona vs Didier Deschamps, una historia de odio

 

Eric Cantona, en 1995, tras su famosa patada voladora a un hincha fascista que le estaba insultando desde la grada, fue suspendido durante ocho meses, y la Federación Francesa procuró que el delantero del Manchester United, de repente una vergüenza nacional, dejara la capitanía de la selección lo antes posible. El relevo lo asumió Didier Deschamps en 1996, un jugador que nada tenía que ver con el genio alocado de Eric, y que nunca llegó a defender a su compañero de selección.

«¿Deschamps? Está bien, porque da el 100% de sí mismo, pero siempre será solo el utillero que lleva las botellas de agua. Jugadores así, los encontramos en cada esquina. Hoy, Didier hace de monje, hace de moralizador, pero acabará cayendo en todos los vicios del mundo». Estas fueron las declaraciones de Eric Cantona a la Gazzetta dello Sport sobre el cambio de capitanía en la absoluta francesa. Era septiembre de 1996, en vísperas de un encuentro de la Liga de Campeones entre el Manchester United, y la Juventus, donde Didier Deschamps también era capitán.

Deschamps se limitó a responderle de forma educada y conciliadora. «En primer lugar, se necesitan utilleros que lleven el agua, y si Eric quiere juzgar a los demás, que haga lo que quiera, faltaría más. Ahora, no sé si, como él mismo dice, encontramos en cada esquina jugadores que han ganado dos veces la Liga de Campeones, mientras que él no ha ganado ninguna. Le pregunté dos veces por qué me expuso de aquella manera en la prensa. Me dijo que lo olvidara. No sé qué significa su historia sobre un monje y sus vicios. Tal vez no soy lo suficientemente inteligente como para entenderla», concluyó el natural de Bayona.

 

 

Lo que pocos recuerdan es que 4 años antes de aquellas declaraciones, en el periódico de izquierdas francés L’Humanité, Didier ya explicaba su figura en el mundo del fútbol: «En efecto, soy bastante reservado y no está en mi naturaleza ponerme por delante de nadie».

Cosas del destino, detrás de Kopa, pero por delante de Desailly y Platini, Deschamps en 1996 acabó siendo el jugador francés más laureado, con 2 Copas de Europa, una Intercontinental y una Supercopa de la UEFA, y despertó la admiración de Francia por su carácter ganador y su juego templado, nunca brillante pero siempre útil, en la Euro de aquel mismo año. Era un obrero que conocía perfectamente su función, pero también su ascendencia. Con el Marsella, y junto a Desailly, guardaba las espaldas de Völler, Boksic o Abedi Pelé. En la Juventus y junto a Conte liberaba de toda tarea defensiva a Del Piero, Vialli y Ravanelli. Precisamente aquel talento de «fiel escudero» conjugó a la perfección con Zinedine Zidane en Francia y la Juve, ayudándole a sacar su máximo rendimiento.

 

 

La segunda afrenta de Cantona, recordando la eliminación ante Bulgaria

Once años después de aquellas declaraciones, Eric Cantona confió en la revista L’Equipe para dar su opinión sobre la eliminación, ante Bulgaria, en la fase de clasificación para el Mundial de 1994. Eric volvió a acordarse de Didier, asegurando que este había contribuido a desbancarlo de su estatus de capitán con Marcel Desailly, en un complot a sangre fría: “Deschamps y Desailly no son hombres, y lo más grave es que en la selección los hay. Chicos que ganaron junto a ellos y a los que desprecian tanto como a mí. Ni Didier ni Marcel vendrían a salvarte si te estuvieras ahogando».

 

 

La tercera afrenta de Cantona, rumbo a los juzgados

El jueves 26 de mayo de 2016, en una entrevista con el diario británico The Guardian , “Le Roy” criticó por tercera vez al de Bayona. «Una cosa es segura: Benzema (excluido de los Bleus debido a su acusación en el asunto del vídeo sexual contra su compañero Mathieu Valbuena) y Hatem Ben Arfa (entonces en la lista de reservistas, finalmente no seleccionado). Son los dos mejores jugadores de Francia y no jugarán la Eurocopa. Lo que también es seguro es que sus orígenes son norteafricanos. Así que sí, el debate está abierto. Deschamps tiene un nombre que suena muy francés. Quizás sea el único en Francia que tiene ese nombre francés. Nadie jamás se mezcló con nadie de su familia. Como los mormones en Estados Unidos».

Didier ante aquel tercer ataque directo, sugirió que podría presentar una denuncia contra Cantona, y así lo hizo, aunque acabó siendo declarada desierta por el tribunal penal de París, por razones de procedimiento. «Hay una línea que no se puede cruzar. Y cuando tocas a la familia, es inaceptable. Voy a ir hasta el final» aseguraba Deschamps, aunque tuvo diez días para recurrir aquella decisión y no lo hizo.

El tribunal consideró que la forma en que estaba redactada la denuncia podía generar incertidumbre sobre el alcance de los hechos por los que el acusado debía responder, es decir, que los comentarios objeto de la difamación no estaban claramente definidos. El abogado de Eric Cantona, que en el pasado había defendido la libertad de expresión de su cliente, acogió inmediatamente aquella victoria y consideró que se hizo justicia.

 

 

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