Ramon Maria Calderé y Rey, nacido en Vila-rodona (Tarragona) el 16 de enero de 1959, fue un destacado futbolista catalán durante la década de los 80, llegando a disputar con la Selección Española de Fútbol el Mundial del 1986 y la Eurocopa del 1988.
Su debut en Primera División con el Barça en 1984 fue realmente memorable, marcando uno de los 3 goles que darían la victoria ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Durante su etapa como futbolista también defendió los colores de la UE Valls, RSD Alcalá, Real Valladolid, Real Betis y Unió Esportiva Sant Andreu.
En 1993 empezó su etapa en los banquillos, los primeros años como asistente del FC Santboià, CE Europa y CE Júpiter, y ya en 1997 comenzando la etapa como entrenador en CE Premià. Desde entonces ha dirigido al CF Gavà, UE Cornellà, CF Badalona, UE Olot, Burgos CF, Reus Deportiu, CD Teruel y CD Castelló entre otros.
¿Cómo te enamoraste del fútbol por primera vez? ¿Quién fue el primer ídolo futbolístico de tu infancia?
Personalmente siempre he creído que la esencia de la pasión por el fútbol se lleva dentro desde que nacemos. Posteriormente esta semilla se reafirmó cuando empecé a ir al colegio de mi pueblo, Vila-rodona, y jugaba a la hora del patio y al salir de clase. Pero el día que realmente me enamoré del fútbol fue cuando fui un verano al Camp Nou con 11-12 años para presenciar un trofeo Joan Gamper en directo. El primer futbolista que me cautivó fue sin ningún tipo de duda el mito holandés, Johan Cruyff.
¿Debutar en Primera División con 25 años en el Santiago Bernabéu, marcar y acabar ganando el partido es llegar tarde, pero en el momento exacto?
Las cosas siempre acostumbran a llegar cuando es el momento, ni antes ni después. Fue un día del que guardo un gran recuerdo y que me hizo muy feliz como jugador y persona.
¿Te hubiera gustado seguir en el Barça con Johan Cruyff en el banquillo?
Sí, por supuesto. Me hubiera gustado mucho y hubiera podido aprender muchísimo de él y de sus sistemas tácticos y conocimientos para después llevarlos a cabo durante mi etapa como entrenador. Desgraciadamente no se dieron las condiciones para que pasara.
¿En qué equipo como jugador te has sentido más querido?
En todos los que he tenido la suerte de jugar, pero si tuviera que escoger serían Barça, Betis y Sant Andreu… También en la Selección Española, donde tuve la suerte de poder coincidir con un gran grupo humano con el que disputamos el Mundial del 86 y la Eurocopa del 88.
¿Alguna deuda pendiente con el Sant Andreu después de quedarte a las puertas de Segunda A?
A todos los jugadores de aquella temporada nos hizo mucho daño, fue uno de los robos más grandes de la historia del fútbol. Confío en que algún día finalmente se haga justicia y el Sant Andreu vuelva a competir a 2ªA.
¿Cuál es la principal diferencia para ti entre el fútbol moderno y el de antes? ¿Realmente los defensas de los años 70 y 80 eran más agresivos que los de ahora?
La diferencia creo que está en que actualmente existen muchos más equipos que solo piensan en no encajar goles, y son muy poco atrevidos, por lo que el fútbol netamente ofensivo se está reduciendo. En cuanto a los defensas antiguamente había más tolerancia con las entradas al límite del reglamento. Ahora también hay entradas excesivamente duras, pero la diferencia está en que el sistema arbitral actual no las permite, obviamente.
¿Con qué recuerdo te queda del Mundial de México 86?
Supuso la culminación de mi rendimiento como deportista llegando al máximo gracias a la confianza de grandes entrenadores de los que tuve la oportunidad de disfrutar mucho.
El de la eliminación de la Eurocopa del 88 que se disputó en Alemania Federal no debe ser tanto bueno…
Fue muy triste, puesto que supuso la eliminación de un grupo muy grande que venía de hacer cosas importantes… Pero después de nosotros vino una generación de grandes jugadores.
¿Guardas algunas camisetas de tu pasado como futbolista?
No, las regalé todas. Así que en casa no me queda ni una.
¿Cuál es tu objetivo a largo plazo en los banquillos?
Me gustaría mucho poder cumplir mi sueño de poder entrenar algún día en la segunda división del fútbol español.