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El pisotón de Hristo Stoichkov a un árbitro en su primer Clásico

El pisotón de Hristo Stoichkov al árbitro Ilbon Urízar Azpitarte tuvo lugar un 5 de diciembre de 1990, en el primer Clásico disputado por el delantero búlgaro perteneciente a la Supercopa de España. Aunque Stoichkov ha declarado alguna vez que no se arrepiente de aquello, realmente sí lo ha hecho y ha reconocido ante su víctima, a la que también ha pedido disculpas, que aquella imprudencia le marcó para el resto de su carrera. Desde entonces intentó controlar su volcánico carácter.

 

 

“Todo empezó con una entrada fuerte de Chendo a Hristo cerca del banquillo del Barça. Chendo fue fuerte, pero no lo tocó. Y él empezó a protestar y Cruyff salió del banquillo braceando y pidiendo tarjeta. Aquel día Johan había puesto a dos chavales en la defensa (Alex y Herrera) y no le salió bien. Perdían por 0-1 y era el minuto 39. Con sus protestas me quiso echar al público encima para sacar partido. Yo le dije que Chendo no había tocado a Hristo y que no protestase más o lo echaba. Y me dijo que yo a él no me iba a atrever a echarlo en el Camp Nou. Y lo eché, expulsado. Y entonces Hristo se puso a protestar más fuerte. Me insistía en que Chendo le había pegado y yo le decía que no. Y le amonesté. Entonces me dijo que tenía mucha cara. Y le saqué la segunda amarilla y lo expulsé. Se me encaró y avisé a Rodolfo Peris, delegado del Barça, el mejor de los que conocí con Calzón (Espanyol) y Herrerín (Madrid). Le dije que se llevase al búlgaro, que la iba a liar. Y de forma inesperada, me pisó en el empeine. Al principio no me lo quería creer, pero cuando empezó a dolerme ya me lo creí. Acabé la primera parte como pude y en la caseta, Ángel Mur me atendió. Tenía una herida porque los tacos eran de aluminio. Después del partido, Bakero vino a verme y me dijo que me había pasado, que Hristo les decía que no me había pisado. Y yo le dije a José Mari que sí, pero que creyese lo que quisiese. Al día siguiente me llamó para pedirme perdón después de ver las imágenes en televisión… Con Bakero en el campo, Hristo no me hubiese pisado, seguro. Era su jefe en el césped”, asegura Urízar Azpitarte.

 

 

“Aquello fue una bomba mundial. Yo tenía siete tíos en Venezuela y todos me llamaron para saber qué me había pasado. Me llamaron de la Federación para declarar. Vara de Rey me preguntó que cómo veía el caso. Yo le dije que Hristo se había equivocado, pero que era buen chaval. Venía del Este y allí los jóvenes se tenían que hacer duros muy pronto. Y le dije que me había pedido perdón, que no era verdad, pero lo dije porque yo creía que fue un pronto y que no había que machacarle… Le cayeron doce partidos. Y lo que es la vida, con el tiempo nos juntamos en un evento y nos caímos bien. Hasta me regaló las botas con las que me pisó junto a su libro dedicado. Incluso ha estado en mi casa comiendo y dando una charla en mi club, el Urdaibai. Y a mí y a mi mujer nos invitó hace dos años a Sofía, tres días a gastos pagados y en avión en Business, a presentar su libro. Y en un acto ante 2.500 personas me pidió perdón. Hablamos a menudo porque él es comentarista de TV y me consulta temas arbitrales. Somos amigos. Y con el Barça, ningún problema después de aquello. Cuando pitaba en el Camp Nou, Núñez bajaba a saludarme tras el partido y tomábamos una copa de cava brut. Y cuando perdían, me decía: ‘Urízar, y eso que te tengo alquilado un local para tu empresa…’. Y era verdad, en una esquina de la calle Balmes. Fue un gran presidente y buena persona. Ah, por cierto, tengo en mi casa tres premios de Mundo Deportivo al mejor árbitro que me entregasteis en vuestra gala. No debía ser tan malo…” concluye Urízar.