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El partido más raro de la historia, el Barbados – Granada de 1994

 

El Barbados – Granada de la primera fase de la Copa del Caribe de 1994 es recordado por ser el partido más raro de la historia. Aquel torneo, disputado entre 1989 y 2017, reunía a las selecciones de la Unión Caribeña de Fútbol y que daba al campeón la oportunidad de participar de la Copa de Oro de la CONCACAF, la confederación que aglomera a los equipos de América del Norte y Centroamérica. Aquel 1994, Trinidad y Tobago fue la sede de la quinta edición y recibió a ocho equipos en su fase final luego de una instancia previa de 22 equipos.

Inexplicablemente, el reglamento del torneo estableció que no existirían empates en la primera fase de grupos, con el método del viejo gol de oro para determinar al ganador. Pero la organización le añadió una regla más: en dicha fase, los goles anotados mediante ese método, valdrían doble a los efectos de la diferencia de gol.

En el grupo A se disputaba la última jornada y Barbados necesitaba una victoria por dos goles o más de diferencia ante Granada. El partido se desarrolló prácticamente con total normalidad y, a falta de tres minutos para el final del encuentro, Barbados estaba 2-1 arriba en el marcador, un resultado que no les alcanzaba para superar a Puerto Rico, el tercer componente de grupo.

 

 

Fue allí cuando, en una demostración de cálculos a gran velocidad y en tiempo real, el defensor Terry Sealey de Barbados se dio cuenta de que, si anotaba un gol en contra, enviaba el partido al alargue con la chance de ganar con gol de oro y así sumar los dos goles de diferencia que necesitaban para clasificar. ¿Complicado? Puede ser, pero no para Sealey, quien se arrimó hasta donde estaba su portero y, como quien no quiere la cosa, comenzó a tocar en cortito hasta chutar la pelota hacia su propio arco. 2 a 2.

Sealey le había comprado a su selección 30 minutos adicionales para marcar un gol que valdría doble y los jugadores de Granada, que parecían no entender nada al principio, rápidamente se dieron cuenta de lo que había sucedido. En tres minutos, el conjunto granadino intentó marcar un gol en la portería que fuera. ¿Por qué? Porque si lo hacían en su propia puerta perdían el partido, pero clasificaban igual con tres puntos gracias a la diferencia de gol, mientras que, si lo hacían en el arco rival, ganaban y trepaban a seis puntos en la tabla.

El equipo barbadense se repartió el campo: mientras medio equipo protegía su propia puerta, los jugadores restantes defendían el arco rival. Todo para evitar que Granada marqcara un gol, fuera en la portería que fuera. Fue tan grande la confusión que nadie sabía cuál era el lado para el que originalmente debía atacar. Finalmente, la viveza de los barbadenses primó y el partido fue a la prórroga, para terminar con el tan ansiado gol de oro que les dio la clasificación. ¿La tabla final? Barbados con tres puntos y un gol a favor, Granada con tres puntos y cero goles a favor y Puerto Rico con tres puntos y un gol en contra.

La bronca no tardó en llegar y fue el entrenador del equipo derrotado, James Clarkson, quien en una posterior conferencia de prensa explotó: «Siento que me hicieron trampa. La persona que inventó estas reglas es un candidato para un loquero. El partido nunca se debería haber jugado con tantos jugadores corriendo para todos lados, confundidos. Nuestros jugadores no sabían para dónde atacar. Nunca vi algo similar. En el fútbol, hay que hacerle goles al rival para ganar, no en contra».

Las quejas no tuvieron el desenlace esperado y la clasificación de Barbados fue confirmada, para luego quedar eliminada en la siguiente fase. Eso sí, la regla de la discordia no fue utilizada en las siguientes ediciones de la Copa del Caribe.