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El día que Romário le propinó un tremendo puñetazo a Simeone

El puñetazo de Romário al Cholo Simeone en un Sevilla CF- FC Barcelona del 16 de enero de 1994 fue un acto de venganza del delantero brasileño a varios insultos proferidos por el argentino, como así confirmó el propio «O baixinho» a posteriori.  «Insultó a mi madre y dijo que yo tenía sangre de cucaracha. Lo que diga ahora no me importa ni me extraña: es argentino. Todos dicen lo mismo. Pido perdón, y lo siento por la afición. Cada cuatro años se me cruzan los cables».

Aquel Barça llegaba pletórico al estadio Ramón Sánchez Pizjuán para enfrentarse a los sevillanos. No era para menos, la semana anterior le había ganado 5-0 al Real Madrid en el Camp Nou. Con empate a cero en el marcador, en el minuto 76 un centro al área desde la banda izquierda del ataque visitante acabó con la expulsión del brasileño que había ingresado en el terreno de juego apenas 14 minutos antes ¿El motivo? Un puñetazo de este a un Simeone que segundos antes le había pisado y que había estado provocándole.

 

 

El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol sancionó a Romário de Souza, con cuatro partidos de suspensión, el representante de la Liga pretendía un castigo menor, y una multa de 288.676 pesetas (la parte de su sueldo proporcional al tiempo que no iba a poder jugar). El club catalán, que no presentó ninguna alegación, aunque disponía de diez días para recurrir ante el Comité de Apelación.

 

 

Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona, saltó a su favor: «fue involuntario. La reacción de Romário fue darle un codazo a Simeone, que le podía haber roto el tobillo. Lo que pasa es que ese golpe de codo le tocó y fue más que un simple codazo».

 

 

Los hechos estuvieron rodeados de cierta polémica al ser Romário una de las estrellas extranjeras de la Liga española, pertenecer a uno de sus equipos más poderosos, el Barcelona, y no estar bien redactada el acta del árbitro del partido, Miguel Ángel Marín López. El colegiado escribió en ella que expulsó a Romário por dar un codazo a Simeone en un lance del juego. Según estos términos, la acción de Romário debería considerarse juego violento y solo le correspondería un partido de sanción. Las imágenes de Canal +, que televisó en directo aquel encuentro, demostraron el error arbitral, por lo que Marín López, al día siguiente, envió un anexo al acta que modificaba sustancialmente su contenido. El árbitro indicó, tras observar la grabación, que Romário, en vez de un codazo, propinó un puñetazo al rival.

 

 

Finalmente, el Comité de Competición consideró la actitud de Romário como una agresión a un adversario y le impuso la sanción mínima que el reglamento disciplinario preveía por ese motivo: cuatro partidos de sanción. Su presidente, Alfredo Flórez, dijo que, a la hora del acuerdo, no se tuvo para nada en cuenta la posible provocación previa de Simeone a Romário. «En primer lugar, no ha habido por parte alguna acusación de esa posible provocación de Simeone. Además, el reglamento establece que, incluso mediando provocación, se aplique el castigo en su grado mínimo, es decir, los cuatro partidos de suspensión», declaró Flórez.

Durante los días posteriores, Simeone fue muy criticado por el propio Johan Cruyff, quien llegó a declarar que con lo que hizo le habían dado ganas de volver a vestirse de corto. El «Cholo», lejos de arrugarse, le respondió: «No me gustan esos personajes que lloran delante de los periodistas, parecen nenas. Cruyff fue un grande, pero fue… Habría que preguntarle a Romário si no estaba caliente porque después de hacerle 3 goles al Madrid lo dejan en el banquillo. No creo que pueda contestar porque al otro día el señor Cruyff le descontaría un porcentaje de su sueldo. Cuando el Barcelona gana, es porque gana él, cuando el Barcelona pierde, son los jugadores…».