Dicen que las comparaciones siempre son odiosas y más si se realizan entre padres e hijos. Comparar a Pelé, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, con su hijo podría haber resultado fatal. Quizá por ello, el hijo de «O Rei» decidió hacer todo lo contrario que su padre sobre un terreno de juego: dedicarse a evitar goles bajo los tres palos, y no le fue nada mal. Su seguridad, reflejos y agilidad le llevaron a convertirse en profesional e ídolo de la afición santista, y hasta fue postulado por algunos de sus entrenadores en el fútbol brasileño para formar parte del combinado nacional.
Edson Cholbi Nascimento, más conocido como Edinho, nació el 27 de agosto de 1970 en Santos, Brasil, aunque a los 4 años se trasladó con su familia a Estados Unidos. Durante su estancia en Nueva York, vivió la separación de sus padres y participó en diversos deportes, incluyendo baloncesto, béisbol y fútbol americano, antes de decidirse por el soccer. Su primera experiencia competitiva tuvo lugar en el fútbol universitario, con el Blau Weiss Gottschee (BW Gottschee) a finales de la década de los 80. Con este club de Queens ganaría dos campeonatos regionales mientras cursaba sus estudios, y se iniciaría como la tercera generación de futbolistas de los Nascimento.
Una vez terminada la carrera universitaria, volvería a su tierra para seguir su formación en 1990, primero en el Vila Belmiro y posteriormente en el segundo equipo del Santos. Durante esa etapa también aceptaría salir cedido a la Portuguesa Santista (1992) y el São Caetano (1993), en busca de minutos que le pudieran valer para dar el salto definitivo al primer equipo del Santos.
Su premio finalmente llegaría en 1994 ante el Santo André, mismo conjunto ante el que debutó su padre en 1956, «son cosas de los dioses del fútbol. Me siento muy satisfecho de ello porque sé que me ha costado mucho llegar hasta donde estoy, ya que decidí dedicarme al fútbol de manera profesional a los 20 años y he tenido que trabajar duro para corregir defectos». Al año siguiente sería el portero titular del subcampeonato brasileño; y solo perdería el puesto en 1997, cuando el club contrató al veterano Zetti. Edinho jugó un total de 195 partidos con el Santos en períodos intercalados entre 1991 y 1998; en los años 1992 y 1993 solo formó parte del plantel, sin disputar ningún partido con el primer equipo. En 1998 puso rumbo al Ponte Preta, donde el junio del año siguiente se retiraría a los 28 años sin haber cumplido el sueño de poder disputar el Mundial de Francia de 1998 con Brasil. El 25 de febrero de 2017, Edinho fue sentenciado a 12 años y 10 meses en prisión por lavar dinero en un caso de tráfico de drogas.
La alargada sombra de los secuestros de familiares de futbolistas en la Brasil de los 90
Los secuestros en Brasil durante los años 90 afectaron a las familias de muchos profesionales, aunque a Edinho nunca le preocupó lo suficiente como para renunciar a jugar en su país natal. «En Brasil todo el mundo entiende de fútbol. Los secuestradores saben todo lo que representa Pelé para el país. Son conscientes de que si secuestraran a mi padre, a mí o a alguien de mi familia, todo el país se les echaría encima. Es cierto que Romário también es un ídolo en Brasil, pero a su padre lo secuestraron bandas no tan bien organizadas. Las auténticas bandas de secuestradores no se atreven con los futbolistas. Yo soy un trabajador. Si lo hiciera, no podría entrenarme al cien por cien. Y eso es por lo único que ahora me juego la vida, ya que si sigo mejorando no tardará en llegarme una oportunidad en la selección brasileña. Mi objetivo es a largo plazo: jugar con Brasil la Copa del Mundo de Francia en 1998».