Dragan Stojković fue uno de los fichajes estrella de la Serie A de la temporada 1991-1992, al incorporarse al Hellas Verona. El crack yugoslavo llegó cedido procedente del Olympique de Marsella, y estando aún presente en la memoria de los espectadores que asistieron a su recital ante España en el Mundial de Italia 90, curiosamente en un partido disputado en la ciudad del Véneto.
Buscando recuperar su fútbol, tras una serie de lesiones, el mediapunta aceptó una propuesta que le permitiría ser la mayor estrella del Marcantonio Bentegodi. El equipo gialloblù acababa de ascender a la Serie A, gracias a un subcampeonato en Seri B, y buscaba mantenerse en la élite con un plantel lleno de veteranos del fútbol italiano. El técnico Eugenio Fascetti seguía al mando y contaba con los defensores Alessandro Renica, Luca Pellegrini y Celeste Pin, además de los veteranos mediocampistas Pietro Fanna y Marino Magrin. El centrocampista sueco Robert Prytz y el delantero rumano Florin Raducioiu cerraban la nómina de extranjeros del plantel.
La pretemporada para el astro yugoslavo acabó en drama por varias razones. Primero debido a sus molestias físicas que arrastraba de su anterior etapa en Francia, y segundo porque en un amistoso de pretemporada contra la Reggiana, perdió la cabeza protestando y agarrando agresivamente al árbitro y fue expulsado, ¡con una sanción inédita de dos meses sin disputar la Serie A! “Lo siento. Por Italia y por el fútbol italiano he aprendido más esa noche que en tres meses. Si los rivales dan patadas, yo callo. Si no, me echan a mí y ellos se ríen. Me estoy dando cuenta de que para mí la vida aquí no será fácil, pero no quiero parecer conflictivo. En el Estrella Roja solo me expulsaron una vez en trescientos partidos. Aún me estoy adaptando y sé que me esperan con el fusil apuntado. No hay problema. Acepto la apuesta. Apostad, que luego apuesto yo. Y he entendido que aquí no existen los términos medios. O se va abajo o se va arriba. O se es todo o no se es nada”.
Antes de iniciarse la competición oficial, aún hubo una prueba preparatoria más, el miércoles 21 de agosto de 1991 a las 20:30 el Verona jugó un cuadrangular contra el Parma, PSV Eindhoven y Estrella Roja que llegó con Pancev, Savicevic y Mihajlovic en sus filas. La sanción le impidió debutar en liga, aunque no en Coppa Italia, donde marcó un gol y dio una asistencia en la goleada por 5 a 0 sobre el Lecce. Luego, su suspensión fue reducida de seis a cuatro partidos y pudo debutar a fines de septiembre, en el clásico entre el Hellas y Napoli, disputado en el San Paolo. En octubre, sin embargo, Stojkovic se lesionó jugando con Yugoslavia y solo volvió a mediados de noviembre. Su recuperación definitiva se produjo recién en febrero de 1992. Desde entonces, el serbio finalmente tuvo continuidad con los mastini.
Ningún jugador que haya pasado por el equipo veronés fue tan talentoso como Piksi. El dorsal 10 lo demostró con una gran actuación contra el Inter, después de perderse cinco partidos seguidos, en los que el Verona no marcó ningún gol. «Destrozamos al Inter, que entonces contaba con Zenga, Bergomi y Brehme. Aquel 9 de febrero de 1992 ocurrió algo extraño: no sentía el menor dolor y literalmente volaba por el campo. Toda esa temporada luché con una grave lesión sufrida en Marsella justo después de llegar desde Estrella Roja. Pero contra el Inter todo encajó. Corría sin problemas, sin miedo a cambiar de dirección ni a hacer regates… Son cosas difíciles de explicar desde el punto de vista médico. Ganamos 1-0, aunque el resultado pudo ser mucho más abultado. Fallé un penalti al final del partido, la pelota se fue por encima del travesaño. Aun así, me nombraron jugador del partido y todos escribieron sobre el renacimiento de un gran ‘10’ del fútbol mundial. Lamentablemente, dos días después, los dolores volvieron».
En las 15 jornadas siguientes, ya bajo la dirección de Nils Liedholm, Dragan Stojković jugó 14 veces e incluso marcó un golazo de tiro libre contra el Ascoli. Pero fueron solo destellos. Entre entrenamientos y partidos con el Hellas, se preocupaba por Zoran, su hermano menor, que se encontraba en plena Yugoslavia durante la guerra que desangró al país.
Al final de la temporada, el Verona descendió a la Serie B. Piksi regresó al Marsella y estuvo inactivo durante toda la campaña 1992-93. Al año siguiente volvió a jugar y, tras 18 partidos y cinco goles con el OM, se marchó a Japón.