La llegada del internacional brasileño Djalminha al FK Austria Viena, fue una de las grandes sorpresas del mercado de verano del año 2002. El Deportivo de La Coruña aceptó la petición de cesión del propio jugador, que buscó la felicidad y más minutos de juego en la Bundesliga austríaca y la Copa de la UEFA. Tras su encontronazo con Javier Irureta, y el aumento del protagonismo de Valerón, aquella parecía una buena más que correcta para ambas partes.
El Austria de Viena, que aspiraba a ganar la liga y clasificarse para la Champions League, presentó a su flamante fichaje un 4 de septiembre de 2002, junto a otro brasileño con pasado en la liga española, Julio César, exjugador del Real Madrid. El acuerdo entre el club gallego y el austríaco además contemplaba la opción de que si el jugador jugaba un 70% de partidos, automáticamente la cesión se convertiría en traspaso.
«Para mí lo importante es jugar y disfrutar del fútbol. Quizá el campo del Austria de Viena no se llena con 30,000 o 40,000 personas, pero siempre me han demostrado mucho cariño. Me han apoyado mucho durante el poco tiempo que llevo aquí y eso para mí significa un gran orgullo y mucha alegría. Yo he venido aquí para ganar la liga y después para intentar la clasificación para la Champions League», aseguraba el jugador a la revista Don Balón.
Aquella temporada el club de Viena arrasó en la Bundesliga con 16 puntos más que el segundo clasificado, el Grazer AK, y además también se coronó campeón de copa. Las malas noticias llegaron en la Copa de la UEFA, donde quedaron eliminados en segunda ronda a manos del Porto. A pesar de ganarse el corazón de la afición del Generali Arena, nunca se ganó la confianza de Walter Schachner, y solo pudo disfrutar de 12 partidos de su estrella, y de 3 míseros goles (2 de penalti).
El director técnico Christoph Daum, a final de temporada, dijo a la Agencia Austríaca de Prensa que el futbolista no cumplió con lo que se esperaba y que dejaría el club al término de la temporada. «He aprendido cosas, pero no he crecido nada. En lo futbolístico, ha sido un curso perdido», le respondía el astro brasileño.
Tras su paso por la Bundesliga austríaca volvería al club blanquiazul para jugar la que sería su última campaña en España, adquiriendo la nacionalidad española para no ocupar plaza de extracomunitario. Fue un año más bien discreto para él, con 33 años, y todo acabó con su traspaso al América de México.