«Dieguito Maradona», fue un personaje basado en el astro argentino nacido para protagonizar una tira de cómic, que nunca se llegó a publicar, y que acabó siendo la imagen de productos de merchandising (juguetes, vasos y termos, entre otros) y dulces. Y no solo eso, porque acabó adaptándose a dibujos animados, y fue mascota nacional para los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, retornando para el Mundial de 1990.
Todo empezó en 1985 con Mauricio de Sousa, conocido como el Walt Disney brasileño y dueño de un imperio editorial con influencia en Estados Unidos, China, Japón e Italia. Viendo un partido del Napoli de Maradona encontró la figura que le permitiría entrar en el mercado argentino. En un primer momento, la idea era publicar una tira de cómic que se distribuiría en Argentina de manos del fotógrafo y director de Image Bank Argentina, Jorge Fisbein. En sus viñetas se hubiera narrado la infancia de «El Pelusa» y sus aventuras deportivas junto a un grupo de amigos: Negro, Choco, Coloradito, Peluza, Bombolito, Flaquito, Sylvia, Morena, Vaquita, Rosita y Glenda.
Para conseguir el acuerdo, Mauricio invadió la concentración secreta donde la selección argentina se preparaba para la Copa del Mundo de 1986 y consiguió conversar durante horas con Maradona. De Sousa no era un novato en el tema, ya que en 1976 había desarrollado «Pelezinho» junto con Pelé. Originalmente pensada como una tira para los grandes diarios brasileños, pronto se volvió un impresionante negocio que incluía todo tipo de merchandising: camisetas, juguetes y cómics, todo hasta su cancelación en 1982 por diferencias con «O Rei».
Así pues, con el acuerdo entre Diego y De Souza, Jorge Fisbein negoció con Jorge Cyterszpiler los términos del acuerdo y adquirió la licencia para utilizar la imagen de Maradona. Las cosas se torcieron de inicio entre Fisbein y De Souza, y el cómic nunca llegó a ser publicado, aunque el empresario argentino no se rindió y tiró adelante una serie de cortos animados que se emitían en las pausas publicitarias de la televisión argentina con un modelo de Dieguito Maradona ligeramente diferente al original.
Los primeros cortos eran musicales, en los que Dieguito enseñaba sobre la importancia de cuidar a las plantas y lavarse los dientes, entre otras cosas. En 1986 llegó el turno del merchandising y dos años después el personaje fue elegido por el Comité Olímpico Argentino (COA) como la mascota nacional de cara a los Juegos Olímpicos de Seúl. Según declaraba Antonio Rodríguez, presidente del COA, “Dieguito será la imagen que guíe a todos aquellos que creen en el espíritu olímpico”. Si bien la Argentina tuvo una buena actuación en Corea del Sur (volvió a conseguir medallas después de 16 años), su mascota pasó sin pena ni gloria.
Fisbein también firmó un acuerdo con Bagley que lanzó al mercado varios dulces con la marca. Uno de ellos, y el de mayor éxito, fue el alfajor (en versión blanco y negro). A su vez, la compañía acompañó este regreso con una serie de medallones en los que aparecía Dieguito recreando festejos y goles del astro de carne y hueso. La marca desapareció en 1991 tras el doping positivo de Maradona en Nápoles y el conocido allanamiento policial en su departamento en Caballito. A partir de 1992, Fisbein encaró otro proyecto relacionado con el mundo de los dulces: la chocolatería Drimer. Unos años después volvió la Diegomanía, después de estar 15 meses suspendido por doping (en el recordado episodio de la enfermera del Mundial de 1994), Maradona anunció su regreso al Xeneize. En 1995, Georgalos, creadora del Mantecol, decidió reflotar la marca Dieguito Maradona con los alfajores de chocolate y dulce de leche, cuyos envoltorios podían cambiarse por unas medallas que representaban 15 jugadas diferentes (rabona, taquito, cabezazo, pisada, volea, jueguito, palomita, pechito, chilena, inglesa -la mano de Dios-, entre otras).
Ya en 1996, la mina de oro eran las 0-600, y el personaje volvió a la palestra como “Dieguito Phone”. En este surrealista servicio telefónico los usuarios podían entretenerse con preguntas, respuestas y diversos juegos que tenían como tema central a Diego Armando Maradona. Tras la desaparición del servicio, Dieguito Maradona no volvió nunca más.
¿Qué fue de De Souza?
Por su parte, desanimado por el desencuentro con Fisbein, De Sousa acabó encontrando en Ayrton Senna una figura viable para canalizar en escala local todo el esfuerzo realizado y se despachó con «Senninha», un comic infantil que se mantuvo con gran repercusión hasta 1999, cinco años después del trágico accidente que le costara la vida al piloto de Fórmula 1.