David Seaman siempre fue una figura imponente bajo los palos durante su larga, exitosa e ilustre carrera que duró desde 1981 hasta 2004. Con 75 internacionalidades, y siendo el segundo portero con más partidos con la absoluta inglesa después de Peter Shilton, es considerado como el último gran portero inglés.
En su mejor momento de forma fue considerado uno de los mejores porteros del mundo durante la década de los 90, ganándose los elogios de otros míticos guardametas como Sepp Maier y Francesco Toldo. Era un portero alto, de gran envergadura, que se caracterizaba por su valentía, rapidez de reflejos, agilidad y excelente sentido de la posición, así como por su fiabilidad en el manejo y la capacidad de juzgar el balón, lo que le permitía salir a recoger los centros y dominar su área con eficacia.
Aunque no era especialmente llamativo en su estilo bajo palos (sí por el uniforme que lució durante la Euro de 1996 disputada en Inglaterra), se le consideraba un guardameta eficiente y generalmente fiable, que se caracterizaba por su actitud fría, su presencia autoritaria y su serenidad en la portería. Carisma y liderazgo eran otros de sus valores con los que inspiraba confianza a sus compañeros.
Pero David Seaman también es recordado por ser inconsistente y propenso a grandes errores imperdonables, luchando con frecuencia para hacer frente a los tiros de larga distancia (su más terrible debilidad) a lo largo de su carrera. En 2006, The Irish Times describió a Seaman como un «choker en serie», debido a varios errores de alto perfil que cometió en partidos clave, en particular a nivel internacional, y lo describió como uno de los varios porteros poco fiables que jugaron para Inglaterra desde el final de la «tradición de portería sólida que parecía inquebrantable a través de la era de Banks, Clemence, Shilton, etc…».
Los difíciles inicios
Seaman nació en la ciudad inglesa de Rotherham un 19 de septiembre de 1963. Comenzó su formación en las categorías inferiores del Leeds United, del cual era gran fanático. A pesar de llegar hasta el primer equipo en 1981 para ser suplente de John Lukic, el entonces entrenador Eddie Gray (el ídolo de adolescencia de Seaman) lo acabó descartando y el agosto de 1982 se marchó totalmente destrozado anímicamente al Peterborough United, de la cuarta división, por tan solo 4.000 libras. Fue un gran revés para sus aspiraciones de poder llegar algún día a debutar en primera división.
Poco más de dos años después, en octubre de 1984, el Birmingham City, de segunda división, pagó 100.000 libras por sus servicios. Acabaron ganando el ascenso al final de esa temporada, pero volvieron a descender al final de la siguiente. Sin embargo, Seaman no les acompañaría de vuelta a la Segunda División.
En agosto de 1986, Seaman se trasladó al Queens Park Rangers por 225.000 libras. Jugando en un club de mayor nivel, se ganó su primera convocatoria con Inglaterra, que llegó a las órdenes de Bobby Robson en un amistoso contra Arabia Saudí en noviembre de 1988. Con la sub-21 previamente participó hasta en diez ocasiones, y con la selección «B» de Inglaterra (más relevante en aquella época que cualquier selección B del fútbol actual) en seis ocasiones.
Este impresionante estado de forma con su club y su país llevó al Arsenal a pagar 1,3 millones de libras al Queens Park Rangers por los servicios de Seaman en 1990. Irónicamente y en un extraño giro del destino, el número 1 del Arsenal antes de la llegada de Seaman no era otro que… John Lukic, que le había dejado fuera del equipo del Leeds muchos años antes.
Seaman, con el beneplácito del entonces legendario entrenador del Arsenal, George Graham, cambio el estatus de titular rápidamente a John Lukic y así comenzó el mejor período de su carrera y quizás una de las mejores carreras de portero que ha visto el país.
Arsenal Football Club, el club de su vida
Durante las trece temporadas siguientes, Seaman vivió en la cumbre del fútbol inglés y europeo. En su primera temporada, siempre presente en el equipo del Arsenal, con una media de menos de un gol cada dos partidos, el Arsenal se proclamó campeón de liga en la temporada 1990-1991.
El éxito en la liga nacional no volvería a producirse durante varios años, pero en 1993 Seaman condujo al equipo del Arsenal a un doblete de copas nacional sin precedentes, ganando tanto la Copa de la Liga como la Copa de la FA. El Sheffield Wednesday, víctima del Arsenal en ambas finales, se alegró sin duda de la vuelta de Seaman, que había mantenido a raya al equipo en las dos finales y en la repetición.
El éxito europeo fue el siguiente eslabón para David y el Arsenal ganó la Recopa de Europa en 1994. La carrera de Seaman parecía estar en un ascenso imparable. Por desgracia, cuando alguien parece imparable en el fútbol, el juego tiene una forma curiosa de recordarte que, después de todo, eres humano. En 1995, cuando el Arsenal pretendía convertirse en el histórico ganador de dos trofeos consecutivos de la Recopa de Europa, un irrepetible gol de Nayim desde el medio del campo en los últimos instantes de la prórroga hizo caer a los gunners en la final ante el Real Zaragoza. Seaman estaba mal colocado lejos de la línea de gol, y encajar aquel gol supuso el momento más duro de su carrera. Ridiculizado por los aficionados y la prensa, las críticas le golpearon con fuerza los siguientes años.
Sin embargo, Seaman se recuperó con fuerza y sus hazañas en la Eurocopa de 1996 con Inglaterra hicieron que pareciera que había desterrado sus demonios. Inglaterra, por supuesto, realizó un famoso y heroico esfuerzo en ese torneo, y las espectaculares paradas de Seaman, incluyendo las vitales paradas de penaltis en los cuartos de final contra España, hicieron que saliera de ese torneo ampliamente reconocido como uno de los mejores porteros del mundo.
Etapa final
Aunque volvió a alcanzar las cotas más altas en el ámbito de clubes, no lo hizo a nivel internacional. Inglaterra decepcionó en los grandes campeonatos, y más aún en la Copa del Mundo de 2002, celebrada en Japón y Corea del Sur, en la que Inglaterra quedó eliminada por Brasil, cuando un gol de Ronaldinho se coló en la portería de Seaman. Una vez más, fue un gol de larga distancia y una grave mancha en el historial de Seaman en una carrera internacional por lo demás estelar.
El propio Seaman asumió la culpa, pero no frenó su carrera internacional hasta dentro de dos años, cuando otras críticas por un gol encajado, esta vez contra la poco conocida selección de Macedonia, hicieron que Seaman colgara finalmente los guantes a nivel internacional, en medio de más críticas de la prensa y del público en general.
A pesar de todo siguió siendo un jugador fundamental para el Arsenal, que ganó dos veces la liga y la copa; la primera en 1997/98 (increíblemente, superando una desventaja de 12 puntos con respecto al Manchester United) y la segunda en 2001/2002. Como corresponde, Seaman puso fin a su carrera en el Arsenal con un gran éxito: otro partido sin goles en el que el Arsenal se hizo con el trofeo de la Copa de la FA de 2003.
Lo que siguió fue una breve y desafortunada etapa (por culpa de las lesiones) en el Manchester City a las órdenes de Kevin Keegan, pero la avanzada edad de Seaman y sus recurrentes dolencias hicieron que pusiera fin a su carrera. Fue una pena. Seaman merecía irse con fuerza y orgullo. Pero después de una carrera increíble, Seaman siempre será recordado en el fútbol por varias cosas: por ser uno de los mejores porteros del mundo, por ser una auténtica leyenda del Arsenal, por ser un orgulloso león inglés y por sus raros pero espectaculares errores. Y su coleta y bigote, por supuesto.
Su partido de homenaje con el Arsenal FC lo enfrentó al FC Barcelona de Louis Van Gaal, y hasta se permitió chutar un lanzamiento de falta al estilo José Luis Chilavert.
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