La Dallas Cup es un torneo anual internacional de carácter amistoso que se celebra desde 1980, y en el que participan selecciones, clubes y escuelas de fútbol juveniles. Dos de sus ediciones más destacadas fueron las que se llevaron a cabo el abril de 1993 y 1994, antes del Mundial de Estados Unidos de 1994.
En este torneo a lo largo de su historia han participado jugadores de la talla de David Beckham, Clint Dempsey, Chicharito, Landon Donovan, Raúl, Andrea Pirlo, Michael Bradley y Wayne Rooney, así como estrellas en ciernes como Alphonso Davies, Bukayo Saka, Weston McKennie y Mason Greenwood. De hecho, los exjugadores de la Copa Dallas han participado en más de 500 partidos de la Copa Mundial.
Dallas Cup 1993
Los once jugadores más destacados del torneo de 1993 fueron Kyle Campbell (Arsenal), José Ocampo (Boca Juniors), Vittorio Tosto (Fiorentina), Oscar Sánchez Molina (Real Madrid), Gary Waters (West Ham), Massimo Fiorentino (Fiorentina), Matt Winecki (Arsenal), Pedro Velasco (Real Madrid), Eddy Baggio (Fiorentina), Diego Álvarez (Boca Juniors) y Víctor Fernández (Real Madrid).
Si el objetivo era entrar en el libro Guinness de los récords, los estadounidenses lo lograron en 1993, porque nunca se había visto en el mundo un torneo de fútbol que contara con 166 equipos de 32 países, divididos en siete categorías (Sub-19 Superboys, Sub-19, Sub-16, Sub-14, Sub-12, femenina sub-19 y sub-16), cada una de las cuales tenía que elegir a un ganador en el corto espacio de una semana.
El de Dallas siempre ha sido un torneo agotador en términos de intensidad competitiva, pero también lleno de encanto, como lo demostró en 1993 con la creación de una categoría especial (los Sub-19 Superboys) que reunía por primera vez a los mejores equipos de la categoría más prestigiosa.
La Fiorentina, bajo la dirección de Luciano Chiarugi, fue el conjunto que mejor fútbol practicó, aunque cayó eliminada en las semifinales por el Real Madrid, que estaba destinado a suceder a los ingleses del West Ham en el palmarés del torneo durante dos años consecutivos. La derrota dejó muchos lamentos entre el entrenador y los jugadores toscanos, quienes se sintieron perjudicados por el arbitraje, al menos desafortunado (que permitió a los violetas ganar solo en el recuento de expulsiones: cinco a uno…).
Y precisamente los árbitros fueron la única nota negativa de aquel torneo de 1993, impecable desde el punto de vista de la organización. «El problema», indicaba el árbitro brasileño José Wright, uno de los pocos que siempre estuvo a la altura del desafío (a él se le encomendó la final más importante y difícil, la Sub-19 entre el Real Madrid y Boca Juniors), «es la falta de cualquier tipo de comparación. Me explico mejor: si un árbitro de un país futbolísticamente menos desarrollado fuera a dirigir partidos de ligas avanzadas como la italiana o la española, obtendría grandes ventajas en términos profesionales. Obtendría la experiencia práctica que es esencial para su conocimiento, que ningún libro puede enseñar. Uno puede saberse las reglas de memoria, pero si no tiene la oportunidad de aplicarlas en el campo, no podrá convertirse en un buen árbitro».
Era un problema difícil de resolver de cara a la próxima Copa del Mundo: «Me preocupa especialmente el tamaño del territorio estadounidense», continuaba el árbitro brasileño, quien no participó en USA ’94 debido a los límites de edad, «en relación con el número de árbitros de alto nivel. Hay dos casos: o se utilizarán muchos, reduciendo así el nivel general promedio, o se aprovecharán los pocos muy buenos con el riesgo de agotarlos debido a los numerosos desplazamientos. Ir de Nueva York a Los Ángeles implica cruzar cinco husos horarios, no es exactamente como mudarse de Roma a Milán…».
Para bien o para mal, las nuevas reglas fueron las grandes protagonistas de aquella Dallas Cup de 1993: algunos las interpretaron de manera un tanto personal, usando las tarjetas con mucha moderación, pero el espectáculo no faltó. El público, tanto estadounidense como extranjero, presente en las gradas (sobre todo por la noche…), se divirtió a lo grande. Los cuatro semifinalistas en la categoría Sub-19 Superboys fueron el Real Madrid, Boca Juniors, Fiorentina y Arsenal.
Dallas Cup 1994
En abril de 1994, los merengues se volverían a proclamar campeones del XV torneo internacional juvenil de Dallas. Raúl jugó 6 partidos y marcó 5 goles, partiendo siempre desde el banquillo. En la final ganaron 8-0 al Kaiserslautern. Movilla, Luis Martínez, Valbuena, Rojas, Irurzun, García Calvo o Vaqueriza serían otros de los jugadores destacados de aquella cita.