Albert Ferrer, más allá de ser fijo en las alineaciones de la Selección Española, FC Barcelona y Chelsea FC, desgraciadamente también será recordado por su escalofriante entrada a Miguel Ángel Valerón, en un Las Palmas – FC Barcelona disputado en el Insular. El hermano de Juan Carlos, recibió una entrada tan brutal del culé que cayó fulminado con rotura de peroné, cápsula articular, ligamento tibio peroneo y ligamento deltoideo. Por su parte, el defensa solo recibió una tarjeta amarilla del colegiado Díaz Vega.
«Los recuerdos son bastante frescos. Son momentos que no olvidas y que los tienes ahí siempre. Echas la mirada atrás y son 20 años, pero sigue ahí. La ilusión que tenía, cómo pasó… eso es para siempre. Fue una jugada bastante rápida. Recuerdo el impacto, el ruido, la manera en que vi la pierna, sujetarme el tobillo con una mano. No era consciente del alcance en el primer momento. Lo recuerdo muy embarullado, pero lo recuerdo todo. Lo primero que pensé era que no jugaba la vuelta en el Camp Nou. No era consciente de la realidad. A medida que pasan las horas, cuando ves al médico y te dice lo que hay, ya te vas a haciendo a la idea de que vas a estar de ocho a diez meses sin jugar y que las secuelas no son las más optimistas para seguir jugando», recordó el jugador en una entrevista para el diario La Provincia de Las Palmas.
Aquel partido de vuelta de la eliminatoria de semifinales de la Copa del Rey ya apenas tenía trascendencia, porque un gran FC Barcelona había adquirido una ventaja de 0-3 en el choque de ida (finalmente 0-4), evitando las sorpresas que anteriormente habían sufrido Valencia y Espanyol. Paco Castellano dio entrada a Miguel Angel Valerón en el minuto 57, por Manuel Pablo, y el habilidoso extremo de Arguineguín había protagonizado ya unas jugadas muy características antes de la bestial entrada. Aquel 23 de marzo de 1997, en el minuto 62 de la vuelta de la semifinal de Copa del Rey, Miguel Ángel no imaginó que Ferrer se lanzaría con las botas por delante, y metió su pierna. «Fue una fractura abierta de tobillo, la tibia me rompió la piel». Un incidente que curiosamente pasó en su momento prácticamente inadvertido para los medios y para todos los comités, que lo consideraban tan solo «una lesión grave», y Ferrer nunca fue sancionado de oficio.
Ernesto Aparicio y el doctor Suárez lo atendieron en el campo y, de inmediato, al hospital para una intervención quirúrgica. Tras ella se pronosticó al menos 9 meses para volver a la actividad. Fue aquella la primera de sus tres intervenciones. El partido acabó 0-4 (Ronaldo por partida doble, Pizzi y De La Peña) y las 23.000 personas que asistieron al Estadio Insular se fueron a casa impactadas por la dura escena. Miguel Ángel, tenía 24 años y era la temporada de estreno en el fútbol profesional, y aunque más tarde lo intentó en el Mallorca B y Conquense, ya no fue el mismo jugador que ponía de pie a la grada con su cintura y agilidad, retirándose en 2001.
25 años después, las disculpas de Ferrer llegaron en un vídeo conmemorativo. «Las disculpas de Ferrer fueron emotivas, para un vídeo de los 25 años de la lesión. Fuera de micro se quedó fastidiado. Se sentía avergonzado. Me dijo que no podía dormir pensando que podía haber entrado de otra manera o que yo pude saltar. Convivir conmigo fue muy doloroso para él, sentir mi perdón le alivió».