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CFJ Mollerussa, sobreviviendo a un pasado mucho mejor

 

El CFJ Mollerussa la temporada 1988-1989 llegó a disputar la liga de Segunda División A, un hito que no ha podido repetir nunca más tras descender incluso hasta la última categoría del fútbol español en 1994. En 2021, con la eliminatoria de Copa del Rey ante el Getafe, y en 2022 ante el Rayo Vallecano, ha podido ampliar sus páginas de historia como club centenario que lleva ya muchos años lejos de la élite del fútbol español.

 

Foto @danicatradio

 

Este pueblo del Pla de Urgell ilerdense, de apenas 15.000 habitantes, disfruta del fútbol desde el año 1920 con la creación del Sporting Club Mollerussa. El 5 de noviembre de 1922 participó en una competición organizada, junto con siete equipos más de la provincia de Lleida: Tàrrega, Cervera, SD del Segre, Borges, Miralcamp, Lleida y Bellvís. El debut oficial en el Campeonato Provincial fue la temporada 1922-1923, y el equipo acabó desapareciendo prematuramente a finales de los años 20.

El 30 de abril de 1930 se inscribió en la Federación Catalana como Fútbol Club Mollerussa, siendo su presidente Josep Fontanet Bosch. El club compitió en las categorías de aficionados, pasando en la temporada 1944-45, a la Primera Territorial B, y en 1951 a la Regional Preferente. El 6 de noviembre de 1953 adoptó el nombre de Club de Futbol Jovent Mollerussa y el uniforme blanco con pantalón azul. Su feudo actual, el Camp Municipal d’Esports, fue inaugurado el 8 de septiembre de 1968 con un partido frente al CF Reddis (con 3-0 a favor de los de Mollerussa).

 

 

Actualmente, el Club de Futbol Joventut Mollerussa disputa la liga de Primera Catalana (sexto nivel de España, primer nivel del fútbol regional catalán), y lejos queda su participación en la Segunda División A de la temporada 1988-1989. Tras ascender a Tercera en 1984, dos años más tarde se proclamó campeón de su grupo, pero no pudo ascender al caer en la promoción ante el Alzira.

 

 

En la 87-88 sí logró el ascenso a Segunda B. Y, en la 88-89, llegó a la Segunda División A, protagonizando una de las escaladas más espectaculares del fútbol catalán, ascendiendo de Segunda Regional (por aquel entonces séptimo nivel del fútbol español) a la Segunda División A (segundo nivel), en gran parte gracias a la gran gestión de su expresidente Joan Miró.

 

Aquella temporada en la plantilla podíamos encontrar a jugadores como Horcajada, Pantoja, Castel, Roteta, Carreras, Guillén, Ruiz, Moragues, Carrasco (hermano del «Lobo»), Antonio Maya, Azcona, Navajas, Leiva, Geni, Joan Carles, Lara, Gelo, Laso, Edu de la Rocha, Mota, Arechavaleta, Joan Navarro, Carles Viladegut, Leguina, Óscar Dueso, Martín o el internacional yugoslavo Bojan Krkić padre.

 

 

Este último fue el fichaje estrella para afrontar el reto de la segunda división española, procedente del FK Radnički Niš y con pasado en el Estrella Roja y el OFK de Belgrado. Sin embargo, el centrocampista nunca se adaptó a la categoría y a las exigencias de su técnico, además de sufrir una grave lesión que lo hizo abandonar su carrera. Apenas dispuso de 428 minutos en ocho partidos, en los que marcó un solo gol ante el Racing de Santander. Krkić decidió quedarse a vivir en Lleida, donde se casó con María Lluïsa Pérez, y de aquel matrimonió nació en 1990 Bojan Krkic Pérez, exfutbolista del FC Barcelona.

 

 

Con apenas 1.500 socios, el CFJ Mollerussa no pudo hacer frente a rivales como el Rayo Vallecano, Tenerife, Mallorca, UE Lleida, Barça Atlètic, Deportivo de la Coruña o Las Palmas. Únicamente ganó tres partidos: en El Helmántico, en el derbi ante el Lleida a domicilio, y al Barcelona Atlètic. A Viladegut, que apenas logró dos empates en once jornadas, le suplió el vasco Ricardo Moreno. En total, marcó 19 goles, encajó 75 goles, y sumó 11 puntos que lo condenaron a quedar último de la clasificación, acompañando al Barcelona Atlètic y a sus vecinos del Lleida a la Segunda División B.

 

 

Tres temporadas después del dramático descenso a Segunda B, bajó a Tercera División, pero su desgracia no acabó allí, sino que la temporada 1994-1995 tuvo que empezar desde la última categoría del fútbol español tras caer en la total ruina. Pero aquello solo sería el inicio del resurgimiento de una entidad que nunca se ha rendido.