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La celebración de Bebeto, Mazinho y Romário

 

La mítica celebración de Bebeto, Mazinho y Romário meciendo sus brazos como si tuvieran en sus manos a un bebé, quedará para la historia del fútbol. Aquella Brasil, a la postre ganadora del Mundial, se impuso aquella tarde de fútbol en Dallas ante Países Bajos, con 80.000 personas en las gradas del Cotton Bowl.

Lo que pocos recordaran es que aquella celebración de gol fue la segunda en la que Bebeto realizó su mítica coreografía, ya que la primera vez tuvo lugar unos días antes, concretamente el 24 de junio en Stanford (California), tras el gol del 3-0 en el minuto 74 de partido, con Leonardo ocupando el lugar de Romário. Incluso la web oficial de la propia CONMEBOL sigue confundiendo torpemente esta primera celebración con la que se efectuó tras el segundo gol a Países Bajos.

 

 

A pesar de ello, la segunda celebración fue la que verdaderamente pasó a la historia, y fue tras el gol que rompió el empate a uno en el marcador, ante Países Bajos. Bebeto aprovechó una desatención defensiva de los neerlandeses y, después de dejar en el camino al guardameta Ed de Goey, definió a placer para anotar el segundo. De cara a la tribuna y mirando a las cámaras, Bebeto meció sus brazos como si tuviera en sus manos a un bebé; sus compañeros se sumaron y llevaron a cabo la mímesis del gesto.

 

 

Años después, el oriundo de Salvador de Bahía contó que le había dedicado aquel gol clave a su hijo Mattheus, que había nacido hacía poco tiempo, aunque olvidó que la primera vez que realizó el gesto tuvo lugar ante Camerún y no contra Holanda. “El día anterior al partido ante Países Bajos, le pedí a Dios de rodillas que me diera la oportunidad de hacerlo, porque quería rendirle homenaje, y la celebración salió así”, explicaba el artillero. “Corrí a festejarlo y al momento se unieron Romário y Mazinho. Miré hacia un lado, miré hacia el otro, y los dos estaban haciendo lo mismo. Fue algo de Dios, hecho de corazón, muy espontáneo. Por eso pasó a la historia”, completó el goleador.

La canarinha, de todas formas, no supo sostener la ventaja y Países Bajos empató en solo quince minutos; Branco, en el epílogo del pleito, le daría a la verdeamarelha el pase a las semis. El resto es historia.