Martyn Clarke, hijo de un excombatiente de la marina inglesa y de la dueña de un pub instalado en las Islas Malvinas, lugar donde hace exactamente 42 años se produjo la trágica guerra entre Argentina e Inglaterra, en 1999 estuvo a prueba con Boca Juniors.
El joven de 19 años, que jugaba en la liga malvinense y trabajaba en la municipalidad de Puerto Argentino tuvo la oportunidad de probar suerte gracias a Esteban Cichelo, un argentino que lo había visto jugar en su viaje a las Islas y que mantenía una relación con el club por haber sido el responsable de la visita de Diego Armando Maradona a la Universidad de Oxford.
Mauricio Macri gozaba de sus días más felices en la presidencia de Boca, y la era de Carlos Bianchi se preparaba para dar el salto de calidad ante el Real Madrid y el AC Milan, como así también el disfrute de la seguidilla de las tres Libertadores, casi de forma consecutiva. Los campeonatos locales, el récord de invictos y la constante alegría en los clásicos marcaron un contexto para que el dirigente probara a jugadores que llegaban de lugares exóticos.
Instalado desde el 8 de agosto en la pensión de Casa Amarilla, entrenó con la cuarta y la reserva, siempre con la máxima ilusión, «todos los días sueño con jugar en La Bombonera. Sería genial ver a toda la gente gritando un gol mío». Una lesión muscular y su poco talento futbolístico cortaron el sueño. Después de no tener éxito en el Brandsen 805, y antes de terminar su estadía en Buenos Aires, también se probó sin suerte en Defensores de Belgrano y El Porvenir.
Patrick Watts, ex director técnico de la selección malvinense, calificó el traslado de Clarke a la Argentina continental como un «ejercicio de propaganda orquestado por su madre», porque sus excompañeros lo habían considerado un traidor. Además en Inglaterra no aceptaban que habitantes de las Malvinas estrechen lazos con el resto de Argentina y la aventura de Clarke no fue bien vista. Según contaba el diario The Guardian en 2002, estuvo el proyecto de una película contando su historia. Es más, en dicha nota se hablaba de la posibilidad de tener al propio Maradona participando de la misma. Finalmente, ese film, que iba a llevar el nombre de «Jugando para el enemigo», por un motivo o el otro, no se terminó concretando.