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Bernd Schuster, la historia de origen del alemán rebelde

 

Hay jugadores que, por diversas razones, nunca tuvieron la oportunidad de participar en un Mundial. Luego está la rara especie cuya exclusión es autoinfligida, como fue el caso del astro alemán Bernd Schuster, un ejemplo de este tipo de jugador que, aparentemente, lo tenía todo a favor, pero, debido a un carácter difícil, se perdió algunos de los eventos más importantes de su era. Es aún más asombroso que se negara a pesar de las súplicas de sus entrenadores y de la dirección de la federación alemana, quienes, más o menos, le desplegaron siempre la alfombra roja.

Pese a ello, en su extenso palmarés lucen: 3 Ligas españolas, 6 Copas del Rey, 1 Copa de la Liga, 1 Recopa, 1 Supercopa de España y 1 Eurocopa, además de reconocimientos a título personal, como entrar en el podio del Balón de Oro en tres ediciones.

 

 

Bernhard Schuster nació el 22 de diciembre de 1959 en Ludwigshafen, aunque creció en Augsburgo. En 1971, se unió a las categorías inferiores del SV Hammerschmiede, donde su talento excepcional no pasó desapercibido para los grandes clubes alemanes de la época.

El FC Augsburg mostró interés en ficharlo, y aunque Schuster estaba dispuesto a dar el salto, su entrenador, Ludwing Paula, lo convenció de permanecer algunos años más en el Hammerschmiede para desarrollar mejor sus habilidades en un entorno estable. Paula consideraba que, a tan temprana edad, Schuster no estaba preparado para competir por un lugar en el primer equipo.

 

 

Finalmente, en 1976, con 16 años, Schuster se unió al FC Augsburg. Su progresión fue tan destacada que pronto fue convocado por la DFB para participar en diversas selecciones juveniles: Schwabing, Baviera y el equipo juvenil de Alemania Occidental, bajo la dirección de Jupp Derwall.

En un torneo juvenil en Israel a finales de 1977, el legendario entrenador Hennes Weisweiler, entonces al mando del Colonia, quedó impresionado con el joven de 17 años. Su visión de juego, precisión en los pases y madurez en el campo destacaban de manera inusual para su edad. Ese torneo marcó también el inicio de su fama y, con ella, de las controversias que acompañarían su carrera.

 

 

Poco después, Weisweiler convenció a Schuster para fichar por el 1. FC Köln. Sin embargo, el FC Augsburg había aceptado una oferta superior del Borussia Mönchengladbach. Al optar por el Colonia, Schuster fue demandado por el Mönchengladbach por incumplimiento de contrato, reclamando 500.000 libras para compensar la pérdida. El caso fue desestimado, pero Schuster recibió una breve suspensión. Finalmente, en el verano de 1978, con 18 años, se unió al Colonia.

 

 

Su ascenso en el Colonia

El Colonia acababa de ganar la Bundesliga, lo que hacía difícil para un joven abrirse paso en el equipo titular. Sin embargo, Schuster tuvo la fortuna de estar bajo la tutela de Hennes Weisweiler, a quien describiría como su mejor entrenador y una figura paterna. Al principio, compartió residencia con otros jóvenes jugadores, pero pronto alquiló un estudio propio en el centro de la ciudad, reflejando su espíritu independiente. Incluso se compró un Porsche nuevo, para disgusto de Weisweiler.

 

 

Durante su primera temporada (1978/79), Schuster aspiraba a ser suplente. Sin embargo, una lesión de Gerd Strack a mitad de temporada le abrió las puertas del once titular. Debutó como «stopper» el 2 de febrero de 1979, en un partido contra el Eintracht Braunschweig, en el que anuló al delantero rival, ganándose los elogios de Weisweiler.

Al final de esa temporada, Schuster debutó con la selección absoluta de Alemania Occidental en un amistoso contra Irlanda en Dublín (victoria 1-3), seguido de otro partido frente a Islandia. Este logro le valió el apodo de “der Blonde Engel” (el Ángel Rubio) entre los aficionados del Colonia.

 

 

El “efecto Gaby” con la prensa sensacionalista y la Euro 80

La vida privada del astro teutón fue el centro de atención de los periódicos de cotilleo cuando se casó, a la edad de diecinueve años, con una ex trabajadora sexual llamada Gaby, ocho años mayor. Durante el resto de su carrera, ella sería su mánager, así como una fuente de tensión y conflicto para los sucesivos entrenadores y compañeros de equipo. La intrusión de la prensa sensacionalista en su vida privada aumentó, pero sus actuaciones en el campo fueron impecables.

Para la nueva temporada (1979/80), en el Colonia, fue reubicado a la posición de líbero a partir del 8 de marzo de 1980 (en un partido fuera de casa vs. Schalke, 1-1). Este fue un gran cambio que no agradó al seleccionador nacional, Jupp Derwall, quien había querido que Schuster se desarrollara como centrocampista durante algunos años más y luego fuera probado como líbero. Sin embargo, Weisweiler respondió que tenía que seleccionar un equipo en función de los intereses de su equipo y no de la selección. Schuster tuvo un gran susto en enero de 1980, cuando Gaby, embarazada, estuvo involucrada en un accidente de coche. Afortunadamente, la madre y el bebé permanecieron a salvo y algún tiempo después, nació el primer hijo de la pareja, Benjamin.

 

 

Hacia el final de aquella temporada, surgió la posibilidad de un traspaso al Bayern de Múnich, ya que Hans-Georg Schwarzen-beck llegaba al cenit de su carrera. La directiva del Colonia, se opuso radicalmente ante la decepción del jugador, que se vio “compensado” formando parte del equipo de Alemania Occidental en el Campeonato Europeo de la UEFA en Italia. Debutó en el segundo partido ante Holanda el 14 de junio de 1980. Jugó de forma brillante, asistiendo dos de los goles (hat-trick de Klaus Allofs) en la victoria (3-2). Recibió una tarjeta amarilla, y con la escuadra ya clasificada para la gran final, Derwall eligió darle descanso para su próximo partido de grupo vs. Grecia.

Volvió a la alineación para la final ante Bélgica el 22 de junio de 1980. Una vez más se destacó (esta vez en el lado izquierdo del mediocampo) y ayudó a su nación a ganar el trofeo (victoria 2-1), facilitando el primer gol de Horst Hrubesch en el minuto 10. Bernd fue la revelación del torneo debido a su edad y muchos ya predecían un futuro aún más brillante para él. Regresó a Colonia como un héroe conquistador, pero su aventura en el club estaba a punto de terminar…

 

 

Nuevos tiempos, nuevo estatus, rumbo a Barcelona

La incesante cobertura mediática de su vida privada con Gaby, así como el cambio de entrenador en el Colonia, fueron instigadores en su deseo de irse. Schuster tuvo varios desacuerdos con el nuevo entrenador, Karl-Heinz Hedergott, y juró a la prensa que nunca más jugaría para el club, aunque tenía contrato válido hasta 1982, y el Colonia estableció su cláusula de rescisión en 5 millones de marcos alemanes (£1.25 millones).

Era un precio que los clubes de la Bundesliga no podían pagar y, por lo tanto, un traspaso al extranjero era la única opción para el jugador. Los New York Cosmos lla-maron primero (dirigidos por Weisweiler). El Colonia aceptó su oferta de £900,000, sin embargo, el traspaso fracasó después de que el sindicato de jugadores de la NASL lo bloqueara. Fue en aquel momento cuando el FC Barcelona llamó al Colonia y el jugador teutón puso final a su primera etapa en su país natal.