En 1995, cuando el Everton iba ganando 2-1 al Tottenham en Elland Road, Daniel Amokachi se las ingenió para sustituir al lesionado Paul Rideout sin el consentimiento de su entrenador, que acabó regañando al cuarto árbitro. Aunque aquel acto insólito de indisciplina podría haberle salido mal, pasó a la historia del Everton y de la FA Cup.
El internacional nigeriano, que había tenido una primera temporada titubeante en el Everton tras su traspaso desde el Club Brujas por 3 millones de libras, marcó dos goles en los últimos minutos del encuentro, que sellaron la victoria por 4-1 y el pase a la final contra el Manchester United. «Tenía que ser así, porque si no hubiera marcado, probablemente habría sido mi último partido con el Everton», recuerda el internacional nigeriano.
«Rideout recibió un golpe y se fue al suelo, y si juegas en la misma posición, te pones de pie y empiezas a calentar y a prepararte. Se levantó pero volvió a caer. Todo el mundo sabía que yo estaba en muy buena forma y listo para jugar. Me acerqué a Willie (segundo entrenador del Everton) y le dije: ‘El entrenador dice que me necesitas’. Cuando ves el vídeo, te das cuenta de lo furioso que estaba Joe Royle. Corrió a la línea de banda y me dijo: ‘¿Qué estáis haciendo? Yo le miré, ya lo habíamos hecho. Si me retiras, jugaremos con uno menos. Diez minutos después, bang. Y luego otro gol, bang, y el Everton estaba en la final. Momentos legendarios como ese mantienen tu nombre en el candelero».
Royle lo describió más tarde como «la mejor sustitución que jamás he hecho». «Fue típico de Dan: su exuberancia, su entusiasmo y su actitud positiva. Quería entrar desesperadamente. No creo que nos diéramos cuenta de la importancia que iba a tener en las próximas semanas, meses y años el hecho de que Dan saliera al campo y marcara esos dos goles», declaró Barry Horne, compañero del Everton.
Amokachi añadió: «Fue el entrenador el que fue a la rueda de prensa y se lo contó a todo el mundo. Luego entró en el vestuario, me abrazó, me dio la mano y me dijo: ‘Bien hecho, hijo, pero no vuelvas a intentarlo’». Amokachi volvió a salir del banquillo en la final contra el United, pero esta vez con el conocimiento de su entrenador, aunque su toque goleador no fue necesario porque Rideout ya había puesto a los Toffees 1-0 arriba. Ese gol de cabeza en la primera parte bastó para conquistar la Copa de la FA, que sigue siendo el mayor logro del Everton hasta la fecha.
Amokachi se convirtió en el primer nigeriano en ganar el famoso trofeo, que se produjo entre dos éxitos a nivel internacional. Formó parte de la escuadra que ganó la Copa Africana de Naciones en 1994, y luego conseguiría una medalla de oro olímpica con las Superáguilas en 1996. «Ganar al poderoso Manchester United en la final, nadie lo vio venir. Y lo hicimos gracias a ese carácter que Joe Royle aportó al equipo. Es un día que nunca olvidaré», recuerda Amokachi.