Alexi Lalas fue y será un ícono del fútbol estadounidense de la década de los 90, un defensa central cuyas habilidades futbolísticas fueron intensamente debatidas por la prensa deportiva de la época, aunque casi siempre fue un fijo en la selección de Estados Unidos, destacando sus exitosas actuaciones en la Copa Mundial de 1994 y la Copa América de 1995.
Su sello distintivo era su llamativa apariencia: 1,90 metros de altura, melena pelirroja hasta los hombros y una barba puntiaguda del mismo color. El hecho de que también fuera músico de rock, a tiempo parcial, contribuyó a popularizar su imagen. Durante gran parte de los 90, fue la cara del fútbol estadounidense para el público en general, el único futbolista que millones de personas no aficionadas al deporte en EE. UU. podían reconocer fácilmente y que acabó poniendo su nombre en el videojuego «Alexi Lalas International Soccer» (publicado bajos otros títulos y jugadores en otros países).
Nació el 1 de junio de 1970 en Birmingham, en el estado de Michigan (Estados Unidos). De padre griego, Demetrios, profesor y director del Observatorio Nacional Griego; y de madre estadounidense, Anne, poetisa. Infancia y adolescencia normal y feliz, propia de una familia de clase media americana, la vida de Alexi no se diferenciaba apenas de la de cualquier otro muchacho de su edad, destacando su pasión por el soccer y el hockey sobre hielo.
Mucho antes de su etapa universitaria en Rutgers, y de saltar al profesionalismo, Alexi Lalas jugó en el Birmingham-Bloomfield Soccer Club (también conocido como Birmingham-Bloomfield Americans) en Michigan, un equipo amateur/semiprofesional en el que participó a finales de los años 80. Sin embargo, este no era una academia de formación juvenil tradicional, sino un club local donde combinó sus primeros pasos en el fútbol con su desarrollo académico.
Posteriormente, estudió y se formó futbolísticamente con 11 años en el Cranbrook Kingswood High School, Birmingham, Michigan College. Precisamente fue en aquella etapa donde sería seleccionado por la Michigan State Youth Soccer, una especie de selección regional con la que participaría en el Midwest Regional Championships, patrocinado por Coca-Cola y organizado por US Youth Soccer para detectar jóvenes talentos.
Cabe decir que en aquella etapa inicial también destacó en su segundo deporte favorito, el hockey, donde logró el campeonato estatal en 1987. Tras sus dos etapas iniciales en Michigan, se desplazó a Nueva Jersey para matricularse en la Universidad de Rutgers, la cuna del football americano. Dos finales de campeonato y el trofeo Hermann al mejor jugador de soccer universitario con los Caballeros Escarlatas le situaron en el foco del scouting del equipo nacional de Estados Unidos de América, y eso sin dejar de jugar al hockey sobre hielo.
En 1991, finalmente decidió abandonar los estudios y el hockey sobre hielo para centrarse en su carrera deportiva como futbolista y se convirtió en uno de los líderes del equipo norteamericano que consiguió el primer título en los Juegos Panamericanos. En 1992 también fue seleccionado para otra gran cita, los Juegos Olímpicos de Barcelona, aunque el seleccionador Lothar Osiander solo le permitió participar unos minutos en el tercer y último partido frente a Polonia.
En el invierno de ese año, Lalas estuvo a prueba con el Arsenal, pero no superó el corte, así que dejó Inglaterra. Quizá la aventura londinense llegó demasiado pronto en su carrera. Para 1993, ya se había consolidado como titular en la selección absoluta y anotó quizás su gol más famoso: un cabezazo en el primer poste tras un córner en la victoria 2-0 sobre Inglaterra en Foxboro, Massachusetts. Ese tipo de goles, de cabeza, se convirtieron en su marca registrada en el campo, y anotó varios más con la selección.
Lalas defendió a los Estados Unidos en el Mundial de 1994, cruzando la fase de grupos, plantando cara y haciendo sufrir en octavos a los futuros campeones, el Brasil de Bebeto, Romário o Mazinho. Un solitario gol de Bebeto en el 72 dio el triunfo a la canarinha. Tras la cita mundialista fue el Padova italiano quien se fijó en el central de perilla pelirroja, convirtiéndose en el primer jugador estadounidense en la historia de la Serie A.
Tras la experiencia italiana, Lalas regresó a casa para iniciar su larga aventura en la MLS, enrolándose en el New England Patriots (pasó unos meses cedido al Emelec de la liga ecuatoriana) y participando en los Juegos Olímpicos de 1996 celebrados en Atlanta, para después jugar con los MetroStars (la semilla de los actuales Red Bulls); Kansas y los Galaxy de Los Angeles, equipo en el que se retiró en enero de 2004 tras ganar la Copa de Campeones de la CONCACAF, la Lamar Hunt U.S. Open Cup y la MLS Cup antes de retirarse en 2002. Su gran decepción fue ser convocado para el Mundial de 1998, aunque no llegó a disputar ni un solo minuto. Colgar las botas no implicó dejar el fútbol, así que Lalas cambió el césped por los despachos, llevando la gerencia de los San José Earthquakes, NY Red Bulls y los Galaxy. Ingresó en 2006 en el Hall of Fame del soccer estadounidense.
La carrera musical de Alexi Lalas caminó en paralelo a la deportiva. Es curioso, pero en la habitación del joven Lalas no había pósteres con figuras del deporte. Sus ídolos eran Def Leppard o Eddie Van Halen. Siendo niño, ya recibía clases de piano, aunque el instrumento que realmente le gustaba era la guitarra. En la Universidad, ensayaba en locales de mala muerte, ganando algunos dólares tocando en fiestas privadas en la zona de Nueva York: “me ayudó en tiempos de transición y como rompehielos social”. En 1994, Lalas formó el grupo ‘The Gypsies’, lanzando en 1994 el primer álbum, Woodland, coincidiendo con el tirón del Mundial. Tocaba en el vestuario del equipo y en los desplazamientos en autobús: “tocaba peticiones de mis compañeros. Era como un karaoke”. Posteriormente, publicó Jet Lag junto al grupo y, ya en solitario, siete discos más, hasta culminar en 2019 con su trabajo más reciente, Look at You.
Alexi Lalas es un compulsivo coleccionista de guitarras, especialmente Gibson Les Paul, con 50 ejemplares y una muy especial, que perteneció a Elvis y que está valorada en medio millón de dólares. En la actualidad, además de continuar con su carrera musical, Lalas es un ácido y polémico comentarista deportivo en la Fox, muy crítico con la selección estadounidense (“son unos blandos millonarios tatuados”) o, más recientemente, con el gesto de arrodillarse durante el himno americano en protesta por la situación racial en los Estados Unidos.