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Adrian Doherty, la tragedia de los «Fergie Boys»

 

Adrian Doherty, según palabras de Alex Ferguson, fue el talento más prometedor de la generación de jóvenes estrellas del Manchester United de principios de los años 90, conocida como «Class of 92 o Fergie Boys». David Beckham, Ryan Giggs, Paul Scholes, los hermanos Gary y Phil Neville, y Nicky Butt, eran el resto de populares nombres que la componían.

El joven extremo derecho irlandés tenía un talento extraordinario reconocido por todos sus compañeros y técnicos. «No he visto nunca nada como él. Tienes que tener mucho cuidado cuando haces este tipo de comparaciones, pero tenía una habilidad como la de Messi», declararía su excompañero de vestuario Gary Neville.

 

 

 

El técnico escocés lo incluyó en la plantilla del primer equipo por primera vez cuando tenía 16 años, en marzo de 1990. Unos días antes de que supuestamente hiciera su debut, su rodilla cedió en un partido ante el Carlisle. Rotura de los ligamentos cruzados, la lesión que todo futbolista teme. Tardó siete meses en sanar y en su regreso, la articulación volvió a fallar. Esta vez quedó fuera de los terrenos de juego por más de un año. Regresó nuevamente, pero después de un puñado de partidos quedó claro que ya no era el mismo jugador. El ligamento cruzado era incluso más importante en ese entonces de lo que es ahora. Destruía, en lugar de retrasar, carreras. Adrian fue una de las víctimas.

Su padre, Jimmy, siempre pensó que el United debería haber hecho más para cuidar a su hijo durante y después de esa larga rehabilitación. La verdad es que «The Doc», como lo llamaban los otros jugadores, no era la clásica superestrella en ciernes. Era diferente: bohemio, ligeramente excéntrico en el contexto del fútbol. No le interesaban especialmente los cortes de pelo ni los autos ni aparentar, a menudo aparecía en The Cliff, el antiguo campo de entrenamiento del United, con un suéter Aran desgastado y una guitarra al hombro.

 

 

Sus excompañeros de vestuario lo recuerdan convirtiéndose en algo así como un alma perdida. Vagaba, incluso trabajando por un tiempo en una fábrica de chocolates en Preston. Tras su grave lesión, incluso llegó a participar en tres partidos con el Derry City, y luego abandonó el fútbol para siempre.

El 26 de mayo de 1999 el United se proclamaría campeón de Europa en el Camp Nou, además de ganar su sexto campeonato en ocho temporadas y las superestrellas de la clase del 92 fueron el eje central de aquel equipo campeón. También fue el mes en que Doherty decidió mudarse a Ámsterdam para trabajar en una empresa de muebles. En su primera semana, cayó al canal, camino a tomar un tren temprano por la mañana. Estuvo en coma durante un mes y murió el 9 de junio. Al día siguiente habría cumplido 27 años.

 

 

¿Mejor que Giggs? Nunca sabremos si tenía la personalidad necesaria para que floreciera todo ese brillante potencial, pero tenía todo lo demás. El Arsenal había intentado fichar a Doherty antes de que el United se lo cargara. También lo había hecho Brian Clough con el Nottingham Forest. Matt Bradley, que ayudó a alertar al United después de entrenar a Doherty en el Moorfield Boys de Derry, lo considera «el mejor jugador joven que he visto en Irlanda en más de 30 años de entrenador y ojeador».

 

 

Billy Bingham convocó a Doherty con la selección irlandesa sub-21 cuando tenía 17 años (Ferguson lo retiró por considerarlo demasiado joven). Gary Neville recuerda a «un chico fácil que se llevaba bien con todo el mundo, que nunca molestaba a nadie, simplemente un buen chico». El club publicó un homenaje en la revista Inside United en 2007 y Giggs, cinco meses más joven que Doherty, lo describió como «formidable». Park los ha visto a todos. «Imagina un poco de Giggs, un poco de Andrei Kanchelskis y un poco de Cristiano Ronaldo, y luego júntalo todo; Doherty lo tenía todo».

La historia de Doherty es sin duda un recordatorio de lo cruel que puede ser este negocio y de lo rápido que, con un mal aterrizaje, una entrada tardía o simplemente el giro equivocado de una rodilla, todo puede cambiar. Doherty no es ni mucho menos el único. El mundo del fútbol está plagado de personas a las que este deporte ha dejado atrás, olvidadas rápidamente porque las lesiones acabaron con sus carreras antes incluso de que hubieran empezado.