Febrero de 1958, el Manchester United viaja de vuelta a Manchester desde Belgrado, con una parada técnica intermedia en la ciudad alemana de Múnich. El conjunto inglés acaba de lograr clasificarse para las semifinales de la Copa de Europa hace tan solo unas horas en la ciudad yugoslava.
Pero antes debemos de situarnos en el contexto de la entidad “red devil”. La plantilla es dirigida por el escocés Matt Busby, que se implica al máximo en todas las áreas de gestión del plantel. El técnico cumple su decimotercera temporada consecutiva al frente del equipo. Un entrenador, además, que tras una larga etapa de sequía de títulos ha sido capaz de volver a llevar al club a la senda de la victoria con algunos títulos como una FA Cup y dos ligas obtenidas en la primera mitad de la década de los 50.
La plantilla recibe el apodo de los “busby babes”. Esto es debido a que el técnico hizo debutar en el primer equipo a varios jugadores jóvenes formados en la cantera asentando el eje fundamental del equipo sobre estos. En aquel equipo había debutado una temporada antes, la del 1957, un joven chico llamado Robert Charlton, apodado “Bobby” de tan solo veinte años de edad. El plantel lo forman futbolistas para el recuerdo como Harry Gregg, el capitán Roger Byrne o Tommy Taylor.
El conjunto inglés llega a febrero de 1958 como tercero en la liga inglesa a once puntos del líder, un fuerte Wolverhampton, aunque con opciones de competir todavía por el título. En FA Cup acaban de vencer al Ipswich Town en cuarta ronda y continúan avanzando en la competición. En Copa de Europa consiguen vencer al Estrella Roja de Belgrado en el partido de ida de los cuartos de final disputado en Manchester, por 2-1.
Semanas después, el cinco de febrero, el equipo viaja hasta la actual Serbia para disputar la vuelta de dicho partido, en él empatan a tres goles con el equipo local, cuerpo técnico y jugadores celebran la victoria sabiendo que el trofeo está un poco más cerca, a tan solo tres partidos.
A la mañana siguiente, día seis de febrero, la salida del vuelo de vuelta del equipo se retrasa hasta una hora debido a que el jugador Johnny Berry había perdido su pasaporte. El avión tiene previsto hacer una breve parada técnica en Múnich para repostar combustible. Tras dicha parada el piloto del avión, James Thain, realiza dos intentos de despegue que no se producen debido a algunos problemas en los motores. El viento es fuerte y la pista se encuentra helada. Tras un tercer intento el avión logra despegar aunque no gana la suficiente velocidad, tampoco la suficiente altura y sobre las 16:00 de la tarde de este fatídico jueves, el aparato impacta en una casa sin habitantes en una propiedad colindante al aeropuerto.
En el avión viajaban 38 pasajeros y 6 miembros de tripulación. Fallecieron, futbolistas como Tommy Taylor, Roger Byrne (capitán) o Duncan Edwards, de tan solo 21 años, que lo hizo días después sin poder recuperarse del accidente, periodistas de diversos medios como el Daily Mirror, Daily Express o Manchester Guardian. Así como tres miembros de la directiva y el cuerpo técnico. El registro final fue de 23 fallecidos, 8 de ellos miembros de la plantilla del Manchester United.
Una de las pocas historias positivas que deja esta tragedia es la de Harry Gregg, portero de la plantilla, que tras salir ileso del impacto vuelve al avión a rescatar a algunos compañeros. Salvó a Matt Busby, Bobby Charlton y a la esposa de un diplomático yugoslavo que viajaba con ellos, entre otros. Esta hazaña le hace ganarse el apodo de “El Héroe de Múnich” por su valentía y sacrificio.
Semanas más tarde el equipo debe volver a jugar y lo hace con Jimmy Murphy como entrenador, ya que Matt Busby se encuentra ingresado por sus heridas y designa a su segundo como técnico. El equipo logra una victoria en FA Cup contra el Sheffield Wednesday solo dos semanas después del desastre. A pesar de llegar a la final de la competición más antigua del mundo, y perderla ante el Bolton, el equipo tan solo ganaría un partido de liga cayendo hasta el noveno puesto, y sería eliminado por el AC Milan en semifinales de la Copa de Europa.
Varios clubes se vuelcan para apoyar al conjunto inglés, el Real Madrid llega a ofrecer la cesión de su estrella Alfredo Di Stéfano. La UEFA también les invita a competir en Copa de Europa a pesar de su posición en la tabla, pero la FA le prohíbe a la entidad «red devil» aceptar la invitación. En septiembre volvería Matt Busby con ganas de formar un nuevo gran equipo, una nueva gran generación de “Busby Babes” y rendir homenaje a los fallecidos en Múnich, el eje principal del equipo sería Bobby Charlton y le rodearían jóvenes como el excéntrico George Best entre otros. El ciclo se cerraría una década más tarde con la consecución del título de Copa de Europa logrado en 1968 contra el Benfica en Wembley, dedicado en especial a aquellos futbolistas que a pesar de su muerte prematura perdurarán siempre en nuestra memoria. El resto, como dicen, es historia, una historia de victorias, éxitos y sobre todo, fútbol.
Manuel Osuna Illana